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En las ramas del viento te dejo mi flor de luna (libro de poesía) - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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Categoría: Poemas de Amor
En las ramas del viento te dejo mi flor de luna (libro de poesía)
Poema publicado el 15 de Diciembre de 2010

POEMAS




1.

Me gustan tus ojos que se juntan en
las cosas que pasan a buscar,
simples, cotidianos,
pero ariscos y feroces como molinos de
tormentas.
Me gustan tus ojos que giran,
que devoran sombras
y que mastican el silencio con que te
miro.
Me gustan tus ojos
porque son hermosos,
aunque tal vez sean sencillos y buenos
pero vulgares;
entonces me gustan tus ojos porque
son tuyos.




2.

Un día enjuagaré mis dedos en tu pelo
lavándome del mundo
para que mi amor te llegue sin palabras
callado y desnudo.

Y apoyaré al otro lado de tus ojos
mis ojos tuyos
y acercaré a tu voz descalza mi silencio
para callarnos juntos.

Y mi sangre pregonará tu beso
como un himno profundo
y en el vientre de tu mano guardaré la mía
como a un hijo tuyo.

Y ese día amor ahuyentaré tus sombras
para limpiar tus muros
y arrodillaré mi boca a tus lugares
para cantarte mudo.

Y me tragará inaugurando oficios
tu vértice oscuro
y morderás el lanzazo que te crucifica
como un hondo buzo.




3.

Siempre es lo mismo, aquí estoy
el ahora y el aquí los llevo puestos
y son el sitio y la vez donde yo soy
la realidad mutable es todo el resto
como un camino desigual por el que voy
ahora el yo mismo, yo lo gesto
el tiempo me traspone yo le doy
el presente como decir es esto.

como un río que pasa por un puente
pero yo soy puente que paso por un río
yo viajo a la par de los relojes. soy testigo
peregrino inexorable del presente
porque todo es desde mí. No todo es mío.
pero todo es porque es conmigo.




4.

Día a día te voy dejando mi flor de luna
En las ramas del viento
mi voz brota como un pájaro de sol
Y yo cargo mis naves una a una
para echar mi canto
hecho de palomas mensajeras
rotas para siempre las amarras
al silencio.
A veces,
cuando meto la cabeza en un pozo
de silencio
cuando estoy ausente
(como la mirada de las estatuas
como la mirada atrasada de esos
hombres)
Tú vienes a beberme la poesía
como una abeja
para tejer la miel que te desborda
cuando estoy ausente
y el canto no te deja mi flor de luna.




5.

Me da miedo el olvido compañera
pero igual he emprendido tu distancia
la frente me lava el dolor de la espalda
y quiero irme aunque de verdad no
quiera
todo te lo he dicho si me quedan
palabras
quiero que te alcancen de esta manera
que aún tiene tu nombre lo que queda
mientras el olvido es el recuerdo que no
pasa
yo no te quería, amor, ¿aún lo recuerdas?
nosotros era un día que soñabas

No me duele, de verdad, tu lejanía
Yo me duelo en el veneno de haber sido
Yo mismo me duelo por haber partido
cuando aún un poco te tenía

En la fe que sobre todo me agiganta
ya perdida no te daba por perdida
el olvido es un camino sin medida
sólo el amor es lo que se levanta




6.

Todo ha sido ya hasta la distancia
(Yo sé que la certeza de las cosas
sólo existe cuando las cosas pasan)
Pero aquí la lejanía nos devora
y sin que haya pasado es como si pasara
el tiempo es una medida absurda
cuando un instante basta para el nunca




7.

Qué absurda esta tristeza de olvidarte
para qué irme si en verdad no quiero
pero igual me voy o mejor, vuelvo
aunque mi forma de olvido es recordarte




8.

bajo el invierno ya
el corazón a media asta del cuello
la mirada rota
y el rumbo sin rumbo
el olvido va.
yo no he sido abandonado
en verdad
no queda nada por atrás
nada he dejado
lo que me asombra
es sentirme triste
con una tristeza que te nombra
aunque no existe.




