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La fe que nos viene después de habernos desconfiado nos vive mucho más (libro de poesía) - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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Categoría: Poemas de Amor
La fe que nos viene después de habernos desconfiado nos vive mucho más (libro de poesía)
Poema publicado el 15 de Diciembre de 2010

POEMAS




1.

Desde tus veredas,
mis manos contemplan
tus olas y tus arboledas
Y sobre ti resbalan
remedando tus playas.
Tienes el sonido mismo de los ecos
de las caricias con que ya te acaricié.
Voy comprobando tu realidad
y presiento tus confines;
y sé cómo continúas desde donde en ti yo estoy
Y como un ciego leo
la ene de tus pechos
y leo como un ciego
la u de tus misterios
donde tus páginas convergen.
Y tus costillas rimadas
Y tu pelo ordeñado
y nuestras manos disueltas.




2.

Allí donde mis pasos estrellan un
cielo vacío, en ese techo
perforado de intemperie de
tacones

Quererte es fácil como amar
porque si amo eres querida
porque si vivo amo
y porque amarte es la vida de mi vida.

Cuando partes de mi lado, llegas
porque vuelves en la idea y ella en ti
vuelves desde el sueño no soñado o voy
al sueño
se despierta
el despertar en que despierto
fui

Tengo el alma perforada que se me
vacía




3.

Yo lamía los ojos del silencio
como un ciego manosea las estrellas
todo lo acariciaba
y el perro azul de tu cabeza
y pasaba los ojos por la lengua del silencio
para lavarme la vida con estrellas
Y el perro azul de mi silencio
se comía el perro azul de tu cabeza
Todo lo entendía
como un ciego
pero luego vinieron las cosas sin certeza
entonces el silencio que cerró los ojos
y el ciego abierto por afuera
con todo el vientre de cerrojos
midiéndome la vida en tu cabeza.
Mal perro azul de mi silencio
le crecieron estrellas
Y entonces la poesía y el perro azul
de tu silencio
pasándome la lengua por la lengua.




4.

Somos hermosos como los rinocerontes
como las hormigas y como las águilas
porque tenemos ojos para nosotros;
y lo seríamos como los hombres
si en vez de pensar el amor nos
lamiéramos con las manos.




5.

Sabemos que no somos
ninguna de las palabras
que nos decimos
vivimos más atrás de nuestros acuerdos
mirándonos desde las heridas
qué certeza tiene un ciego
de que el otro también lo está?
Y un día
después de tantos acechos
después de habernos
después de habernos parapetado detrás de
las palabras
abarcamos la certeza
como a los sueños
y nos sentamos juntos
juntos al silencio
convocados a todas las cosas
y tal vez tengamos las palabras para decir
que la fe que nos viene
después de habernos desconfiado
nos vive mucho más.




6.

Si piensas que a veces
que lo que te escribo
no lo he escrito para ti
No pienses eso
este cuaderno
terminará diciendo
que me perdones por no
habértelo dedicado.




7.

canción de doce teclas
pero rosario infinito
reloj en que viajan mis
besos de agujas




8.

si hay una soledad para que yo esté solo
necesita el espacio que ocupas para estar




9.

Un día, de tu carne gritada amaneceremos.
Yo te lameré el dolor para sentirme menos inútil.




10.

Mis dedos silabean cada momento
de la hora de tu cuerpo




11.

Vivir somos esto.

desollados como la harina




12.

Sentí que el perdón era un regalo gratuito y libre




13.

La baba de tu mirada se adhiere
a mis gotas como el musgo.
y siento que entre las paredes del
viento están tendidas las telarañas
del viento y yo me freno en ellas
y en mi espalda se precipita
la hora del escalofrío
en el agua de la boca
ronronean aún las olas
que imprimió tu beso
en las manos socavadas
se acurruca la cúpula del
vacío y en su concavidad
chapotean las alas de tus
manos que se desmoronan.
Aún me abrazas
El frío endurece los muros
de su vientre con un hueco
como yo
En alguna parte de mí
aún tu piel me moja
de mi piel.
Una llamarada de viento
me inunda al respirar
Se destiñe el humo de tu
imagen con el viento
a veces cae una piedra
de silencio en mi mente
de agua y una tajada
de cebolla de ondas me
aturde
y se enredan en mi
voz las pelusas de mi
ronquera.
Y tus manos restauran
la imagen de tus manos




14.

