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708. - 709. - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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708. - 709.
Poema publicado el 05 de Abril de 2009

708.
MIGAJAS DE AGUA

I

la noche me abarca taloneándome las sienes
amplia o infinita como un templo sin costados
es la hora en que las glándulas
de las almas segregan sombras olvidadas
es necesario recordar para que el olvido sea cierto
y los rostros olvidados vienen a recoger su olvido

II

esta noche en que revolotean
tus imágenes en tus veces
sobre tu verdad aprendida
ordenándose esta noche
en que miro a través de tus
cosas como un túnel esclarecido
por mil recodos desdoblados
esta noche digo que te recuerdo

III

quiero amarte con piedad infinita de vigilia
masticando el fervor a las imágenes
para desnudar ovarios en el néctar
y erigir telares de tu nombre

IV

para que me nombren tus palabras
ordenaré mis cosas sobre tus idiomas
y cuando quieras pensar tendrás mis cosas
como el único lenguaje que te canta

V

el cielo esta noche es hondísimo
y agrio
con luciérnagas que chisporrotean
como los grillos

VI

un humo blanco de leche empolvecida
se incensa de las chimeneas

VII

tu imagen merodea como los bichos
de luz

VIII

quiero que tus ojos se empañen como a veces

IX

he rescatado del tal vez tu voz dudada

X

a la hora en que tiritan los dedos de la lluvia
como un rito de callarme desde adentro
arrodillo a tu imagen mi silencio

XI

amo las olas de tu pelo que rompen apaciguadas

XII

esa turbia duda que te veda
este ancho silencio que te impide
arbitrario ademán que te hermetiza

XIII

de lejanos grillos digo estrellas
tal vez porque palpitan
como tiritan tus venas
con ese temblor con que titilan
las mariposas

XIV

te aman mis manos que no saben
nada de tus médanos

XV

un relámpago venario catacumba la tierra

el itinerario de la hora que vuelve pájaro
el corazón relojecido

la tierra guarda el misterio del
ajedrez de las hormigas

XVI

como el mar queda en los caracoles las olas
del silencio se han quedado en mis tímpanos
y ululan

XVII

tanto silencio he recorrido
tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas cosas

XVIII

todavía tengo tiempo para los juguetes
para embarrarme las manos
y dormir sobre mi madre mientras
fuera los hombres desenvainan las guerras

XIX

para embarrarme con tu sangre
porque quiero untar mis manos
con el vientre de la tierra
enjuago en el fragor de tus ojos
mis manos de largos silencios

XX

mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas

XXI

la sangre se empecina en la sien de campanario
goteando sapos
como los relojes de los borrachos en la madrugada

XXII

mi sangre es un largo silbido y a veces
brama en invierno como los
aleros que se llenan de tormenta

XXIII

hay veces en que los mecanos de la vida
se quedan sin sentido
y el alma se levanta para rezar

XXIV

me bastan
las dos teclas de tu pecho
para cantar sencillamente al amor
tartamudeando de a sorbos la
poesía de la sangre

XXV

mi tristeza
una manera de tus cosas
te nombra por aferrarse
a su propio naufragio

XXVI

mi tristeza tiene una puerta
y yo no sé dónde empiezan los muros

XXVII

voy a indagar en tus rincones
de panal para encontrar las larvas
de tus palabras aún no
dichas

XXVIII

quiero de ti dos cosas

tu imagen para mis sueños
y tu mano para mi ceguera

XXIX

no preguntes dónde vamos

calla y sígueme

encontrarás dos que
forman uno

somos nosotros

XXX

antes de morderte el pelo con las
manos
lavaré un pájaro de miedo
entre tus dedos
y acostumbraré
mi silencio a tu silencio
para que baste tu paz
para mi enmimismamiento

XXXI

el eterno infinito se rompe en el estuario
hondo de los túneles que
desembocan sobre la mañana

XXXII

todo se sueña en el primer silencio

hasta parece fácil el sol y la mañana nueva

podrías venir sin sorprenderme y el recuerdo
después tendría dos veces distintas

XXXIII

ahora comprendo que el
destino es posterior
al tiempo

XXXIV

la tierra también tiene raíces
y sangre
y garganta
y canta por los hormigueros

XXXV

tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego proferido por el agua

XXXVI

quiero desenredar la música
en tus manos de piano
resucitar de las algas de tus dedos un tesoro
largamente enterrado
y luego deletrear cada hebra de mi bandera de amor
y habré escrito un poema para los pentagramas de tus manos

XXXVII

el silencio llega como un lúgubre emisario
todos los días a la hora
del albedrío sin cadenas

todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos

XXXVIII

en tus ojos fondeo las naves de mi honda arqueología

XXXIX

tus ojos amanecen en horizontes de silencio como barcos
y yo lleno de años de náufrago
en los muelles solitarios
de mis manos
te tomo como comulgándote

XL

mi tierra no brota jardines ni frutos
pero sí el atroz laberinto de los hormigueros

XLI

me gustaría tener el olvido rápido
de las flores que envejecen en un día
pero el tiempo tiene la implacable dimensión
de los relojes
o los relojes tienen la demora del tiempo
y mueren muchas flores por cada recuerdo que no
cambia

XLII

sonarán tus
ojos
vasos de cielo a silencio
como caracoles
y el mar
infinito para siempre
pero el huso de música
telar innumerable
no habrá dicho
toda tu alma

XLIII

el día que el silencio se encienda
yo averiguaré sus árboles y ríos
donde hubo un muro de oscuridad
pero no sabré que el silencio se iluminó

XLIV

el eco deshoja mariposas de un candelabro de viento

XLV

el pasado aroma mis recuerdos
mis recuerdos aroman mi memoria




709.

Te quiero.
Tenía ganas de decírtelo
era la habitual paloma que se
ordenaba dentro mío y tramaba ese
dolor de aire que nos ahoga de
anticipadas libertades
Por eso vine hasta la tinta
a volar a indefinirme a sentir
mi galáctica explosión
mi dimensión de alba enamorada.
Te quiero.
tú no estás a la orilla de mi boca
para oírlo, para deletrear el
oleaje de mi aliento
por eso te lo escribo ahora
en este sitio donde tu ausencia
hincha el espacio
donde tu cuerpo es una urgente
escapatoria donde tus ojos son
el embarcadero de mi alma.
En este sitio donde el amor se reparte
con absurda geometría
donde cada uno extrae de entre páginas
feroces un nombre y una historia
para jugar al tiempo, enmascarados
para jugar a ser o a haber sido
aquí, donde me toca el nombre
del amor desesperado
el sitio de la pregunta irrespondida
la raíz erradicada
el trasplante total de la existencia
aquí, beso las páginas donde me
embarco, me ato al nombre desbocado
de mi personaje y digo a un nadie
que tiene tu cara imaginada
toda la música que me toca.
Digo amor y amo y muero en esta
vida muerta, muero de vida y escenario
con tu ausencia puesta
recubriéndome como una bandera de
besos. Aquí decido lo que soy
broto, desatrapado como el agua
que desorbita la tierra
y una vez más tú eres la meta
el público testimonial, la mano
que pasa a recogerme.
Ya ves, sólo quería decirte que te
quiero.
Son tan copiosos los cimientos del
amor, que abro mi boca para caber
tu nombre y arrecio un pantano de
alas luminosas que me vives dentro.

JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT





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