9.

A veces
largas esperas a la orilla del silencio
echado un anzuelo al alma
para buscar las palabras como peces
desato la vigilia del pescador al verso
y me vuelvo con las redes sin palabras.
Qué más puedo decirte
ahora que ya todo te lo he dicho
haberlo dicho todo
no quiere decir las palabras que te existen
quiere decir sembrar palabras como nidos
como árboles sin viento y sin otoño
donde el alma tiempo afuera vive.
Todo lo he escrito
como un huerto que hizo altar sobre tu suelo
mi voz no se acaba con tus cosas
mi garganta es más extensa que lo dicho
Pero aquí a tu verdad erijo un templo
y tu verdad es cierta.

Ahora
porque sobre tus flores el sol no tiene
invierno
para que vivan tus insomnios lentos
te dejo los horneros de mi palabra rota
Vuelvo a decir amor, nada reniego
tampoco que el otoño es verdad fuera
del verso

Yo no te olvido
mi palabra de piedra no te olvida
el alma hace una casa y deja un
ermitaño
sobre el verso largo que te he escrito
más allá se cierra la poesía
como un huerto que se va por otro árbol.
¿Qué quieres que te diga
ahora que ya todo lo he cantado?




10.

Te dirán que la tierra me hizo cauce
que el mundo se hizo en mí en forma de
guerra
que partí en un barco azul hacia la tarde
cerrando alrededor las cuatro puertas.

Te dirán dondequiera que me busques
que no estoy ni estaré que ya no existo
Te dirán dondequiera que preguntes
aunque sepan de mí, que no me han visto.

Porque ya ha sido la hora del olvido
ya se cierran los rumbos de esta historia
Yo sigo aún sin lugares el camino
Y tú no puedes venirte por mi sombra

Y ya no podremos nunca preguntarnos
si el recuerdo nos busca algunas veces
si volvimos la cabeza al separarnos
si corriste en vano a detenerme.
Y ya no sabrás sobre qué insomnio
el verso te abandona como un barco
en altamar de la tristeza cambia el rostro
y ya no haces ara en el altar del canto.

Y te dirán ya lo verás cuando me sigas
Que pasé por allí rumbo hacia el nunca
que me fui desnudando las espinas
sin dejar ni un rastro ni una tumba.

Porque en verdad me seguirás un
día
cuando veas, tarde la verdad desnuda.




11.

Cuando el hombre no te sea suficiente
cuando busques más allá del día
cuando sepas que existir no es el presente
cuando sea mucho más lo que sería
Volverás la cabeza tristemente
para buscarme en la senda ya vacía
que tanto habrás sido por la gente
sin hallarte como yo solía
entonces con el rumbo roto
errarás sin verdad por las heridas
andando los países más remotos
porque yo cavé tu sangre hasta encontrarte
y aunque te abras la garganta sin medida
ya nadie de verdad podrá buscarte.




12.

Yo que supe la medida del perdón
por todo lo que pude perdonarte.
Mordí desnuda tu verdad sin Dios
y recorrí tu mentira interminable.

Yo te tendí mi tristeza regalada
sin que arredraran mi fervor tus cementerios
yo doblé mil recodos en tu garganta
y quise lavarte el alma con el tiempo
Yo te acerqué mi olvido dulcemente
todo puede ser dos, diez mil veces
Tanto dije tu historia mejor por otras
gentes
tanto hablé tanto canté por
comprenderte
Tu garganta se dobla sin altares
en verdad mentir no es inhumano
sólo quise redimirte ¿sabes?
con la mejor manera de mi mano
Yo que no tengo derecho a perdonarte
ni a pensarte lo bueno ni lo malo.




13.

Creo de verdad que la verdad
es cierta
cuando se la mira hacia atrás
porque el principio
es cierto recién por el final




14.

Hoy me vive tu pelo
lento violín de sombra
largo pájaro quemado de trigo
donde la poesía hace nidos
de alondra




15.