Como un desaforado labriego
enterré mis palas en los surcos
de este cuaderno.
He ido despejando el cardo
peinando la tierra
la encía fecunda
la cabellera vacía
soplando en la fragua del delirio
hasta hacer saltar la espiga.
Éste es mi pan
mi harina enamorada
mi sudor de anhelos que te buscan
mujer ecuatorial
templo definitivo
altar de la fertilidad
A veces el silencio
a veces ciertas fotos viejas
arqueológicos naufragios
como sarmientos
mordían el arado infatigable
de mi lengua.
Esta siembra insucumbible
no teme la agresión de la pezuña
pueden invadirla los dientes del olvido
puede intentarla el fuego y el rumbo
lóbrego del pus
no hay silencio para el verso escrito
si ha pasado por tus ojos
por la siega de tu mente
por la molienda vigilante de tu alma.
Yo no quiero tener nombre de poeta
prefiero llamarme jardinero
pastor de rosas
timonel de savia
No hay en estas húmedas colinas
de papel, una sola piedra de aridez,
El sumergido mineral es todo de campanas.
No hay un solo fusil bajo la tierra
porque éste es mi prado de amor
mi arsenal de palomas
para tus ojos y tu sonrisa.
Ahora bien, mi pequeño horizonte
Amiga de mis horas lejanas
Es posible que los cuervos
del tiempo, los gusanos
tenebrosos que a veces
tenemos en el subsuelo de nuestra
memoria, pasen
a dimitirnos, a esparcirnos, a disipar
la semilla a barrernos con uñas
de huracán enfurecido.
Es posible que se desaten de
lejanas cumbres, desde destejida
nieve de recuerdos, algunos rostros
que traemos puestos, y que el agua
turbia del hastío alague nuestros
campos de besos y de veneración
trasnochada. Por ésas y por todas
las otras muertes posibles que
podrían sumergirnos yo quiero
dejar un dolmen eterno
para todas las expediciones
para todos los testimonios
para obligar los astros perezosos;
y ese monumento indemolible
lleva nuestros nombres y el del amor
en este cuaderno que es una
nave para todos los diluvios.
Así, tal vez para siempre
el talón de la atmósfera
será una lámpara custodia
para que no se nos echen encima
las escobas de la nada y nos sumerjan.




15.

Ser poeta es muy fácil
hace falta una distancia
una imagen que a veces
confundimos con la almohada
Hacen falta muchos besos
en la boca solitaria
y el silencio desnudo
acostado en nuestra cama
Es aún mucho más fácil
si se posa en la ventana
una paloma perdida
o una trémula guitarra
Se necesita una hoja
que se parezca a una sábana
y después cerrar los ojos
y arrojarlos en el alma
Y empezar a dibujar
con silencios o palabras
los caminos de los dedos
por el cuerpo que nos falta
Hay que estar enamorado
por eso hay pocos poetas
la poesía no se atrapa
con ávida red de letras
Hace falta algo de rezo
vivir con el sueño alerta
llorar al ver una rosa
y andar desnudo en la guerra
Si esto no da resultado
se compra un libro cualquiera
la poesía está en los ojos
del que pasa a recogerla




16.

Enjuago mis caricias en chorros de tu pelo
y vuelco mis ojos en los tuyos visitados
y digiero tu mirada que navega en mí
tu mirada navegada por mis ojos navegados.

Mis manos son una memoria donde habita el eco
de la historia de tu cuerpo que
vivirá de nuevo
Mis manos; ¡Gracias a mis manos por mías y por tuyas!

Qué triste su ceguera o el silencio de
tu piel en mis dedos
yo remedé el labio del aire que te besa
fui vendando tu contorno
copiando tus costas como un río.
y averigüé tu espuma de miga,
dragando en tu piel, como en un pan




17.

La historia te traspone por la vez
ojo viajado
el silencio se desboca a tu costado
como un mar de música vacía.
Después
la senda te regala el todavía
pero te aturden tus cauces por adentro
y la gente que es feroz ojos atrás
(como si Dios fuese verdad sólo en los templos
y la verdad no fuera de verdad.)
Te agregas a las cosas
todo tiene el sabor que tú le existes
y te rompes los dedos masticando sombras
y las sombras te embisten
por tus calles rojas.

Yo no puedo andarte la locura
no puedo ser el testigo, nadie tiene testimonio
pero puedo decir aquí los otros
una manera de tantear el nunca
y morir de siempre por los ojos.




18.

Escucha esta oración de siete versos
semana de amor desde un domingo solo
en que rogaba:
Dios mío si llega sabré que es ella y podré
decirle tú
tiene la cara que tendrá, la que en este día,
mañana no ignoraré
Señor dame una llave para romper
el candado de mi silencio, de mi noche
de mi tristeza circular que me anilla
como el vacío que ocupo.
Lunes de ilusión, de buscar mi sueño
en mis preguntas
de evitar mi piel por temor de despertar
martes de amor supremo de palabras
de piel de temor inmenso de convicción
tan fuerte como el amor sentido
miércoles de pendiente, de alud
de involuntad de piedra
de escombros en los diques
de riendas mutiladas
de amor crecido de alma hinchada
y ajustada contra el abrazo de
donde cabe.
Jueves de embarazo de amor de corazón
inflado, de ruego, de amarte
más que ayer de muros superados
de martes insignificante
de miedo de mañana.
Viernes de hondura de lágrimas
de miedo de tu primera palabra
de ahogo en la garganta de
mil palabras rengas de voluntad
ficticia sábado débil de los dos
gastados de los dos inmensos de Domingo
con cruces de Iglesias con los dos.




