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Las sombras fantásticas de la felicidad (libro de poesía) - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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Categoría: Poemas de Amor
Las sombras fantásticas de la felicidad (libro de poesía)
Poema publicado el 10 de Marzo de 2011

ANTOLOGÍA DEL AMOR




1.

Y será ésa, otra manera de mentirnos,
como al decir adiós.
No puedes parecerte a las palabras que me dicen.
¿acaso alguna vez, fui como una palabra que escuchaste?
Escucha pequeña, aunque ya no me oigas
, deja romper las olas del silencio que te
ahorca por las noches. Llora.
Luego llámame, no te oiré.
Luego toma esta pregunta como una antorcha,
y baja al sótano de tu alma a descifrarte.
¿qué día es el olvido?
yo no lo sé, ese día y por haberte ya olvidado,
no recordaré llamarte para contártelo

Si enfrentas el olvido, con sólo recuerdo
¿para qué olvidarse?
Si sólo hemos pedido ayuda de los otros
y nunca nos gritamos a nosotros mismos




2.

Pude tal vez echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero cerré los ojos y confié en los tuyos
y me dejaste ciego, frente a la mentira y frente
al mundo.
Ya no importa llorar ni perdonarnos
ni hacer preguntas y responder silencios
Ya todo está. ¿Para qué secar la leña
inútilmente si las piedras mismas de hacer chispas
dimitieron.
Puedes restaurar, quizá, mi memoria,
seré un recuerdo más yo o menos yo, eso no importa
Pero el nosotros que yace donde el camino se bifurca
no volverá ya a nombrar nuestras manos juntas
Hemos perdido para los nombres por venir,
ese fervor de apretar los ojos, como rezando.
Por eso seremos los dos, siempre mejores,
aunque digamos dejarnos para buscar lo verdadero

Es por eso el rencor, no tendremos olvido.
todas nuestras palabras de olvido serán para nosotros.




3.

Voy a tachar la blancura de tus médanos de miga
y dejar los talones de mi boca como un título de un camino de sed
y voy a tildar cada poro con una bandera de saliva caliente
Hasta morder la cruz de las cúpulas
como un puño desesperado de abismo
un vaso para tu alma
y yo desesperado desde afuera
inventando gritos de socorro a mis ojos ya roncos
y a mi voz derruida de haber gritado tanto
yo desde afuera helado
golpeando a templos sin ventanas
la lluvia de la noche cayendo sobre mi espalda
me adosaré a los muros como un caracol desesperado
Y descubriré tus ojos y escucharé por ellos
más cerca el himno de la leche despertada
Y el incienso en los altares y en las aras
cáliz de sangre
cáliz de pasto
descubriré las entradas
y habrá una voz más en el coro de tu sangre
y un trueno de las almas nos hará temblar
y serás el agua acumulada de la lluvia
y zozobrarán mis quillas y mis mástiles
en el flameo de las aguas
y te preguntaré tras el líquido silbido
si has sentido un resplandor en tus ámbitos
como un susurro de la fogata del hijo nuevo
que aturdirá tu vientre de un médano de miga.




4.

tu recuerdo me duele
por el tú que faltas
pero no reniego de saberte
no reniego de necesitarte
odio la burbuja de vacío
que me contiene
Recién pensé: amor mío
hubiera sido triste ver caer
las letras sin que las recogieras
lo pensé y aun así fue triste
fue triste fue triste
varias veces triste amor mío
varias veces amor mío
estás repartida en este silencio
empapando su presencia de ausencia
llenando esto lleno de vacío
como las cosas
conocidas y creídas de la pieza
ahora que apagué la luz
como ellas,
que podrían irse y volver con la voz de la lámpara
y yo lo ignoraría
y es así como está tu no estar,
sólo que no lo pienso
para que la noche no se doble líquida
como lo que está detrás del fuego
tú me entiendes, bueno, sé que lo harías
para no llorar
entre las lágrimas que ya estoy llorando.




5.

La lacia melodía de los ojos se expande
más que como un agua
como un cántaro a volver lleno
de agua
más que como un naufragio
como un anzuelo o una red
Pero hoy no hay peces.
y no pueden darme las manos
las ramas tocadas No importa cuánto hace
y no pueden ofrecerme otros ojos
los pájaros vistos
algún día
Se esparce mi soledad
Mucho más
voy recogiendo mi soledad
previa de mí
de todos los lugares
donde sigo estando solo.
Ya no importa recoger la soledad
o llevarla dentro
como a un silencio
—o una indiferencia por las palabras
que no son las esperadas—
sólo importa llorar




6.

