Apresuramiento
Poema publicado el 21 de Mayo de 2013
APRESURAMIENTO
Apresurar yo quisiera el final de mis dolores
Aquellos que me infringiste sin culpa tener alguna
Los golpes que tú me diste crearon una laguna
Que mis lágrimas la llenan y todos mis sinsabores
Ya estoy harto de esperar respuestas a mis preguntas
Por qué si yo te amaba tú fuiste a traicionarme
Si en mi mente tú pasabas sin yo poder controlarme
Si en mi alcoba yo te daba más de lo que el sol despunta
Hacia ti ninguna culpa había de ser impugnada
Sincero fui en entregarme a ti con gran ternura
Cómo es que la ingratitud acabó con tu cordura
Y en ascuas tú me dejaste sin recibir cambio de nada
Con el placer del connubio mis sueños te había entregado
Nunca te puse a mi lado fuiste siempre mi esperanza
Por los rincones del mundo más allá de lontananza
Tú lucías un campo inmenso por ti bien alumbrado
Por qué entonces te afanaste en causarme tanta herida
El puñal que con saña tú usaste de odio estaba afilado
Sin reparo rechazado me dejaste en el suelo ajusticiado
Quizás tú pretendiste con mi sangre hacer tu bebida
Ya es tiempo entonces de poner fin al tormento
Acabar con el amor que en montones te había entregado
Déjame pues ya no puedo seguir siendo maltratado
Dios con su clemencia terminará mi agotamiento
GONZALO MERINO PEREZ,
Doctor en leyes, poeta, novelista,
De mi Poemario “Harapos y Viejas Cosas”,
Con un saludo.
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Poema publicado el 21 de Mayo de 2013
APRESURAMIENTO
Apresurar yo quisiera el final de mis dolores
Aquellos que me infringiste sin culpa tener alguna
Los golpes que tú me diste crearon una laguna
Que mis lágrimas la llenan y todos mis sinsabores
Ya estoy harto de esperar respuestas a mis preguntas
Por qué si yo te amaba tú fuiste a traicionarme
Si en mi mente tú pasabas sin yo poder controlarme
Si en mi alcoba yo te daba más de lo que el sol despunta
Hacia ti ninguna culpa había de ser impugnada
Sincero fui en entregarme a ti con gran ternura
Cómo es que la ingratitud acabó con tu cordura
Y en ascuas tú me dejaste sin recibir cambio de nada
Con el placer del connubio mis sueños te había entregado
Nunca te puse a mi lado fuiste siempre mi esperanza
Por los rincones del mundo más allá de lontananza
Tú lucías un campo inmenso por ti bien alumbrado
Por qué entonces te afanaste en causarme tanta herida
El puñal que con saña tú usaste de odio estaba afilado
Sin reparo rechazado me dejaste en el suelo ajusticiado
Quizás tú pretendiste con mi sangre hacer tu bebida
Ya es tiempo entonces de poner fin al tormento
Acabar con el amor que en montones te había entregado
Déjame pues ya no puedo seguir siendo maltratado
Dios con su clemencia terminará mi agotamiento
GONZALO MERINO PEREZ,
Doctor en leyes, poeta, novelista,
De mi Poemario “Harapos y Viejas Cosas”,
Con un saludo.
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