19.

a veces arrastro mi sombra como una es-
tela inevitable. Pero ella no me pesa.
a veces la sigo. y la empujo
como las sombras simultáneas de la
luz.
ni se demora ni me arrastra
es la más constante conmigo.
es como comprobar mi cuerpo
porque yo la emito.
aunque nunca la sentí
aunque nunca me dolió.
Ella determina el rumbo de los pasos
porque los huye simultánea de sus
voces.
nadie podría
tropezar con
ella
ni tomarla
como a una
bandera ni
como a un harapo
es blanda como el
frío que denuncia todos los
contornos
porque es siempre como una mera forma
apoyada sobre las cosas
o una presencia tácita u olvidada
a veces me fijo en ella y me sorprenden
los contornos de su charco
las riberas
Un siempre perro mi siempre
esclava.
acorralada como el agua entre las
costas
que
segregan
los faroles
Un siempre perro mi siempre
esclava.
y cuando no hay leña para anclar el fuego
mi siempre ángel
cuando la noche aturde
y ella puede ser cualquier eco
de mi cuerpo
y está condenada al según
de la primera espada de la noche.
Ahora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
Mañana quizá para que no sangre
me detendré.
Hora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
porque sé que un día acabará mi
sombra y yo no podré saberlo.
mañana me detendré para que quizás no sangre
quizá sola en ese silencio donde no puedo
recoger sus gotas.
Quién pudiera con un árbol de luz
empuñar el pájaro de la sombra
y acariciarla por tanta compañía.




20.

El silencio se solidifica con la cercanía de mi perfecto
espacio.
Lo tengo como un gesto en mi frío,
como un sabor en mi sangre
como un perfume en los intersticios de mi alma
como un naufragio nuevo que ocupó mis bodegas.
Ya me he acostumbrado a él como a una piel
Nadie viene a tocarme, ¿o es que mi piel ha
enceguecido?
Pongo mi oído en los muros de mí que no
sé dónde están y comprendo mi muerte
insuficiente. mi sola existencia de conciencia
mi noche achatada contra mis ojos
que dan para las cosas lo mismo que
mi alma
me falta un espacio
y me invade el miedo de que me sorprenda
una mano no perdida
o un ojo Recuperado. Puedo viajar vertigino-
Mi Reencarnación. samente y el tiempo
me esquiva como
a una reliquia de la eternidad.
Hace un rato. ¡pero cómo! Ahora comprendo
Cuando se consuma mi conciencia
que se gasta en senderos sin horas
y quede una brasa inmediata de cenizas
entonces pensaré, sólo mi presente
aunque sea de recuerdos.
y habré perdido mi conciencia
porque me faltará una para pensar
que pienso.
la perspectiva de un túnel se disuelve
en mi mente
Mi presente se deshilacha hasta como
una cebolla que se desencierra hasta que
no queda.....




21.

Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las
palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza
empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso en que pudieras no llamarme con tu tú
cuando pienso
con miedo en no haber sido yo
estás en mi alma de pupila como
tu observado
y yo sé que alguien te mira como
yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro
más)



Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi
llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú




22.

Para mí eres pequeña como dos instantes
como dos palabras tan sólo que hemos dicho
pero tienes el tamaño de mi vida
porque hoy siento que por esos dos momentos
he vivido.

Eres pequeña como un solo parpadeo
mas el eco de tus ojos dejaste en mi recuerdo
Y eres ínfima como una semilla
mas tienes en mí la extensión de un bosque inmenso

Eres pequeña en mí y grande también,
pequeña porque cabes en sólo dos encuentros
pero extensa como una llama débil
caída en un prado paja y yuyos seco.

Por eso eres pequeña como el sol visto de lejos
y enorme como claro en el desierto sin reparo
simple y chica como una estaca chica
y grande cual su sombra con la luz sobre
un costado.

Eres tan grande que aunque ni has empezado
me parece que yo he sido para llegar a hoy
y siempre te recuerdo cuando miro una fogata
que sopla su luz hasta donde no alcanzo a
ver yo.

Así eres tú como todo eso que digo
como una gota en la boca de mi sediento
o como una vasija de donde desbordaría
mi amor que si comparo con el mar

parece el mar y éste una gota y sólo eso.




23.

Oración por mí:
padre nuestro
que estás en los cielos
que estás a mi lado,
porque estoy con ella
que no recé un día.
señor, ¡no se fuera!
Que no grité un día:
no seas todo en la
altura,
Vuelve a existir en la
tierra
Hijo tuyo que estoy en la
tierra
que rezo que lloro,
que estás en los cielos
que ruego tu infinitud
eterna




24.

oración por nosotros:
padre nuestro
que trajiste el cielo
a un instante de los dos
que hiciste el puño entreabierto
de un pesebre
con sus tablas y sus clavos
que tomaste el amor
de un martillo
para injertar
nuestra algún día
carne dividida
con el abrazo perpetuo
y duro de los muros
elevados
no dejes caer nuestra
unidad de cuna
en el suelo de los solos
clavos y tablas
de las manos vacías, o peor
no queridas llenas.




25.

Tus manos llegan con espuma para mis costas
como las palomas de las olas asustadas del mar
como las manos que huyen de los hombros en un ruego.
¡Quédate con mis manos!
y la nieve se desmorona desde mis muros llena de ojos viejos
para que inaugures mis paredes viejas como las playas
pero nuevas tras cada ola.
Así nunca recuerdo tus manos.
Ellas llegan por primera vez cada vez.
Tus manos llegan como la dentadura fundida de los pianos
a avisarme mis contornos.
como la música me comprueba mis oídos.




26.

Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.




