Explicame
Poema publicado el 17 de Junio de 2013
¿Qué se siente estar en el pasto verde, rodeada de flores silvestres y lograr tener en frente a unos pocos metros de tu vista, una montaña cubierta de nieve con rocas grises matizando a la perfección la estación del año que se avecina? ¿Sorprendente? ¿Excitante? ¿Tranquilidad? ¿Paz? ¿Amor?
El frio ronda muy cerca sin estorbarte pero una de tus manos esta descubierta porque decides recoger un par de flores y no quieres desperdiciar ese tacto único, que la piel ha de tener en el momento de tocar la virginidad pura de la naturaleza. Logras percibir el dulce y suave aroma de las flores y con los ojos cerrados puedes definir el color de cada pétalo que compone a la delicada flor.
Explícame detalladamente, que pasa por tu mente en ese momento de libertad, de belleza inimaginable, de tranquilidad absoluta y de voces silenciadas. Quien te acompaña en cada palpitar, quien abraza cada espacio de tu memoria, quien es tu fiel inspiración ya que no creo que seas tan egoísta para guardarte ese hermoso paisaje de momentos únicos sin comparación.
Sé que no sabes cómo expresarlo en palabras o como descifrar tanta ternura de ese mundo que has creado, lo sé, porque ese sentimiento que ahoga de dicha la estabilidad de tu corazón, es el mismo que expando en estas letras incompletas, que destrozando mi sentir tratan de simular el panorama del desahogo al verte rodeada de pureza.
Explicar lo que sientes no es nada fácil en palabras, para eso está el amor, el acompañante de sueños, el vagabundo incondicional, el verdugo de tristezas y la verdad de un corazón sincero. Para eso existe el abrazo y el beso, el te quiero y el te extraño, el deseo de buenos días y buenas noches juntos, la lealtad y la perseverancia.
Allí estás, en tu campo de imaginación donde nadie te puede tocar, mientras yo escribo lo que observo y siento. Allí estas, más cerca que nunca, como un retrato de acuarela esperando las palabras mágicas que no demoran en llegar. Allí estás, leyendo mis palabras sosteniendo las flores recogidas junto al frio de la montaña y el pasto verde que usas de colcha para descansar.
¿Imposible? Yo lo no veo así, yo no lo siento así.
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Poema publicado el 17 de Junio de 2013
¿Qué se siente estar en el pasto verde, rodeada de flores silvestres y lograr tener en frente a unos pocos metros de tu vista, una montaña cubierta de nieve con rocas grises matizando a la perfección la estación del año que se avecina? ¿Sorprendente? ¿Excitante? ¿Tranquilidad? ¿Paz? ¿Amor?
El frio ronda muy cerca sin estorbarte pero una de tus manos esta descubierta porque decides recoger un par de flores y no quieres desperdiciar ese tacto único, que la piel ha de tener en el momento de tocar la virginidad pura de la naturaleza. Logras percibir el dulce y suave aroma de las flores y con los ojos cerrados puedes definir el color de cada pétalo que compone a la delicada flor.
Explícame detalladamente, que pasa por tu mente en ese momento de libertad, de belleza inimaginable, de tranquilidad absoluta y de voces silenciadas. Quien te acompaña en cada palpitar, quien abraza cada espacio de tu memoria, quien es tu fiel inspiración ya que no creo que seas tan egoísta para guardarte ese hermoso paisaje de momentos únicos sin comparación.
Sé que no sabes cómo expresarlo en palabras o como descifrar tanta ternura de ese mundo que has creado, lo sé, porque ese sentimiento que ahoga de dicha la estabilidad de tu corazón, es el mismo que expando en estas letras incompletas, que destrozando mi sentir tratan de simular el panorama del desahogo al verte rodeada de pureza.
Explicar lo que sientes no es nada fácil en palabras, para eso está el amor, el acompañante de sueños, el vagabundo incondicional, el verdugo de tristezas y la verdad de un corazón sincero. Para eso existe el abrazo y el beso, el te quiero y el te extraño, el deseo de buenos días y buenas noches juntos, la lealtad y la perseverancia.
Allí estás, en tu campo de imaginación donde nadie te puede tocar, mientras yo escribo lo que observo y siento. Allí estas, más cerca que nunca, como un retrato de acuarela esperando las palabras mágicas que no demoran en llegar. Allí estás, leyendo mis palabras sosteniendo las flores recogidas junto al frio de la montaña y el pasto verde que usas de colcha para descansar.
¿Imposible? Yo lo no veo así, yo no lo siento así.
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