FÃbula de equis y zeda
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Amor
Góngora 1927
Era el mes que aplicaba sus teorÃas
cada vez que un amor nacÃa en torno
cediendo dócil peso y calorÃas
cuándo por caridad ya para adorno
en beneficio de esos amadores
que hurtan siempre relámpagos y flores
Ella llevaba por vestido combo
un proyecto de arcángel en relieve
Del hombro al pie su lÃnea exacta un rombo
que a armonizar con el clavel se atreve
A su paso en dos lunas o en dos frutos
se abrÃan los espacios absolutos
Amor amor obesidad hermana
soplo de fuelle hasta abombar las horas
y encontrarse al salir una mañana
que Dios es Dios sin colaboradoras
y que es azul la mano del grumete
-amor amor amor- de seis a siete
Asà con la mirada en lo improviso
barajando en la mano alas remotas
iba el galán ladrándole el aviso
de plumas blancas casi gaviotas
por las calles que huelen a pintura
siempre buscando a ella en cuadratura
Y vedla aquà equipando en jabón tierno
globos que nunca han visto las espumas
vedla extrayendo de su propio invierno
la nieve en tiras la pasión en sumas
y en margaritas que pacerá el chivo
su porvenir listado en subjuntivo
Desde el plano sincero del diedro
que se queja al girar su arista viva
contempla el amador nivel de cedro
la amada que en su hipótesis estriba
y acariciando el lomo del instante
disuelve sus dos manos en menguante
«A ti la bella entre las iniciales
la más genuina en tinta verde impresa
a ti imposible y lenta cuando sales
tangente cuando el céfiro regresa
a ti envÃo mi amada caravana
larga como el amor por la mañana
Si tus piernas que vencen los compases
silencioso el resorte de sus grados
si más difÃcil que los cuatro ases
telegrama en tu estela de venados
mis geometrÃas y mi sed desdeñas
no olvides canjear mis contraseñas
Luna en el horno tibio de aburridas
bien inflada de un gas que silba apenas
contempla mis rodillas doloridas
asà no estallen tus mejillas llenas
contempla y dime si hay otro infortunio
comparable al desdén y al plenilunio
Y tú inicial del más esbelto cuello
que a tu tacto haces sólida la espera
no me abandones no Yo haré un camello
del viento que en tus pechos desaltera
y para perseguir tu fuga en chasis
yo te daré un desierto y un oasis
Yo extraeré para ti la presuntuosa
raÃz de la columna vespertina
Yo en fiel teorema de volumen rosa
te expondré el caso de la mandolina
Yo peces te traeré -entre crisantemos-
tan diminutos que los dos lloremos
Para ti el fruto de dos suaves nalgas
que al abrirse dan paso a una moneda
Para ti el arrebato de las algas
y el alelà de sálvese el que pueda
y los gusanos de pasar el rato
prÃncipes del azar en campeonato
PrÃncipes del azar Asà el tecleo
en ritmo y luz de mecanografÃa
hace olvidar tu nombre y mi deseo
tu nombre que una estrella ama y enfrÃa
PrÃncipes del azar gusanos leves
para pasar el rato entre las nieves
Pero tú voladora no te obstines
Para cantar de ti dame tu huella
La cruzaré de cuerdas de violines
y he de esperar que el sol se ponga en ella
Yo inscribiré en tu rombo mi programa
conocido del mar desde que ama»
Y resumiendo el amador su dicho
recogió los suspiros redondeles
y abandonando al humo del capricho
se dejó resbalar por dos rieles
Una sesión de circo se iniciaba
en la constelación decimoctava.
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Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Amor
Góngora 1927
Era el mes que aplicaba sus teorÃas
cada vez que un amor nacÃa en torno
cediendo dócil peso y calorÃas
cuándo por caridad ya para adorno
en beneficio de esos amadores
que hurtan siempre relámpagos y flores
Ella llevaba por vestido combo
un proyecto de arcángel en relieve
Del hombro al pie su lÃnea exacta un rombo
que a armonizar con el clavel se atreve
A su paso en dos lunas o en dos frutos
se abrÃan los espacios absolutos
Amor amor obesidad hermana
soplo de fuelle hasta abombar las horas
y encontrarse al salir una mañana
que Dios es Dios sin colaboradoras
y que es azul la mano del grumete
-amor amor amor- de seis a siete
Asà con la mirada en lo improviso
barajando en la mano alas remotas
iba el galán ladrándole el aviso
de plumas blancas casi gaviotas
por las calles que huelen a pintura
siempre buscando a ella en cuadratura
Y vedla aquà equipando en jabón tierno
globos que nunca han visto las espumas
vedla extrayendo de su propio invierno
la nieve en tiras la pasión en sumas
y en margaritas que pacerá el chivo
su porvenir listado en subjuntivo
Desde el plano sincero del diedro
que se queja al girar su arista viva
contempla el amador nivel de cedro
la amada que en su hipótesis estriba
y acariciando el lomo del instante
disuelve sus dos manos en menguante
«A ti la bella entre las iniciales
la más genuina en tinta verde impresa
a ti imposible y lenta cuando sales
tangente cuando el céfiro regresa
a ti envÃo mi amada caravana
larga como el amor por la mañana
Si tus piernas que vencen los compases
silencioso el resorte de sus grados
si más difÃcil que los cuatro ases
telegrama en tu estela de venados
mis geometrÃas y mi sed desdeñas
no olvides canjear mis contraseñas
Luna en el horno tibio de aburridas
bien inflada de un gas que silba apenas
contempla mis rodillas doloridas
asà no estallen tus mejillas llenas
contempla y dime si hay otro infortunio
comparable al desdén y al plenilunio
Y tú inicial del más esbelto cuello
que a tu tacto haces sólida la espera
no me abandones no Yo haré un camello
del viento que en tus pechos desaltera
y para perseguir tu fuga en chasis
yo te daré un desierto y un oasis
Yo extraeré para ti la presuntuosa
raÃz de la columna vespertina
Yo en fiel teorema de volumen rosa
te expondré el caso de la mandolina
Yo peces te traeré -entre crisantemos-
tan diminutos que los dos lloremos
Para ti el fruto de dos suaves nalgas
que al abrirse dan paso a una moneda
Para ti el arrebato de las algas
y el alelà de sálvese el que pueda
y los gusanos de pasar el rato
prÃncipes del azar en campeonato
PrÃncipes del azar Asà el tecleo
en ritmo y luz de mecanografÃa
hace olvidar tu nombre y mi deseo
tu nombre que una estrella ama y enfrÃa
PrÃncipes del azar gusanos leves
para pasar el rato entre las nieves
Pero tú voladora no te obstines
Para cantar de ti dame tu huella
La cruzaré de cuerdas de violines
y he de esperar que el sol se ponga en ella
Yo inscribiré en tu rombo mi programa
conocido del mar desde que ama»
Y resumiendo el amador su dicho
recogió los suspiros redondeles
y abandonando al humo del capricho
se dejó resbalar por dos rieles
Una sesión de circo se iniciaba
en la constelación decimoctava.
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