27.

La música se destiñe

en mi corazón como una
bocanada de niebla
indescifrable
mi corazón llora

mi corazón llora y tus
imágenes desafinadas
como una calle tras una
ventana de invierno

y tú subes como un incienso
de vino




28.

Necesito un papel muy viejo
para escribir una frase vieja:
te quiero
La tinta es marrón,
como la sangre seca.
necesito un idioma entero
para empezar a hablar desde el principio
necesito muchos años de tu tiempo
para tenerte lo que necesito.
Para inaugurar tu primer
instante
necesitas un segundo
quedarías como un árbol contemplando
mis olas de aguas
muertas
Pero podrías ser un árbol asido de mis
gotas
y yo contar mi verdad de savia
por tus laberintos




29.

Si un día la costumbre
liturgiara en nuestras almas
o mejor en la diaria creencia
de querernos




30.

Cuando el alma se evapore
como un himno de chimeneas.




31.

Tu mano como una baranda
para caminar por los muelles de
la noche
como un silencio y palabras derogadas
como un idioma de pájaros
y un silencio de ramas
como banderas de pentagramas
o dentaduras de pianos
me recuerdan los faros de las costas.
se parecen al humo de rumbo
involuntario
veletas de mi silencio
como un compendio de castillos
Tú con tu sola importancia de
guante
y ritual secreto de aras
contra un rincón conseguido
puedes volverte sólo corazón
incendiada de sangre
con los techos titulados como iglesias
luego de las estocadas.
Tú con tu sola importancia de aljibe
con dos candelabros laterales
Del cerrojo del hijo
emerge como de un remanso
el vapor de una fe infinita

Niño desde una mujer
hasta otra, niño.
Tengo ganas de rezar...
En el nombre de tus ojos
y de tus grutas o tablas
y un eco de arietes y clavos
y de tus manos.
Ya puedo decir amén en tu boca
y dormir.




32.

Cuando falte sólo un lugar donde buscarte
te habré perdido
porque quizá pudiera encontrarte
y no te encuentro
por miedo de comprobar mi desesperanza




33.

Mi amor está en el reguero de mi sombra
Estoy en mi amor y me hallarás en él
No busques mi amor en mí, no será todo
Lo encontrarás en las horas en que aún no es
y ayer.
Desde aquí te quiero hasta donde estaré




34.

Tu recuerdo humea en mí como una bandera de perfume;
más que como un canto persistente,
como un calor contiguo de las horas.
Tú eres aérea como las abejas que pueden extraviarse en un rosal.
Has quedado como la sal que titula mis redes
en las brechas de mis venas
porque el amor no puede encerrarse en una caja
ni quedar en los versos sin evaporarse.
Yo también me extravié en tus laberintos
y siempre hubo un misterio indescifrable en tus colmenas.
Pero el amor no puede guardarse
como un sabor
o como el murmullo del fuego.
Tú lo sabes
porque has guardado las rosas en los libros.
El amor de los versos es un caracol de sangre
donde laten los ecos
del corazón del mar.
Tú no puedes tomar mi amor entre tus manos
pero yo sé que sí porque lo has tenido.
Ya puedo recuperar de las olas mis anzuelos vacíos
no me importan los peces porque no estás en el mar.
Es infinita la tristeza de mis manos.
Hay hojas secas
o palomas.
Tus manos revoloteaban como pájaros
y tus ojos tiritaban como mariposas.
Hay cenizas y hojas secas en el viento.
No quiero pensar que me recuerdan a tus manos.




35.

Hay un rincón remoto
donde el corazón tiene pasos más que en la sangre.
Un lugar que está detrás de las gargantas
donde se grita el viento;
tras las vertientes que guardan las ruecas de la música.
Un lugar agazapado tras los telares de las horas
que descansa como el misterio remoto de la vida
tras las glándulas que emiten el silencio.
Son pequeñas pupilas
(como guitarras de ternura)
Son los vientres
donde se hilan las sombras fantásticas de la felicidad;
donde van rostros
y voces
y manos
a convertirse en llaves
que descifren el candado de las almas.
Donde humean las mentes de los que sueñan
a recorrer el itinerario de los sueños
a describir la melodía de las verdaderas ilusiones.
Hay un lugar que es como el canto infinito
del gesto de los ojos;
donde los embriones de amor tienen una copa de poesía
para beberla simplemente
como a la tibieza de las manos.




36.

Ha caído salpicada a mi alma
una pluma de la cuerda de la guitarra de un grito
de lejos como un árbol nacido de amor
emitido de dolor
enfrutecido de llanto
y muerto de soledad.
Y agrio como un grillo
el relámpago de mi grito en mi alma;
y yo encendí en mis muros
la leña mojada de mi escalofrío.
Después la ola del silencio se llevó los castillos de la playa
y quedó la duda de las voces
Y un eco arenoso y frío
como un miedo de gritar y deshacerse como un castillo de arena.
Luego tomé una mano desesperadamente
sin olvidar una soledad recién empezada.




37.

Las páginas de los pájaros parpadean
Las palomas son botes que atestiguan la piel
de un mar consumido
el pájaro que no canta es sólo
un vértice de valvas
como un trébol incompleto y desanclado.




38.

