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646. - 665. - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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646. - 665.
Poema publicado el 30 de Marzo de 2009

646.

A cada cosa diferente le fue existido un nombre
Cada testigo es un nombre diferente a cada cosa
pero se desocupan sugerencias
se acatan los signos
y en el orden




647.

Para quererte los monstruos que te imagino
lavar la duda en tus guaridas con antorchas




648.
SOLIDARIO

cuento el barco en el áisberg

trinchera




649.

La íntima caña de tu cuello
la cadena subterránea de tu espalda




650.

se abre la mano.
un pájaro de pétalos irte




651.

siempre vienes desde alguna historia

desde algún nunca que me aciega
yo que vengo de mi espalda y más atrás
de la veta innumerable

Y este tiempo que estamos
como decir distancia porque dos y
no la unidad del sitio




652.
ORIGEN

De la punta de la nada
por una puerta de púlpito
ordenando símbolos insignificantes
nos tiempo y aquí por cualquier parte.




653.

Aquí soy
sobre tu testimonio que me empiezo
y el ciego que dejo atrás o que recojo.
aquí ordeno nuevamente las palabras
sobre las cosas que me creces
como un agua nueva a cada sangre en la tierra.
Aquí te soy.
La raíz que se ensancha toda la tierra
la tierra que asiste
congregada en la única raíz
que todo se asume en el primer testigo
Aquí te soy como la raíz que existe toda la tierra
se busca soledad a soledad como las manos.
Y luego de cerrar los ojos
la duda sin importancia de ser verdad uno
u otro lado del espejo.




654.

Yo que todo lo sería olvido
...pero fui iluminado.
tu palabra...
yo hacía sombra de silencio.

Alta yegua
trigo de sol
y el puño aferrado al secreto de
del ojo
vena subhumana de naufragios
sin veces ni rostros señalados
Yo que todo lo venía savia
yo que todo lo yo
punto definitivo del testimonio
tiempo y sitio
observador
acecho improrrogable del ojo final atrás del ojo.
Y un día me llegó un diluvio
sonando a fatiga en un pájaro que tú
entonces dije tú,
palpé la soledad de mi costado
(como contando las cosas de mi ceguera
antes de abrirme)
y asumí tu historia que ya tenía
la certeza de haber sido sólo
como se aprende el silencio en la primera
palabra.
todo entonces lo fui espera
Yo que todo lo había sido olvido porque
no sabía contar y el tiempo y no me
movía.
y me creció un espejo por todo lo que me
estaba a la vez
hasta ....

un día que le agregué tu rostro al tú que
florecí en silencio.




655.

Creo en mí sobre tu soledad que arraso
como la lluvia
creo en mí como en tu silencio restañada
con mis lámparas de canto para siempre.
creo en mí como en un árbol
echadas a tu tierra las raíces de mis manos.
creo en mí porque te creo como los caracoles
guardan el mar infinito aunque no haya
testigos que lo recojan.




656.

cambian los bordes hasta que el
medio sea borde.




657.
VERBO ETERNO

tengo la sensación de que el agua es
un animal en total y que la tierra
es infinitos animales
el agua es cero y la tierra es numeral.

agua numeral




658.

Doy vuelta a todo la página.
Digo la última
la primera soledad me espera como
un vientre. Yo, como un vientre.
(la primera soledad es tan yo como un vientre)




659.
LA INSCRIPCIÓN

Encendemos la lámpara de música
nos invade ese silencio pleno que conocemos
infinito país.
Nada significa. Ésa es la eterna quietud
el movimiento infinito de lo que no cambia
el absoluto.




660.

Con manos clamorosas te busqué
como un ciego
como un gusano clandestino por el
cieno
recorrí cada poro suburbano del te-
rreno,
con lámparas de lluvia exploré cada
hormiguero,
Luego fue la desesperación identifi-
cando el veneno
El otoño me exilió a vivir en
sueños
Y vino la resignación del ciego que sabe
su destierro:
(Yo quería pintar el alba sin conocer los
colores del cielo)
Me eché entonces a dormir en un vino
amargo y lento.
Y ahora algo me sacude, me llama y
me despierto,
es la madrugada, la reconozco, la
estoy viendo.
Esto que siento está fuera pero ya estaba
adentro
no nos enamoramos, nos identificamos
nada más con vernos
nos reconocimos, el amor ya lo traíamos
de lejos
lo traíamos puesto como a un milagro o a un
instinto profético.
Qué me importan ya los dientes del
desierto
La sequía asediante la implacabilidad
del tiempo,
Dame tu mano de escudo abrevémonos
de besos
Entre arenas y cenizas siento que somos
eternos.




661.
EL HUERTO DE CHOQUI

Todo será recogido... tierra al fin... y Dios
en la última partida.

El valor de las palabras a veces es el de ponerse
de acuerdo para entenderse sin ellas.
Porque podríamos comulgar la misma luna
en un silencio de suave naufragio y sentirnos
infinitamente solos, como no saber
que compartimos ese lenguaje. Allí la mutui-
dad de nuestra asimbología, también debe
tener significados o la plena absoluta
confusión del todo. Como el silencio que es
todas las palabras. que será siempre el mismo
en todos los lenguajes.
si no tuviéramos sentidos, pero haberlos tenido
querríamos avisar que estamos en el pozo
y ni siquiera sabríamos que avisamos,
ignoraríamos si nuestras palabras ¿palabras?
van o no. si soñamos, si somos, si si.
como enviar un mensajero en busca de
auxilio... y la espera terrible de no saber si lo
han capturado. Sólo sabemos de las cosas,
que han sucedido. Sólo sabemos cuando han sido.
Es la única certeza que podemos. El no suceder
es una infinita vigilia y sólo se cierra en
el suceder.
Por eso importan a veces las palabras. nos
tanteamos la infinitud de nuestros ciegos
y luego nos echamos a la sombra para
callarnos en el mismo absoluto.
las palabras son símbolos de la inteligencia
de la mente el silencio es el espacio de
todas las inteligencias que no nos conocemos
el espacio del absoluto lenguaje de los muertos.




662.
LA TIERRA

No nos importa la tierra original
pero decimos cenizas.
No sabemos que es la tierra antes del primer
muerto. ahora clavamos las manos en la
tierra agua (de estrellas) [segunda] de aguas
muertas vivas

y decimos que es hombres.

allí nos conocemos. (Nos bastan dos
puntos en el vacío para tener rumbo, pero
no menos)
Aquí es nuestra soledad. Todo nos volvemos
(el principio del infinito es ser siempre
la misma cosa. nunca dejar de empezar
y ser siempre fin. principio y fin, la
misma cosa.)
Nos toca nosotros. y ser es aquí y ahora
sitio de testigos alto acecho de torres que
todo lo existen, todo lo están.




663.

Barro de ojos. designios astrológicos.
imperativo de la luna obedecido.
Polen de estrellas.




664.

Sacudirnos las estrellas que nos subor-
dinan.
O acatar
asumir el designio de las profecías
seguirnos en los hombres y en la
historia




665.

El trasbordo de la realidad a los
Símbolos

JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT





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