Tu silencio es de noche y yo tengo tu
silencio
y he naufragado en él como un ciego y con frío
y aunque se acumula en mí un vacío
de ti
tu silencio es mío

Estoy vacío de silencio y me guarido en el silencio
Estoy lleno de palabras, mas no sé
decirlas
tengo fiebre en las lágrimas y nada de ti
sin embargo tengo; tu partida.




7.

Así yo en ti
tu imagen puntiaguda y penetrante
ha llegado como un mástil a la vagina del alma
y se yergue allí como el murmullo sigiloso
de un estruendo guardado y contenido
Por eso mi boca se titula con tu nombre
y tras tus puertas, en el templo abrazante de nuestra
hora y de nosotros,
donde la oscuridad reina como en una caja cerrada
coronas como un anillo mi existencia íntegra
mientras mi rezo lancea el cielo
las palomas del eco se acercan a parpadear con sus alas
y los muros se derrumban con estrépito de humo
Y nado en la pecera de una lágrima
mientras se van derrumbando tus cristales de
burbuja
hasta que el vértigo en que nos evaporamos hasta
mezclarnos
resucita de nosotros
y estamos diferentes y nítidos
como cada uno de nosotros
borrachos aún de cada uno.
como dos vasijas quebradas
y las aguas novias
inundando la ciudad de los pedazos.




8.

Disuélvete en la noche poco a poco
como cuando te disolviste de la noche en mí
ve apagando las velas encendidas
una a una
yo quedaré como en un templo a oscuras
como el alma del templo, como mi alma en mí
ardiendo como hostias en los cálices
con ese fuego antiguo que es tan fuego
que arde mudo y no se puede extinguir

Recoge las palabras de los sitios
termina la agonía de los pájaros del eco,
desfigura de mi iglesia tus imágenes,
Hay una nueva sobre el altar
tú eres una imagen de ella
te romperás sin poderla quebrar

Y luego con los puños solos
Sin manos para un fin o un "otra vez"
yacerán los pedazos de la imagen de nosotros
sin poder ser nunca ni otro pedestal,
y sin un día sobre cal de tu cadáver
se desmorona una lágrima imposible de llorar
alguien como todos que no sepa que estás viva
pensará en la lluvia, o en el agua nada más.




9.

A veces no bastan mis maneras de tenerte
para mi voracidad.
Me empalagan los abrazos apelmazados
y un bostezo se infla en mí
y te aprieto con la desesperada
fruición de dos muelas en mis brazos.
y vienes a enhebrar mi abrazo
a imprimir tus bordes en mi piel
a caber en una cueva
que se encueva en ti
como una espada de luz
que hace sangrar el misterio de los cofres
y atardezco en tus aguas mi
naufragio de ocaso
tu mejor abrazo
mi manera de abrazado
también tus brazos
tus pliegues
la ciénaga en los
hombros de tus brazos
mis raíces
Se elevan los mástiles al cielo
se acantilan las quillas en el mar
déjame guiar el barco de
este abrazo
tú guárdalo
cierra un párpado sobre los cráteres
déjame nacer de ti
como una lágrima de lava
como la derrota
de mi mano abierta
y luego ansiar en tus
costas la gruta del remanso.




10.

He estado sobre tus cementerios y un poco recé sobre tus tumbas
sin saber qué pasillo de historia huía desfondado hacia la
sombra
Yo ni siquiera apago tus cenizas
tampoco calenté las manos de mi invierno
sobre el gato seco de tus fogatas.
Pero los ojos perdieron el lenguaje
y suplanté las cosas con mis propios rostros.
Abajo de un poco tu ceguera cada día
recogí mi anónimo redondo averiguado
Ahora
porque el sabor de tus mares de música
que yo no he sabido descifrar
pone más acá mi lenguaje de otras razas
Sobre tu lápida inventada en tu memoria
dejo mi canto sucio
tejido como un pájaro extraído de la tierra
con palabras extrañas, que no entiendas.




11.

