¡agua, que se seca el mar!
Poema publicado el 26 de Febrero de 2011
¡AGUA, QUE SE SECA EL MAR!
Los frutos se pudren constantes
porque crudo el invierno
las huertas también anegó.
Y si continúa también la sequía
se secan en árido abrazo que Sol decretó.
Todo es destino pasado por agua
que trata de vidas y muertes continuas
en equilibrio constante de vapor y de lluvia.
Clama por agua el pérfido negro acosado,
el blanco azulado de tierras mejores
y el ruso y el chino y el gringo,
con tronos de alto poder resguardados;
el africano y el indio y también el latino,
con vírgenes ríos de extranjerismo impregnados,
y el delta lejano polucionado de guerra
con enormes cañones y el gas hilarante;
el Hombre “sui generis” contaminado
de tanta codicia y tanta malicia
y tanta inocencia jurada y dudosa;
el hijo futuro que espera también
una lucha continua que no tiene fin,
y el día que viene por orden mañana
en un desgarrado y silente temor.
Con agua en la boca o sin ella
el hombre se acaba por rígida ley.
Y si rompe en destino insensato
el eterno balance jamás socavado,
será una la culpa dolosa labrada
y una trágica sed el final acordado.
No gastes - ¡hermano! – inútil el agua,
que tus nietos inermes...
¡con ansia la esperan allá en el dos mil!
1.968
De: INSTANTES DE MARCHA (1965 - 1975)
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Poema publicado el 26 de Febrero de 2011
¡AGUA, QUE SE SECA EL MAR!
Los frutos se pudren constantes
porque crudo el invierno
las huertas también anegó.
Y si continúa también la sequía
se secan en árido abrazo que Sol decretó.
Todo es destino pasado por agua
que trata de vidas y muertes continuas
en equilibrio constante de vapor y de lluvia.
Clama por agua el pérfido negro acosado,
el blanco azulado de tierras mejores
y el ruso y el chino y el gringo,
con tronos de alto poder resguardados;
el africano y el indio y también el latino,
con vírgenes ríos de extranjerismo impregnados,
y el delta lejano polucionado de guerra
con enormes cañones y el gas hilarante;
el Hombre “sui generis” contaminado
de tanta codicia y tanta malicia
y tanta inocencia jurada y dudosa;
el hijo futuro que espera también
una lucha continua que no tiene fin,
y el día que viene por orden mañana
en un desgarrado y silente temor.
Con agua en la boca o sin ella
el hombre se acaba por rígida ley.
Y si rompe en destino insensato
el eterno balance jamás socavado,
será una la culpa dolosa labrada
y una trágica sed el final acordado.
No gastes - ¡hermano! – inútil el agua,
que tus nietos inermes...
¡con ansia la esperan allá en el dos mil!
1.968
De: INSTANTES DE MARCHA (1965 - 1975)
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