Amiga, mi querida amiga
esta distancia que no tiene raíces
y que en verdad tiene raíces en nosotros
nos está buscando mucho mejor en el
sueño.
No somos buenos, pero tú eres buena
y yo soy bueno
por eso mi mano cava ahora en el silencio
como el último pájaro o el primero
Ya estamos idos. Pero yo vuelvo
la cabeza a cada vuelta del sendero
Es un poco el miedo y otro poco la soledad
Tengo miedo de que seas el último puerto
y descubrirlo del otro lado del tiempo
En realidad, la tristeza se parece a todas
aunque nadie sea como tú.
Esta tristeza, tu tristeza
el último vestigio que te queda.
Yo te escribo para contarte
el primer sabor de lejanía
Nada me duele por mañana.
Todo me duele en ti
como perder una ventana que me busca
que no voy a vivir
Yo que nunca he pedido paso
que he golpeado con la frente en el
miedo de los otros
Yo que soy tu mentira en otra gente
yo que soy tu secreto sin guarida
me rompo
creciendo ya por otras manos
Tendrás olvido y cantaré
por haberte sufrido y olvidado
y luego diré que nunca
porque diré amiga, amiga mía
en otra carta como esta que ya no te
busque
Y en verdad amiga, amiga querida
(y ahora lloro)
me da pena tener que olvidarte
para buscar mi costado mejor en otra
parte
porque tanto puedo perdonarte
y tanto te perdono
y lo pudimos ser mejor que en cualquier
parte
y mejor y más que en cualquier otro
y ya no somos
amiga y me voy por olvidarte
Ésta es la carta del olvido
una nave
que un día tú me regalaste
es la última sangre
que te escribo.
hasta olvidarte




16.

Aquí te soy el rastro la distancia
el tiempo recorrido y el silencio
donde mis palabras son más por no determinadas.




17.

Cuando depongas tu libertad
libremente
poniéndole un rostro al sueño
o mejor volcando el sueño
sobre un rostro
cuando tus alas basten siempre
en un costado consagrado

si yo que tengo derecho a tu
nobleza,
no he sido nombrado
pero tampoco te perdono
te daré mucho mejor la mano
para ser distintos el nosotros
por amigos, amiga, por hermanos.




18.

Te cultivaré
como una abeja que cultiva
las abejas




19.

Te habitaré como un esquimal.




20.

Ahora que el hijo se te va en sangre.
y un rostro se clausura por el nunca




21.

Aquí estamos
agregados a la vida con importancia asesina
Diariamente nos damos gracias por todas
las cosas
hasta por el innumerable principio
de creernos.
De la realidad
sólo nos faltan los hechos
el tiempo
así es que todo es nosotros.
Yo.
Por eso debemos andar.
Estar es seguir
aquí es siempre
La absoluta quietud
de que todo avance
pero nada pierda relación.
Dios.
Aquí estamos
el destino es mañana
aunque todo es antes.




22.

Todo te accede
te existe
como el perfume como la música
como la tristeza
Nada te cuesta
todo lo vives
ordenas las palabras como el agua
Y yo tenía número para cada
estrella de la lluvia.
Por eso aprendí de ti
aprendí amar y ser
Por eso ya nada se busca el testimonio
sino la vida.
Déjame iluminarte
entrar en ti
fácil como la tarde
y vivir en la sangre de tu alma
como el hijo que me esperas.




23.