En ese instante en que
de la vela del alma
se derrite la cera
del amor; que la llama
de tu imagen quema
y se desenreda por un
candelabro con una
gota de humedad
que la habitación aprie
ta sin espacio para
que de las paredes se
despelleje la luz y
deje la carne vivir
de las sombras




39.

Ahora no necesito la noche para ver las estrellas
un árbol enfruteció de estrellas
no hay mañana ni nubes para mis estrellas.
Yo las toco lentamente como a gotas de agua
y se adosan a mis islas como un náufrago
como una paloma tibia y nueva
a la que ha arrancado el viento de sus ramas como a un fruto.
yo acerco mi vela suavemente...
y las formas simultáneas me esperaban
y vienen las abejas a estrellar el cielo de
mis gajos
como el perfume arrinconado en tus vértices
y la honda humedad entre las páginas
Ahora no necesito la noche para ver las estrellas
ni las palabras para entender mi silencio anterior
y yo sé por qué quizá tú no lo sepas
porque tus ojos no caben en tus ojos
y las estrellas son tuyas
y caen hasta mí como la lluvia




40.

Los grillos de tu pelo, cuando mi
piel es de noche
desgranan el brillo de sus estrellas
como las mil manos tuyas ya
sidas que desde la lejanía
vinieran a visitarme,
tu pelo llueve sobre mí,
con la mejor espuma de una guitarra
y tu mano es luna,
y tu mano canta,
y es luna entre las estrellas
y es voz entre la guitarra
y es árbol entre las yerbas
y es grito entre un mar de silencio
como un barco que lleva
la mitad de mi vida que me falta.




41.

ya está tendida la
miel de las velas.
tus manos de miga me han
dejado un gusto seco en el silencio
los grillos chisporrotean
de frío
las cigarras tiritan y crujen de frío
las mariposas se desesperan
en las velas.

En una bandeja de
viento
hay copas de pájaros
y yo he bebido.
y estoy ebrio de cantos.




42.

Tú puedes extinguir las sombras
que humedecen los muros de mi alma
como banderas que titulan mi tristeza.

Tangente del tiempo
como una piedra en la costa del río de
las horas
Queda una idea como la sombra
tácita de un pájaro
de vuelo indescifrable.
como un único pie de un no sé si
largo camino de horizonte diferente
que sólo puedo sospechar.




43.

Ganar la soledad mientras otros ganan los trofeos
de la idiotez y la mentira.
Olvidarse del mundo, de la historia.
Vivir fuera del tiempo.
Insuperable programa para una rebeldía!
Una lección de montaña, una pureza de mar, una ac-
titud de espacio.




44.

Hay desgraciados que se creen con derecho
al rencor y a la maldad,
y quién tiene la culpa de su
desgracia?
la virtud de los agraciados,
el contraste o Dios.




45.

Todas estas voces ajenas,
embriones de silencio
son tuyas, ahora que me siento
solo,
como recordando.




46.

Ahora te nombro con imágenes
y te pido perdón.




47.

Hoy quiero morderte el corazón
asomado a tu boca como un pájaro
voy a cultivar el rumbo de tu sangre peregrina




48.

Alguien ha bebido de mi fervor, tal vez sin ver su
rostro sobre el agua
mi soledad se rompe de campanas,
qué más da que el domingo ya no sea mío




49.

la noche rompe sobre mi piel de filo,
mi ojo de piedra y agua es un hueco ventisquero

la noche sangra por la luna

¿qué moja su sangre más allá de la espuma?

Para cantarte, amiga de mi sueño, que te puede a veces

mi garganta sin mar, rompe en la piedra
como un pájaro nuevo
para tu mano de paloma, para nombrarte
mi corazón de palo y parche
enarbola un grito de silencio que te calla
Ya te puede la melancolía
barco partido sin partida
mi tristeza no te guarda como a las cosas que solía
como a la luna perdida.




50.

la rama lleva el camino de la fruta.
Cuando el río no tiene costados no sé si viene o voy al puerto
quién tiene la certeza del rumbo
cuando no hay dos árboles para señalarlo?




51.

la música que sube por tu espiga y se vuelca en perfume
a la mañana, como un racimo sedal que se dispersa
en líquidas palomas de cristal y niebla.




52.

vendrá el hombro del pájaro que fundía el aliento
filos de viento mordidos en esquina de mendigo
y doblará el recodo, final último amigo.
comprender lejanamente el principio del exilio
la soledad ¿quién la nombra a medio camino?
quién clausura el sueño antes del último segundo
la muerte queda con el mundo, quién sabe su propia muerte
la agonía la averiguan los que quedan
nadie supo su propia tarde
la esperanza es el último vestigio del naufragio
como una alta bandera que no es habitante de la muerte.




53.

Si siguen hablando como locos
voy a odiarlos, y ¿quién sabe si
aunque yo también lo ignore, nunca los perdono?




54.

Toma esta voz turbia
llena de pelusas, como
empañada de palabras
viejas. Toma estas
palabras que siempre son
viejas y son nuevas
pero que son tuyas.




55.

mi grito tiene embriones




56.

¿desde qué remotos embriones,
alumbra el resplandor de la música?




