Así que la vida
Poema publicado el 03 de Febrero de 2024
Así que la vida comience a despedirse,
perfumaré mi cuerpo con lavanda.
De palcos, lucernas y balaustres
descolgaré ramas de muérdago y acebo.
Crisantemos en las estaciones todas.
Prímulas nacientes cada día.
Enredadas en mi pelo las petunias
aunque los cardos al alma se me agarren.
Sobre el descarnado de la muerte
dejará la rosa un rastro de belleza:
su acicalado de mujer pondrá
en mi devastado reino de mujer.
Donde el corazón: abrirá en ardor,
en llamarada de incendiaria pensadora,
en sofoco áureo la caléndula…
Vivirá el edelweiss en su escondite:
cuajado de delicada y alta luna,
pequeño, diáfano, inaccesible,
ético en su blanquísimo tallo de nieve.
Pero latirán las dalias en mi pecho
con su esplendor de flor hermoseada
por el ancho sol y la alegría.
Y ya no habrá desvelos ni vigilias
ni tormento alguno, ni triste lágrima
o desatado verso con los que llorarte.
Y todas mis vidas serán blancas,
tan blancas como las azucenas
que brotan de los cálidos pechos de Hera.
Así que la vida comience a despedirse.
Así que la vida…
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Poema publicado el 03 de Febrero de 2024
Así que la vida comience a despedirse,
perfumaré mi cuerpo con lavanda.
De palcos, lucernas y balaustres
descolgaré ramas de muérdago y acebo.
Crisantemos en las estaciones todas.
Prímulas nacientes cada día.
Enredadas en mi pelo las petunias
aunque los cardos al alma se me agarren.
Sobre el descarnado de la muerte
dejará la rosa un rastro de belleza:
su acicalado de mujer pondrá
en mi devastado reino de mujer.
Donde el corazón: abrirá en ardor,
en llamarada de incendiaria pensadora,
en sofoco áureo la caléndula…
Vivirá el edelweiss en su escondite:
cuajado de delicada y alta luna,
pequeño, diáfano, inaccesible,
ético en su blanquísimo tallo de nieve.
Pero latirán las dalias en mi pecho
con su esplendor de flor hermoseada
por el ancho sol y la alegría.
Y ya no habrá desvelos ni vigilias
ni tormento alguno, ni triste lágrima
o desatado verso con los que llorarte.
Y todas mis vidas serán blancas,
tan blancas como las azucenas
que brotan de los cálidos pechos de Hera.
Así que la vida comience a despedirse.
Así que la vida…
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