Me hace frío la ciudad
en cada una de tus palabras calientes que llevo
florecida la piel
El silencio rompe como un mar
y apenas puedo subsistir la arena
Mujer
Todas las furias que guardamos
La ternura que aprendimos a descubrirnos
detrás de nuestros gestos feroces
Las manos
las manos que recogimos
de la sombra
y de nuestras ternuras atroces
como los gatos.
Los gatos de la noche
me hace silencio la ciudad
los hombres
los caminos que sólo van
yo como un camino
porque siempre hoy




24.
CERO

Poca importancia concedo al
origen y significado real de las palabras
teniendo por real el contenido
comunicativo en el que todos se ponen
de acuerdo. creo que cada palabra sea cual
fuere su significado acepcional, es
vivida por cada individuo de manera
diferente, llevando así una
carga vital y una resonancia afectiva
que le da connotaciones diferentes
de acuerdo con el individuo. Es como
un mismo espejo que para cada hombre
tiene un rostro diferente y no es una
actitud del espejo, como tampoco, la palabra, que
en sí y en su relación significativa son
inconmovibles, sino que es una respuesta
resultante del contenido recepcional
del testigo y el signo que despierta sus
propios ecos. según creo serían muchos
los caminos para llegar, contándose entre
ellos, también un colorido sonoro del que resulta-
rían percepciones propias y diferenciales de
cada individuo.




25.

Esta cálida manera de suplicio te agiganta
el infinito del silencio cotidiano te propaga
y recoges mi costado como un lugar para tu
rostro
y ya es tuyo el diario afán de pensarte
que te hospeda.

Ya el tiempo que anticipa el sueño te prepara
con el solo principio
la devoción de soñarte te acomoda veces
y el hábito de tocarte con la caricia que
no te alcanza
aprende en tu imagen tu piel no comprobada.

Tú que inundas mis horas
con embriaguez cansina
que llenas de melancolía de siesta
las horas y los lugares donde mi paz solía
que enturbias el sueño indiferente
(y ya tengo rostro para la cara vacía
que soñaba)
tal vez con infinitas miradas que no encuentran
con ojos amamantados de luna
y ahuecados de pregunta
Tú que pasaste a recoger mi costado
que con presentido imperativo
de razas y destinos
te acomodas sin buscarlo
sobre el tú que te esperaba y ya te
nombra,
tú que pasas a buscar
en una vez un hábito de largas historias
y no necesitas los días para la
costumbre del rito que te adora
porque tienes sin esfuerzo
la dimensión de mi hueco lateral y de
mi mano
y la palabra que arredre mi silencio
y el rostro que aseste a mis tinieblas
una lámpara,
tú que ya te alzas como un faro
y que nombras el ara de mi alma
eres en mí la dimensión de mis vacíos
lentos y lejanos
y en las horas la vez que te da nombre
y rostro y te consagra desde siempre.




26.

Cuando se agobie y sude mi lengua, pero cante
cuando no pueda mi mano una palabra, pero
escriba
cuando no haya ya cosas que nombre mi lenguaje
pero aun sin sendero mi afán de caminante siga,

cuando ya vencida la vela de mi voluntad de puerto,
caiga
pero mordiendo el viento con las manos diga todavía
y con un tesón que sobreviva la agonía me levante,
y me arranque los harapos de las lágrimas y ría,

cuando abdiquen el nervio y el músculo vencido
y yo arroje mi cadáver que me es muerte, y viva
cuando limpie la sombra de mis ojos que me ciega
y esgrima otro velamen que en la tormenta no dimita

cuando ante mi propia tumba postergada
ofrezca mi rezo mi fervor y mi
rodilla
y me pida ayuda como un náufrago y me salve
entonces, esta vida porque sí, me será vida.




27.

si mi mano es fuerte cuando pueda el oro
usaré los dientes
y si mi boca puede fortaleza con mentiras
clausuraré mi mente
porque el mundo es una borrasca para mi barco
de timonel impotente.




28.

A tu imagen le he hablado muchas veces
como rezando lejos.
a veces hinco mi voluntad a tu rostro
y pienso.
Ésa es toda tu manera de presencia
ausente.
tu rostro empieza un sueño
sin presente.




29.