57.

la música me lava por la boca como un naufragio
de tules y colores.
palomas derretidas
líquidos pianos que flamean
banderas resbalosas
humo
niebla
ebriedad
orgasmo
agua de cristales
derretidos.

a media asta de mi
garganta como el trigo que
me sangra por las manos.




58.

Donde duermen tus manos a la
hora del exilio
mi canto es un pájaro de distancia
que no ha
sido
Como un rumor de invierno
en tus hogueras
y una tristeza de horneros en el
cuello.
A veces quiero decir con mi
verano, que el sol no tiene invierno
más acá del silencio
Por eso para destituir el mundo
(obsesivo mar a tu costado)
levo anclas en mi paloma de sol
y viajas hasta tu sangre
como un buzo o un grito sueña raíces de
savia
Mi voz tiene embriones de
viejas primaveras, allá te
levantas




59.

Soñé que cavaba un pozo en el cielo
para buscar a Dios
Y lo encontré como a una isla
ahorcada por el mar de mi alma




60.

Quise hallar la fe
con eso la destruía
La tenía antes de buscarla
pero no lo sabía.




61.

tengo clavado el vino rumbo adentro del corazón sin respuesta
y tu nombre subsiste a la honda desbocada
después de haber muerto, mordiendo tu rostro
como un pez, mi tristeza remota y
presagiada ya no callará su olvido.
deja que todo te lleve, mi tarde te despide
con gaviotas y no lloro porque no has sido tan poco
ni siquiera has sido, y una palabra se me atasca
como un grito ciego que te llama,
pero que no puede tu partida.
adiós, adiós, el corazón
hace buches de tarde,
la mano ya no responde las
sombras,
asida del silencio como un loco
empezado, después del último barco,
adiós, amor mío, adiós.




62.

No importa cómo eres.
Puedo decir que las abejas de tu cuerpo
se enjambran en mis ramas
(aunque
las estrellas se han enjambrado, salpicadas
de la luna.
el amor
de nuestra hora de amor flamea
Ha llovido y verificas los caracoles
de los besos).




63.

Hacia mis nunca
diariamente se sepulta mi día que no
ha sido.
El tiempo va recogiendo historia
y el día ya no tiene el infinito sin
certeza
que es el albedrío donde el sueño
recorre la vigilia
Yo estoy y soy de símbolos
El mundo es diariamente
una manera de no poder ser ya
otra cosa
El será es un tal vez
El fue es un para siempre
una verdad que a veces no es certeza
pero es una verdad
y el lugar de la cobardía
y la posibilidad de la mentira
El mundo un lenguaje que siempre
es extranjero
se computan los símbolos,
y tras la imperfección de las
palabras
la soledad es una duda que crece
como un náufrago que ignora si
alucina señales o no.
En un punto ¿quién me ha entendido?
¿Quién tiene la exacta dimensión de mis señales?
¿quién ordena a mi manera
como yo en la libertad los significados,
en el impreciso albedrío de
la imagen?
En la duda de ser loco cada vez
toda pregunta es una certeza vacía.
¿Dónde estoy? ¿Dónde acaba cada sueño?
¿Qué rostro verdadero tiene cada nombre
que gritan a mi puerta?
Cuando pierda toda cuenta
(como un viajante que no puede numerar
su trayectoria en un desierto sin árboles)
cuando sea cinco veces ciego
a mi cadáver romperá la diaria
ola del mundo y yo seré una duda
interior, como ahora en que no tengo
la absoluta certeza de no estar muerto.




64.

estaba encerrado en las paredes de mí mismo
ya en la lengua hecho saliva el sabor de la ceguera
sin saber desde dónde se fue la última luz ya olvidada
y soñé que alguien entraba y me despertaste con la puerta

se aturdieron mis manos al tocarte
y tu voz me encandiló y me asusté de creer en tu existencia
y tuve miedo de ser muda baldosa en el oído de tus pasos
o que estuviera en mí la impotencia de una campana sin mano en su cadena.

Por eso me gusta desnudarte poco a poco de las sombras
y comprobar mi despertar no soñado
y el cadáver de tu ausencia.




65.

me gusta besarte y ensordecer mis ojos
ir disolviendo en silencio el rumor de tu cara
Y luego verte resucitar entre los peces en mis párpados
y no entender tu cercanía y mi alegría insospechada

y miro tu pequeñez y te veo enorme y me extraviara en tu boca
como si me acercara tanto que viviera en tus poros
y me sumerjo en las olas de tus ojos blandos
y nado en ellos y me queda el gusto a sal de sus gotas.

y las cosas tienen un ocaso y se guardan en ti
y amordazas el mundo como la persiana de un cuarto solitario
y zozobro en mi silencio construido con mi voz
y en el techo de la noche eres la estrella que estoy mirando.




66.

Ya no quiero amordazar la noche con fatuas antorchas
y tampoco clausurar las sombras del silencio
con palabras de mentira como estrellas.
Ya me basta con la luz de una luciérnaga
para erigir incendios de música en el alma




67.

A ti que tienes la ruta de mi profecía
talón de sangre y azul de golondrina.




68.

Habían quedado tantas palabras incrustadas en
mis labios.
Herían.
Eran la verdad y la espada.




69.