El silencio se solidifica con la cercanía de mi perfecto
espacio.
Lo tengo como un gesto en mi frío,
como un sabor en mi sangre
como un perfume en los intersticios de mi alma
como un naufragio nuevo que ocupó mis bodegas.
Ya me he acostumbrado a él como a una piel
Nadie viene a tocarme, ¿o es que mi piel ha
enceguecido?
Pongo mi oído en los muros de mí que no
sé dónde están y comprendo mi muerte
insuficiente. mi sola existencia de conciencia
mi noche achatada contra mis ojos
que dan para las cosas lo mismo que
mi alma
me falta un espacio
y me invade el miedo de que me sorprenda
una mano no perdida
o un ojo Recuperado. Puedo viajar vertigino-
Mi Reencarnación. samente y el tiempo
me esquiva como
a una reliquia de la eternidad.
Hace un rato. ¡pero cómo! Ahora comprendo
Cuando se consuma mi conciencia
que se gasta en senderos sin horas
y quede una brasa inmediata de cenizas
entonces pensaré, sólo mi presente
aunque sea de recuerdos.
y habré perdido mi conciencia
porque me faltará una para pensar
que pienso.
la perspectiva de un túnel se disuelve
en mi mente
Mi presente se deshilacha hasta como
una cebolla que se desencierra hasta que
no queda.....




12.

Tu mano como una baranda
para caminar por los muelles de
la noche
como un silencio y palabras derogadas
como un idioma de pájaros
y un silencio de ramas
como banderas de pentagramas
o dentaduras de pianos
me recuerdan los faros de las costas.
se parecen al humo de rumbo
involuntario
veletas de mi silencio
como un compendio de castillos
Tú con tu sola importancia de
guante
y ritual secreto de aras
contra un rincón conseguido
puedes volverte sólo corazón
incendiada de sangre
con los techos titulados como iglesias
luego de las estocadas.
Tú con tu sola importancia de aljibe
con dos candelabros laterales
Del cerrojo del hijo
emerge como de un remanso
el vapor de una fe infinita

Niño desde una mujer
hasta otra, niño.
Tengo ganas de rezar...
En el nombre de tus ojos
y de tus grutas o tablas
y un eco de arietes y clavos
y de tus manos.
Ya puedo decir amén en tu boca
y dormir.




13.

Esta noche mi corazón emana
como un pájaro moribundo
desde un rincón de mi soledad
El silencio está perforado de
los pasos de mi corazón
mis manos no disminuyen
mi soledad ni acortan
distancias

Yo juego en tus médanos
y mis botes rotos injertan
en las olas los mástiles vencidos
y el mar tirita pero reúne las
imágenes desgarradas como
retrocediendo una consagración




14.

Mucho antes te quise
mucho hoy, aún, te quiero.
Pero no de la misma forma,
con el último romanticismo
de mi triste adolescencia,
sino con el despertar duro,
material, íntimo, de esta mujer
Con la fuerza que me da
el comienzo de mi grandeza,
y con la lucha de lo irresoluto,
lo extemporáneo, lo inconocible.
Pero sin el poder de templanza,
de seguridad, de premio cierto.




15.

Un despertar sin sueños,
un levantarse sin ánimo,
un vivir sin un mañana
ni un hoy que me conduzcan
ni un ayer que me consuele.
un divagar constante.
sin camino ni frontera.
en un dédalo pequeño, enorme,
circular, desierto.
Bajo un firmamento sin luz
y sobre una tierra estéril,
entre el grito del silencio
y el dolor de la indolencia.
Con los nervios distendidos
y la sangre circulando
dentro de esta cabeza hueca
llena de todos mis devaneos.




16.

Vivo sin saber vivir
pero vivo, y aún espero
de esta vida algo, eso,
aquello por lo cual soy esto.
Esto que no sabe nada,
esto que nada aún ha hecho
esto que es el ser, mi ser,...
mi motor y mi tormento.
Esto que debe moverme,
agitarme, abrir mis miembros,
contraerlos de impulso de la
savia de mis sesos.
Explotarme, darme frutos,
señalarme mis deseos,
mis potencias, mis designios,
por lo cual vivo y espero.




17.

De tantas transplantadas lealtades
De reivindicar tantos ídolos consagrados cada día
De tanto destituir soledades
y volver con el implacable ciclo de los tristes
marcando itinerarios
donde empezó a perder vigencia la esperanza
De tanto inaugurar historias
hallar el curso de los rostros
y corregir los dogmas con trofeos de dulces batallas
renegar la última vez del silencio
con un nuevo altar
Hora por hora claudicando
venciendo como un héroe de acero
que se repite cancelando sangres y heridas
porque alguna raza de tierra es así
entre dos veranos
telar de vientre sosegado de otoño
he sido fértil detrás de cada muerte
cada derrota cada ciénaga y cada trinchera
reconquista el niño amanecido
con un rastro nocturno que es olvido
y un sendero frontal que es sueño.
Por eso digo de tanto haber sido de tanto
andar sobre mi historia
tengo mañana todavía
y la esperanza sin clausura por vigilia
porque no he sido vencido hasta el suicidio.




18.

