Las gordas de medellín
Poema publicado el 26 de Abril de 2009
LAS GORDAS DE MEDELLIN
Las gordas cinceladas por Botero
son así, ¡regordetas y constantes!,
y son tantas que ocuparon una plaza.
Yacen estáticas y ciertas
meneando su abundancia.
Son así, porque lo quiso el escultor,
porque quisieron ser remedo
de la opulencia contrastante,
porque intentan conmover
a un pueblo famélico que sufre
de ansiedad, de hambre e injusticia,
¡y acaso ni comprende su mensaje!
Cree que son así, simplemente,
porque fueron alimentadas desde niñas,
con panela, mazamorra, fríjoles y arepa.
Plazoleta patrimonio de Botero,
sitio de fascinación y encuentro cierto,
envidia de Milán y de Florencia,
asombro de París y toda Francia;
anhelo de Europa que quisiera
alimentar el turismo con sus masas.
Personalmente no me gustan,
porque prefiero formas sinuosas
que se eleven describiendo etéreas alturas;
pero vocifero hasta rabiar sus nombres
y la gloria de nuestro espléndido escultor
que con orgullo transciende el mapamundi,
suavizando la incesante y manida paradoja
de un país que sufre y sonríe sin descanso.
De: MEDELLÍN, ETERNA POESÍA
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Poema publicado el 26 de Abril de 2009
LAS GORDAS DE MEDELLIN
Las gordas cinceladas por Botero
son así, ¡regordetas y constantes!,
y son tantas que ocuparon una plaza.
Yacen estáticas y ciertas
meneando su abundancia.
Son así, porque lo quiso el escultor,
porque quisieron ser remedo
de la opulencia contrastante,
porque intentan conmover
a un pueblo famélico que sufre
de ansiedad, de hambre e injusticia,
¡y acaso ni comprende su mensaje!
Cree que son así, simplemente,
porque fueron alimentadas desde niñas,
con panela, mazamorra, fríjoles y arepa.
Plazoleta patrimonio de Botero,
sitio de fascinación y encuentro cierto,
envidia de Milán y de Florencia,
asombro de París y toda Francia;
anhelo de Europa que quisiera
alimentar el turismo con sus masas.
Personalmente no me gustan,
porque prefiero formas sinuosas
que se eleven describiendo etéreas alturas;
pero vocifero hasta rabiar sus nombres
y la gloria de nuestro espléndido escultor
que con orgullo transciende el mapamundi,
suavizando la incesante y manida paradoja
de un país que sufre y sonríe sin descanso.
De: MEDELLÍN, ETERNA POESÍA
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