Quiero que empieces ciega con mi frente
volver muros tus ventanas,
yo soy para siempre la mañana
soy el sol y el mundo, soy la gente

Tu mirada será un muelle ausente
mis barcos cancelarán tu vigilia vana
sobrarán mis alas para tu libertad ya sobrehumana
Y para hachar silencios en tus manos, te bastarán mis
dientes

mañana es un sueño, pero mucho más un miedo

Tus ojos terminan en un recodo de un sendero
deja que tu ruta sea mi dedo.
Morderás mi semilla, más acá de la tierra
tu silencio (tu mejor palabra) ya será sincero
por tanta mitigada soledad que ahora te encierra.




70.

Si tú me escuchas esta noche,
cuando haya madurado la
mañana que te sueño, cuando entorne mi silencio ojos
adentro

Cuando un canto un poco torpe
se levante de las ranas de mi pozo
si asomas tu recodo al canto en que me asomo
y tus manos maduras pueden flores




71.

tanto cáliz derogado




72.

Desde dónde nos vendrá
este hijo desde qué hora
qué olvido o qué locura?




73.

la muchedumbre
se cerraba tras de mí
como un barco entre
un mar de gente corto




74.

Para arrodillar el potro de soberbia doble-
gado
recuperado el niño, desnudado el
cobarde
la coraza más acá del acecho
vuelvo atrás mi trono es
mi destrono
de no haber sido y ser mi
propio amigo.
Y a los amigos insultados
me descalzo la garganta
todo el mundo fue mi tarde
(inflamado el rencor de ser
mi propio solo)
para todo el mundo una ventana
que será mi propia lámpara
(un
ciego
logrado a mis espaldas)
Hoy los ídolos tienen primavera
pero pueden sucumbir de
sed y de impaciencia.
Hoy alguna madre hará
una cuna en mis trincheras
en mis recodos dormirá un
mendigo
porque ya puedo un umbral
caliente donde hice buches
de invierno
Pueden comerme las manos
también me crecen flores en
verano
y se me caen los ojos en otoño
Puedo amamantar de poesía al
que ha perdido templos
olvido los candados de
mi puerta para que
puedan los que vengan mirar
las estrellas desde mis lugares.
mi silencio es una nueva
comarca de plegaria
un cementerio para empezar
(el otro lado de las tumbas).
Ésta es mi nueva voz
mi primera primavera.
me sacudo eternas golondrinas
y corro por mi sangre para
anunciar mis remos
lavo con música mis dedos
que no tuvieron dogmas
y desde niño lograré
mi sombra para subir
por mi talón hasta
acomodar
mi nuevo bueno
en mis ámbitos desmantela-
dos.




75.

Esta noche mi corazón emana
como un pájaro moribundo
desde un rincón de mi soledad
El silencio está perforado de
los pasos de mi corazón
mis manos no disminuyen
mi soledad ni acortan
distancias

Yo juego en tus médanos
y mis botes rotos injertan
en las olas los mástiles vencidos
y el mar tirita pero reúne las
imágenes desgarradas como
retrocediendo una consagración




76.

Alguien pasará sobre mi boca
y no podrá recoger las uvas
de mis palabras
pero tú que tuviste mi voz como
la sangre
podrás beber en los gajos desiertos de mi silencio




77.

Habré sido tan falso que
un día
mi nombre será
un seudónimo




78.

si mi historia sin vez es un sendero prefijado
si el ahora es una cláusula de ser en cuando
si me persigue un inimposible imperativo de astros y
profecías
acatada mi irreversible y larga espalda de razas
destino inexorable
alzo mi rebelión de ser mi propio encuentro
este suicidio, tal vez (y este tal vez) estén escritos.
y sobre mi propio barro
seré mi propia mano seré mi propia imagen
seré el embrión de mi propia idea
y mi orfebre




79.

La boca hinchada de besos
callados que se amontonan




80.
EL PRÓLOGO DE TUS PECHOS

Mi pequeño
poblado de dos casas
Silencio y canto y corazón
hinchado
Balcones de tu alma




81.

yo soy ahora y aquí en cada lugar y cada día




82.

Estás creciendo en mí como una idea
y te pienso como quiero que seas
y te encuentro así, como quisiera
y te voy formando poco a poco, o te voy penetrando
y me encuentro en ti tan fácilmente




83.

Somos hoy. Inocentes de ayer y responsables de
mañana.




84.

A veces me caigo a tus ojos como un balde
y perturbo el parche del agua endurecida
y vuelvo chorreando respuestas y letras de tus
cosas
y las olas parpadean sus alas
y en ellas perdura el eco de mi pregunta.




85.

El silencio va enroscando su hebra
en mi conciencia de palo
hasta inflarse en el ovillo de un espacio
donde existir,
hasta inculcarme la sensación de mi
corteza de mi piel
comprimiéndome con el peso lejano
de las voces que dudo,
de las voces que no llegan
y tengo la sensación de mi redondez
cabida y empotrada en la burbuja
de un anillo
que corona mi verdad de frente
con la ininterrumpida espina
de un frío inevitable
tu voz suena como un grillo
ignorado o sabido de
a ratos
Ignoro mi quietud,
también mis pasos
la sombra detenida no se abraza
me aturdo de mí
como un carozo me rodeo
y estoy sumergido en una aureola
de vacío
o se han ensordecido mis pupilas
y mis tímpanos pupilan en un
iris de noche




86.