En las calles verticales los umbrales deponen acechos al paso
rígidos silencios
el bolsillo inconsciente
El silencio se derrite para enjuagar tu palabra
quedada
Y yo no digo de verdad
Me gusta mi voz y te nombro
para sentirte hermosa
importas porque tú,
y tú,
porque yo
pero igual mi voz es tuya
y si callo
y no te canto, canto.
(a veces me creces como el fervor.)
igual eres hermosa.




19.

tengo clavado el vino rumbo adentro del corazón sin respuesta
y tu nombre subsiste a la honda desbocada
después de haber muerto, mordiendo tu rostro
como un pez, mi tristeza remota y
presagiada ya no callará su olvido.
deja que todo te lleve, mi tarde te despide
con gaviotas y no lloro porque no has sido tan poco
ni siquiera has sido, y una palabra se me atasca
como un grito ciego que te llama,
pero que no puede tu partida.
adiós, adiós, el corazón
hace buches de tarde,
la mano ya no responde las
sombras,
asida del silencio como un loco
empezado, después del último barco,
adiós, amor mío, adiós.




20.

a veces arrastro mi sombra como una es-
tela inevitable. Pero ella no me pesa.
a veces la sigo. y la empujo
como las sombras simultáneas de la
luz.
ni se demora ni me arrastra
es la más constante conmigo.
es como comprobar mi cuerpo
porque yo la emito.
aunque nunca la sentí
aunque nunca me dolió.
Ella determina el rumbo de los pasos
porque los huye simultánea de sus
voces.
nadie podría
tropezar con
ella
ni tomarla
como a una
bandera ni
como a un harapo
es blanda como el
frío que denuncia todos los
contornos
porque es siempre como una mera forma
apoyada sobre las cosas
o una presencia tácita u olvidada
a veces me fijo en ella y me sorprenden
los contornos de su charco
las riberas
Un siempre perro mi siempre
esclava.
acorralada como el agua entre las
costas
que
segregan
los faroles
Un siempre perro mi siempre
esclava.
y cuando no hay leña para anclar el fuego
mi siempre ángel
cuando la noche aturde
y ella puede ser cualquier eco
de mi cuerpo
y está condenada al según
de la primera espada de la noche.
Ahora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
Mañana quizá para que no sangre
me detendré.
Hora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
porque sé que un día acabará mi
sombra y yo no podré saberlo.
mañana me detendré para que quizás no sangre
quizá sola en ese silencio donde no puedo
recoger sus gotas.
Quién pudiera con un árbol de luz
empuñar el pájaro de la sombra
y acariciarla por tanta compañía.




21.

A veces creo que los pájaros que pasan
son mis ojos liberados
que van a hacer nidos
en las catedrales de tus manos.
Ése es el primer mandamiento
arrodillar los ojos ante tu corazón.
Un día tu vientre coronará un hijo
Y la sangre ascenderá el calvario de los
túneles
Ése es el último mandamiento.
Poner candados en las nubes
y esgrimir tu imagen perpetua
como un sol
del cielo del alma.
Guardarte
como un cáliz eterno
de un santuario renovado.
A veces creo que los pájaros que pasan
son tus manos
y sueño
que vienen a buscar a mis ojos.
Ése es el primer delirio.




22.

Transitaré el año de tu cuerpo día a día
desde el enero líquido de las olas del pelo
y los peces encontrados
con mis dedos redosos
como si silabeara la primera
baldosa de un patio
que contemplo desde un balcón
y la canción de ti en la primera nota
como si en un primer punto
en que empiece a trazar la línea
destilaras por mis pasos gota a
gota los adoquines de tu calle
hasta un tiempo blando de ventana
enrejado entre un séquito de 29
pestañas
y allí me desnudaré de mi veneno
vaciando de mí la manga de
la piel
y se volcará el alma, sin cáscara
como la yema de una fruta
para rescatar del agua de un
aljibe la ascensión eterna
del balde de mi propia
imagen

ése es tu cuerpo
de carne de minutos
que en mi ojo es continuo
hasta ser sólo uno
y que si fuese lo más cerca de la nada
vería como un cielo estrellado
como una playa con arena de tus átomos
y luego de tus 12 capítulos de versos
mano uña de 12 dedos míos
tendré 12 lágrimas distintas
para llorar nuestro año de años




23.

Me descalcé el mundo me cegué los dedos
me desnudé el mundo
cerré cinco ventanas en muro
ciego por ciego
ya sabía silencio
ya sabía negro
por eso silencio negro
por eso todo silencio
y la vigilia en un punto
en silencio de silencio




24.

