Al abrigo del amor de dios
Poema publicado el 29 de Diciembre de 2014
Al abrigo de tu amor, mi Señor, siento que tu luz refresca mi alma,
abrazándome con tu dulce y suave resplandor.
Al abrigo de tu amor, mi Dios lindo, siento la lluvia de tu paz,
que me inunda y me llena de esperanzas vivas y de valor.
Al abrigo de tu amor, mi Fiel y Gran Amigo, siento el rocío de tu dulce consuelo,
que enjuga mis lágrimas y sana mi dolor.
Al abrigo de tu amor siento, mi Padre Eterno, el renuevo de tu palabra,
que ilumina a mi alma y a mi corazón
dándome nuevas fuerzas y nuevo vigor.
Al abrigo de tu amor, mi Buen Maestro, camino junto a ti por senderos de confianza,
de plenitud, de alegría y de tierno e inmenso esplendor.
Al abrigo de tu amor, mi amado Señor, me río de las circunstancias
que a mi alma desafían, pues cuento con tu poder y con tu sabiduría
que me ayudan a ser un triunfador.
Al abrigo de tu amor, mi Rey y mi Salvador, me deleito en la fragante presencia de tu dulce compañia,
que me llena de alegres y bellos días, esperando siempre de tí lo mejor de lo mejor.
Al abrigo de tu amor, mi Guardián y mi Pastor, siento la fresca brisa de tu alborada,
que llena a todo mi ser y a toda mi alma de la tersura y de la dulzura de tu tierno y lindo calor.
Al abrigo de tu amor, mi Dios y mi Señor, tú me fortaleces y me amparas
de las tormentas y de las tinieblas que quieren mi destrucción.
Al abrigo de tu amor, mi Padre Amado, escribes una historia maravillosa,
con el tintero resplandeciente y hermoso de tu maravilloso y tierno corazón.
Al abrigo de tu amor, mi Dios y mi Redentor, derramas bendiciones en mi cada día,
y me cubres con el manto de tu bondad y de tu lindo e intenso amor.
Al abrigo de tu amor, mi Dios amado, siembras en mi una dulce y fragante melodía,
llena de alegría, de vida y de un bello y tierno color,
haciendo brillar en mí, cada día, las maravillosas riquezas que proceden
de tu precioso, maravilloso y bello corazón.
Autor: Joel Fariñez
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Poema publicado el 29 de Diciembre de 2014
Al abrigo de tu amor, mi Señor, siento que tu luz refresca mi alma,
abrazándome con tu dulce y suave resplandor.
Al abrigo de tu amor, mi Dios lindo, siento la lluvia de tu paz,
que me inunda y me llena de esperanzas vivas y de valor.
Al abrigo de tu amor, mi Fiel y Gran Amigo, siento el rocío de tu dulce consuelo,
que enjuga mis lágrimas y sana mi dolor.
Al abrigo de tu amor siento, mi Padre Eterno, el renuevo de tu palabra,
que ilumina a mi alma y a mi corazón
dándome nuevas fuerzas y nuevo vigor.
Al abrigo de tu amor, mi Buen Maestro, camino junto a ti por senderos de confianza,
de plenitud, de alegría y de tierno e inmenso esplendor.
Al abrigo de tu amor, mi amado Señor, me río de las circunstancias
que a mi alma desafían, pues cuento con tu poder y con tu sabiduría
que me ayudan a ser un triunfador.
Al abrigo de tu amor, mi Rey y mi Salvador, me deleito en la fragante presencia de tu dulce compañia,
que me llena de alegres y bellos días, esperando siempre de tí lo mejor de lo mejor.
Al abrigo de tu amor, mi Guardián y mi Pastor, siento la fresca brisa de tu alborada,
que llena a todo mi ser y a toda mi alma de la tersura y de la dulzura de tu tierno y lindo calor.
Al abrigo de tu amor, mi Dios y mi Señor, tú me fortaleces y me amparas
de las tormentas y de las tinieblas que quieren mi destrucción.
Al abrigo de tu amor, mi Padre Amado, escribes una historia maravillosa,
con el tintero resplandeciente y hermoso de tu maravilloso y tierno corazón.
Al abrigo de tu amor, mi Dios y mi Redentor, derramas bendiciones en mi cada día,
y me cubres con el manto de tu bondad y de tu lindo e intenso amor.
Al abrigo de tu amor, mi Dios amado, siembras en mi una dulce y fragante melodía,
llena de alegría, de vida y de un bello y tierno color,
haciendo brillar en mí, cada día, las maravillosas riquezas que proceden
de tu precioso, maravilloso y bello corazón.
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