Soy topo y horado en tus orillas
barrosas y de pasto.
Y algunas noches, perfumadas de luna,
te decía amor,
pero más te amaba amor.




87.

Un piano gotea su estela de burbujas.
el silencio se completa en esa música
Una vegetación de tules se disuelve en el aire
Los edificios cordillean con su tablero de ventanas y
su gula de habitantes.
Yo estoy fuera para que todo pueda existir
junto
Quizás alguien se pregunta sobre alguien o
Puedo pensar, y pienso, y estoy triste
mi alegría, que existe en mi impensamiento,
no existe.
Qué horrible su existencia, si no pudiese
saberla
Qué espanto ignoro mi felicidad y ni soy feliz
con ella
a veces la carcajada de un vidrio roto
resquebraja el silencio nítido




88.

asumir la proa
del ahora que
ha sido todas las veces
y habrá sido todo
el tiempo.




89.
EXCLUIDO CONTORNO

(ahora, cotidiana
meta, fin y faro
punto de partida provi-
sorio)
imprevisible




90.

colonizaré tus selvas y seré
amigo de tus ciénagas




91.

Mi tarde tendrá el canto de
tus pájaros y volcaré mi sol
sobre tus últimas montañas
seré buzo y topo de sangre
en un punto de tus hormigueros




92.

probable es sólo aquello de lo que
tengo pruebas. Cómo dudar
de mí mismo si soy
todas las cosas que existen?




93.

Soy más yo que la opinión
de los que se pueden equivocar.
por eso no importa
desmentir los detractores




94.

suficiente hablar de mí con lo que hago,
¿desmentir a los equivocados.
yo no los equivoqué.




95.

cada cosa da su propia medida, mi
inteligencia me habló de sí misma




96.

permanecer firme sea cual
fuere el precio de mi fortaleza
aunque
mi motivo
les llegue a
confundir y
nombrar
con vanidad




97.

los libros esperan a cualquier
altura de la vida ser abiertos, la vida
no espera a cualquier
altura de la vida, ser vivida




98.

tú, sistema frutal




99.

Donde trajinan los tangos,
alimañas de suburbios




100.

Estás matada en mí, pero no has muerto
día a día riego el sendero
para que el pasto cicatrice el suelo
y astillo el agua para escombrar
tu perpetuidad de cielo
y cuando dejo de rodar en el vértigo y
despierto
las olas se han hundido y tu imagen
perfuma el agua
dormida
Y yo te he matado donde existes en mí
muerto
Y puedo matar tu cadáver
o hacharte como a la rama
crecida
y aunque te mato no puedo
porque tengo que hachar la
tierra




101.

tu pelo largo pájaro de sombras.




102.

El sueño no me alcanza para soñarte
la voz se me atasca en la garganta




103.

Para tu mano de pan y de guitarra
y la lacia gaviota de tu boca
quisiera el canto que ya no te alcanza
y el fervor del mar sobre las rocas.

Para tu voz azul
Para tus ojos con latir de mariposa.




104.

Para lavarte las palabras con silencio
para morder tu corazón de mano




105.

Cuando te haya zarpado rumbo adentro de
los ojos mi palabra nueva
cuando sea ausencia mi diaria lejanía
roto el mundo crecido sueño afuera
seré yo un poco tu melancolía




106.

A veces un rito de ausencia te reclama
y ojo atrás emprendes un sueño de espejismo
donde no tiene rostro la voz que llama
y te vuelves canto más allá de un abismo

Y haces un recodo más allá de la mirada
donde no te alcanza el mundo que se vuelve
vano




107.

En ti he perdido el rastro de mi espalda
la historia que me alcanza no llega hasta
mañana
y en la duda de que levanto mi pregunta
¿siempre todo es más allá de una ventana?

Ya no importa desde cuándo el sueño cambia
el rostro
el tal vez de profecía se vuelve
te acata.




108.

acatar mi rebelión
y maniatar el grito
crucificarme la garganta
derrotada
una raíz vencida sobre
la arena.




109.

He llegado a la hora de retomar el talón de la garganta
La voz recupera primaveras




110.

Mucho antes te quise
mucho hoy, aún, te quiero.
Pero no de la misma forma,
con el último romanticismo
de mi triste adolescencia,
sino con el despertar duro,
material, íntimo, de esta mujer
Con la fuerza que me da
el comienzo de mi grandeza,
y con la lucha de lo irresoluto,
lo extemporáneo, lo inconocible.
Pero sin el poder de templanza,
de seguridad, de premio cierto.




111.

Un despertar sin sueños,
un levantarse sin ánimo,
un vivir sin un mañana
ni un hoy que me conduzcan
ni un ayer que me consuele.
un divagar constante.
sin camino ni frontera.
en un dédalo pequeño, enorme,
circular, desierto.
Bajo un firmamento sin luz
y sobre una tierra estéril,
entre el grito del silencio
y el dolor de la indolencia.
Con los nervios distendidos
y la sangre circulando
dentro de esta cabeza hueca
llena de todos mis devaneos.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT


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