Sobre el mapa de tu arena caliente
voy cayendo peregrino y me levanto y sigo,
y dejo un rastro de historia
y una estela de sangre
porque copiaré mis pasos
en las veces nuevas que serán como ésta.
Yo que me seguiré a mí mismo
voy tildándote el sendero que es calvario
amamantando mi derrota que subsiste
en el cactus dormido que enarbolan las tumbas de
tus médanos.
Te digo el dogma de la palabra que
no tiene cosa; y tú entiendes que te amo
porque le asesto a la leña preparada
en tus guaridas el grito de mi antorcha
que te desata el eco llamarada.
Y tú vas con un labriego interno que
cultiva en un telar que es misa
con la abeja al medio que te crece y vive




30.

Hoy he intentado sin poderla, la poesía perdida.
y ahora digo que te canta, pero es silencio
que te evoca y calla
Por eso vive tu hora sida
en la imagen que te recuerda y te comprueba en
tus veces.
Tú eres tú porque te pareces a mi alma.
y ésa es toda la poesía que te habla.
¿Es verdad que no te importa
que no te revolotee sobre las sombras
la paloma mensajera que es palabra
o que haga un hornero de barro o de miel
la abeja que yo enseño a volar en mi alma?
No encuentro la poesía, es cierto.
tal vez no sea mía; pero esta catedral de silencio
esta manera de todas las palabras,
esta casa vacía o esta mano tendida
es una manera de grito que te calla.
Por eso toma mi poesía transparente
esta bandera que es fe sin colores y sin patria
y agrega a una página en blanco, con mi nombre
las palabras que quieras escuchadas.




31.

Te ahonda un mito de abismo y
laberinto
el tal vez es un recodo en que la duda
espera

(eres en principio; nueve veces de
sangre, postergadas)

mi mano agreste, en la guarida
del acecho te imagina.

Llenaste un espacio porque tienes
algo de mi silencio (y después de ti)
te pareces a ti todas tus veces

¡Qué importan otros rostros de
la espera
si el tuyo era el final de la
vigilia!
Eran posible una mañana una
lluvia, una tristeza
ojos sonoros o calientes
Era posible una mano de junco
y una voz de ciruelas
un posible infinito y un quizás
clausurado
y ya tiene la imagen que no era
recuerdo
tus dedos de damasco y tu voz de
madera.




32.

El tiempo es un camino cualquiera
cambiaremos de camino y el aquí será
un ahora.
la vez primera tiene más allá
un instante y un lugar para los dos.
Allí empezará el recuerdo
comenzaré a poder perderte
pero más que todo a recordar y perder
la cuenta de las veces.
Los días serán hacia después los tuyos.
el tiempo nuestro nos tocará la espalda
como un rastro diario que será la historia
Y nos aprenderemos con el silencio
y con las manos
y olvidaremos cómo era la ignorancia
de nosotros
porque seremos contiguos del antes que olvi-
damos.




33.

Quiero gritar silencio porque no tengo
qué decir
entonces repaso las cosas cotidianas
con la mano cansada de los ojos
habituales
Todo converge en la nuca de mis ojos
La ventana mi mano las cosas en mi
mano, mi sombra mi silencio
Tal vez este silencio sea una manera
de las voces viejas




34.

Por esa soledad previa de todos que me abdica
porque una vez es tu principio
y una tácita presencia te prolonga;
por esa mano que reemplaza el hueco en una mano
y el pescador de la mirada que socava
y sabe desde antes que sea la palabra
por esa compañía en un instante
y esa hermandad sin germen ni cadera
por esa devoción de nombrarte con silencio
cuando eres esa soledad con que me ahueco;
por esa simple mitigación de siglos
con un solo segundo de restituir presencias
te nombra el tú que titula mi costado
y mi mano de amigo es la disposición que espera.




35.

Contigo visité mis días destapando asombros
le agregamos al tiempo los lugares
existiendo los acontecimientos
Y allá en la sombra final que nos juntábamos reducíamos a silencio el parapeto.
Todos los miedos nos guardaron.
y no tuvimos una segunda estrella
con que saber hacia dónde.
Contigo poblé el nosotros como una
ciudad vacía en espera.
Allí nos asumía el barro la historia de
testigos.




36.

