Mayo en invierno
Poema publicado el 01 de Marzo de 2024
Puedo mayo descubrir
tras el bruñido marco de hojalata.
Y siento, ¡sí!, mayo constante,
absurdo, cierto cada día del invierno.
La cortina de gasa deja ver
en lo hondo del paisaje blanco
gardenias a cientos derramadas.
¿Acaso es mayo y no es invierno?
Aturdida miro al cielo
y veo caer copos de nieve
que son pétalos de rosa.
Tanto reluce el sol en la ventana
que no es invierno. ¡No es invierno!
¡Es la ansiada primavera!
Cada día puntual me levanto:
no sopla el escarchado viento,
sino que canta Eolo en la mañana
con limpio aliento de azahares.
Aun sabiendo que es invierno
distingo pequeñas golondrinas.
En el alféizar de nube se posan
con sus alas de negro y largo filo,
con sus ojos de zafiro roto.
Lejos, muy lejos, lejísimos
navegan y centellan los veleros.
¿Son estrellas? ¿Son luceros?
Sí, es cierto que estoy loca,
que enero parece mayo,
y que mayo se presenta
cada día en mi ventana.
Me sobreviene el desconsuelo
cuando pienso que es invierno:
¡tanto frío el corazón no aguanta!
Miro de nuevo la ventana:
las gardenias saltan de alegría.
¿Es milagro? ¡Es milagro!
La vida entera di por entender
que no hay invierno, ¡no!,
y que día a día aparece en mi ventana
la asombrosa primavera.
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Poema publicado el 01 de Marzo de 2024
Puedo mayo descubrir
tras el bruñido marco de hojalata.
Y siento, ¡sí!, mayo constante,
absurdo, cierto cada día del invierno.
La cortina de gasa deja ver
en lo hondo del paisaje blanco
gardenias a cientos derramadas.
¿Acaso es mayo y no es invierno?
Aturdida miro al cielo
y veo caer copos de nieve
que son pétalos de rosa.
Tanto reluce el sol en la ventana
que no es invierno. ¡No es invierno!
¡Es la ansiada primavera!
Cada día puntual me levanto:
no sopla el escarchado viento,
sino que canta Eolo en la mañana
con limpio aliento de azahares.
Aun sabiendo que es invierno
distingo pequeñas golondrinas.
En el alféizar de nube se posan
con sus alas de negro y largo filo,
con sus ojos de zafiro roto.
Lejos, muy lejos, lejísimos
navegan y centellan los veleros.
¿Son estrellas? ¿Son luceros?
Sí, es cierto que estoy loca,
que enero parece mayo,
y que mayo se presenta
cada día en mi ventana.
Me sobreviene el desconsuelo
cuando pienso que es invierno:
¡tanto frío el corazón no aguanta!
Miro de nuevo la ventana:
las gardenias saltan de alegría.
¿Es milagro? ¡Es milagro!
La vida entera di por entender
que no hay invierno, ¡no!,
y que día a día aparece en mi ventana
la asombrosa primavera.
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