Corazón derrotado
Poema publicado el 05 de Mayo de 2009
Un ramito de tristezas
y un manojo de nostalgias,
un mechón de su cabello
y un pañuelo humedecido...
Su canción suena en la radio
y en las ventanas la lluvia,
se amarillan sus retratos,
resucitan sus recuerdos...
Entre un libro de poemas,
cuatro rosas disecadas
y una servilleta rota,
con su letra y su perfume...
Mil caricias olvidadas,
mil promesas que hoy son nada,
y esta sed desesperada
de encontrarla y abrazarla...
Mil historias mal contadas,
por el insomnio inventadas,
mil canciones no cantadas
y estas sábanas heladas...
Y esas tardes tan calladas,
contemplando el horizonte,
caminando lentamente
por esta ciudad sin gente...
Este olor de las ausencias
y este rumor de suspiros,
y esa luz de su sonrisa
y ese fuego en su mirada...
¿Dónde está hoy su risa alegre
y en qué almohada su cabello
se derrama apasionado,
dulce, negro y perfumado?...
Quiero beberme esta noche
y atragantarme de estrellas,
y desgarrar a mordiscos
su recuerdo tan llorado...
Siento en el pecho cansancio
de corazón derrotado,
de un hombre desamparado,
de tan ausente olvidado...
Tengo en mis manos una carta,
una de tantas, de miles
que en las noches te he escrito
y no sé siquiera en dónde vives...
Los discos desordenados
de tanto buscar recuerdos
en canciones olvidadas
de cantantes ya olvidados...
Si tuviera algo de fuerzas
y un poco de voluntad,
me exigiría olvidarte,
pero soy aún tan cobarde...
Hoy es viernes y es de noche,
seguro estarás bailando,
lanzando al viento tu risa
que busca mi mente a prisa...
Tantos ríos navegados,
tantos desiertos cruzados,
tantos montes escalados
y estoy donde comenzamos...
La verdad, no quiero verte,
me da miedo conocerte,
descubrirte diferente
de la que en sueños he amado...
Prefiero llevarte dentro
tal como yo te he inventado,
dulce compañera ausente
de un corazón derrotado...
Tengo miedo de encontrarte
cualquier día en cualquier calle,
y de no poder hablarte
y tengo tanto que contarte...
Y tengo miedo de verte pasar
con un vestido nuevo,
para mí desconocido,
y no saber qué decirte...
Y tengo miedo de verte
quizás con otro peinado,
tomada del brazo de alguien
que ha matado mi recuerdo...
Mi recuerdo... Recuerdos, y ya más nada...
(...“Y nuestro amor se perdió,
se consumió por entero,
fue cigarrillo olvidado
al borde de un cenicero...”)
Esta noche estoy vencido,
solitario y sigo atado
a ese amor que fué el latido
de un corazón derrotado...
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Poema publicado el 05 de Mayo de 2009
Un ramito de tristezas
y un manojo de nostalgias,
un mechón de su cabello
y un pañuelo humedecido...
Su canción suena en la radio
y en las ventanas la lluvia,
se amarillan sus retratos,
resucitan sus recuerdos...
Entre un libro de poemas,
cuatro rosas disecadas
y una servilleta rota,
con su letra y su perfume...
Mil caricias olvidadas,
mil promesas que hoy son nada,
y esta sed desesperada
de encontrarla y abrazarla...
Mil historias mal contadas,
por el insomnio inventadas,
mil canciones no cantadas
y estas sábanas heladas...
Y esas tardes tan calladas,
contemplando el horizonte,
caminando lentamente
por esta ciudad sin gente...
Este olor de las ausencias
y este rumor de suspiros,
y esa luz de su sonrisa
y ese fuego en su mirada...
¿Dónde está hoy su risa alegre
y en qué almohada su cabello
se derrama apasionado,
dulce, negro y perfumado?...
Quiero beberme esta noche
y atragantarme de estrellas,
y desgarrar a mordiscos
su recuerdo tan llorado...
Siento en el pecho cansancio
de corazón derrotado,
de un hombre desamparado,
de tan ausente olvidado...
Tengo en mis manos una carta,
una de tantas, de miles
que en las noches te he escrito
y no sé siquiera en dónde vives...
Los discos desordenados
de tanto buscar recuerdos
en canciones olvidadas
de cantantes ya olvidados...
Si tuviera algo de fuerzas
y un poco de voluntad,
me exigiría olvidarte,
pero soy aún tan cobarde...
Hoy es viernes y es de noche,
seguro estarás bailando,
lanzando al viento tu risa
que busca mi mente a prisa...
Tantos ríos navegados,
tantos desiertos cruzados,
tantos montes escalados
y estoy donde comenzamos...
La verdad, no quiero verte,
me da miedo conocerte,
descubrirte diferente
de la que en sueños he amado...
Prefiero llevarte dentro
tal como yo te he inventado,
dulce compañera ausente
de un corazón derrotado...
Tengo miedo de encontrarte
cualquier día en cualquier calle,
y de no poder hablarte
y tengo tanto que contarte...
Y tengo miedo de verte pasar
con un vestido nuevo,
para mí desconocido,
y no saber qué decirte...
Y tengo miedo de verte
quizás con otro peinado,
tomada del brazo de alguien
que ha matado mi recuerdo...
Mi recuerdo... Recuerdos, y ya más nada...
(...“Y nuestro amor se perdió,
se consumió por entero,
fue cigarrillo olvidado
al borde de un cenicero...”)
Esta noche estoy vencido,
solitario y sigo atado
a ese amor que fué el latido
de un corazón derrotado...
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