Las campanas latidas como palomas huecas o corazones de vidrio y sol
el corazón de barro se me derritió laxamente
con el ín-timo sonido de un sabor
a miedo o vergüenza
la noche se abrió la luna bostezaba
y se desperezaron los muebles de la sala
un estático cansancio se amontona,
cabeceó de nuevo la campana. pasó el tiempo
hasta el último latido y supe
que había sido el
último

quedó un hueco himno sonoro que se
diluyó como un pájaro diezmado




37.

toca la nada con la punta de los ojos
como un ciego y me regreso sin
haber partido soy siempre la mitad
del camino cualquier parte de un
sitio que no tiene lugares
algo me naufraga me destina al silencio




38.

A veces vuelvo sobre mi propia sombra para
haberme sido. Todo lo estoy entonces
Redondo total testigo.




39.

Un número es cierto
pero podría decir cualquiera y sería
igual,
porque no sé cuánto
sé que mucho y eso es todo.




40.

La ciudad se refriega contra mis
ventanas




41.

Qué puedo decirte de mañana
si aún te faltan tantas
mujeres para ser.




42.

Diariamente mi duda pregunta a la otra
orilla de los ojos
por tu rostro como un solo tal vez indescifrado




43.

Tú, que tienes paz para estar triste




44.

Perduraré en ti para que tildes con mi
nombre
las horas que fueron mis veces.
porque debo quedarte
como el eco del mar en los caracoles.




45.

vulnerable en
un talón o una mollera




46.

el cáliz de tus manos.
pausado.




47.

La felpa del sueño me entibiece.




48.

Tu voz de felpa me enturbia a veces
como un aliento a una ventana




49.

Una música turbia y seca que me raspa.




50.

Diezmar las sombras.




51.

La tristeza se instala en la nuca de mi
alma y se hincha
como el incienso que se expande.




52.

Bastan dos veces para tildar el tiempo
comenzar que es ya recuerdo
inaugurar pasado y abrir olvido
compararte con tu imagen
y soñar mañanas.




53.

Ahora tengo tu rostro para ordenar tu nombre
tengo el rumbo fijo de tus ojos hace mucho
pero basta para mirarte a los ojos.
Ya puedo recoger tu sueño sin equivocarte
y decir tú y decir los otros.




54.

Porque eres más bajo mi frente, como un secreto de
tumba.
¡Qué importan las veces de tu casi carne!...
si amo más mi alma




55.

Quiero fracasar mis propios
fracasos
ser vencido mis propias
derrotas
De la experiencia de los demás
estoy avisado.




56.

Hoy que ya mañana




57.

Como a las cosas que se evaden de la inercia de largas
lejanías volveré a hallarte
porque ha sido tu principio
ahora ya puedo decirte entre el fragor
del mundo y buscar tu rostro
rescatado del tal vez y el nunca




58.

Un pájaro de historia resucita
y se sacude el polvo que lo cubre.
la hormiga labriega grita su cansancio.
He de saber que vivo.




59.
EL SILENCIO Y NOSOTROS

Las hormigas de mi boca te han marcado
por la espalda las venas de la tierra
han bajado a la sombra final buzos de sombra
para tragarse el silencio que te vive los vértices
de tu colmena más honda
Ya todo te lo viví como el silencio, ala total
sin testimonio. Y sin embargo, aquí
me quedo como el labrador adherido a tus
tardes para seguir empecinando la savia
de la tierra madurada en una flor.
Nos ha entrado el silencio como a las casas
de los que han muerto lejos
En los nuestros erigidos se agrega la distancia
de otros tantos rostros. Y no nos dolemos
sin embargo que un árbol nunca ha sido
lejanías y nos quedamos, con las raíces
clavadas en nosotros, como estamos
buscándote el otoño en el verano




60.

La noche queda doliendo.
Te cansabas de comerte los
prados del cielo
como un potro azul de silencio
alargándose la sombra de vacío
por el viento
volveremos a nosotros dormido
sin sal de la locura
como el pescador que olvida el
hada que le subió de las redes


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT


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