Eres de humo
y te disipas
pero yo vuelvo a buscarte
y te encuentro
o te adivino
mi mente te ensucia
te contagia de mí
y te confundo
y te sé como te pienso
y eres como tú
y quizá te ignore
quiero escribir algo sobre ti
y me aborda la imagen de la espuma
y la sensación de un beso de pelusas
y de tu voz bostezada
y me parece que es mentira
y sé que no me engaño




25.

los grillos tiritan de estrellas
se destejen en mí las horas de arena

voy recorriendo las horas preparadas
anteriores a mí como paisajes
en las costas
tú puedes desmoronar los pájaros
del eco
o lacrar el candado de mi
silencio
mi oración humea desde
mis cenizas más que como
un ruego
como una evocación
porque no me basta tu recuerdo
blando como las cosas tras el
humo
porque no tiene cara ni
palabras,
tan sólo la certeza de que tú eres.
y de que puedo amarte




26.

Te callé tantas veces, te olvidé tantas
Te inventé en tantos sueños
Te descubrí en tantos rostros
te equivoqué tantas veces
te renegué tanto
te mentí en mi ceguera intencionada
te llamé tantas veces,
tantas veces fuiste
y eres
ahora para no haber sido nunca
Aprendida para siempre
y ahora desde siempre
ahora amor,
ahora que has venido
ahora que pasar es haber sido
toda tu vida recogida
ahora que soy
que soy sobre tus cosas
escogidos y encontrados
como nuestras manos
y nuestros silencios y nuestros
costados que tantas veces
transitando las gentes
trasponiendo los días
con la espera abierta
con el alma llena tantas veces
y siempre amor siempre vacía
tantas veces nos buscaron de algún modo
ahora que nos parecemos a todo
a las tristezas recorridas
a tanta historia que nos sube hasta
los ojos
ahora que ya nadie nos parece
ahora que todo nos olvida
que tenemos la exacta dimensión para los otros
ahora que el tú nos llama para siempre
Ahora sé por fin todo el camino
porque sé que eres
el otro lado de todos mis sentidos
por eso ahora digo
te callé tantas veces
te inventé tanto y te dolí tanto olvido
que con la historia doble que nos precede
con las manos erradas
y errantes tantas veces
abro como un volcán subido a mi garganta
el primer grito,
que ya no te calla
que no te recuerda
aunque seas un poco todo lo que ha sido
que ya no te inventa
y que se ahueca mansamente
para echar palomas a tu nombre
palomas guardadas desde siempre
que ni yo sé dónde




27.

De repente siento que me he vaciado
que soy un vertedero de una
destituida ciudad del aire
siento que soy una sentina de despojos
donde se pudren las carcasas
de algunos monstruos descartados.
Todo género de creaturas
se demora a exagerar mi podredumbre.
Esta soledad me ha desmesurado tanto...
Espero cualquier milagro
una ventana que mire hacia otros
sitios
podría pasar a hacer un nido
en mi nariz.
Estoy harto de mis sienes
que no inspiran ni la más
elemental arquitectura
ni una gaviota ha querido
refugiarse en mis orejas
Los escarabajos creen que soy
el mueble donde se guarda
el demoníaco insecticida.
Y se van por supuesto.
Tal vez fuera mejor ser ese mueble
así tendría el veneno por adentro.
Estoy harto de esta coraza
de kilómetros hacia cualquier parte
Voy siempre empapado de meses
huelo a moho
de eterna postergación.




28.

Si voy como un ladrón a la gruta de
nuestro amor mientras tú duermes
pierdo tu imagen como si tuviera miedo de ti.
Tú puedes ser terrible levantarte
en la piel del instante
exacta como el filo total
puedes decirme: ¡vete!
puedes reírte como un río que
se enturbia para no dejarme
beber.
pero tú me dices: (mientras comprendo
que no perdí tu imagen sino
que me extravié entre otras)
soñaba que me tenías miedo
es decir que me acercaba lentamente
a una pluma de tu sangre
y te amo.
desesperadamente porque te herí
porque te herí de amor.

Y no puedo detener las olas de
mi corazón
y siento que el eco despavorido
remeda su propia sombra
hasta remar lentamente
cuando yo soy un niño verdadero
y tú estás allí perdonándome
como tu primer hijo
dándome de beber la sangre
de tu herida y las lágrimas




29.

Hay un rincón remoto
donde el corazón tiene pasos más que en la sangre.
Un lugar que está detrás de las gargantas
donde se grita el viento;
tras las vertientes que guardan las ruecas de la música.
Un lugar agazapado tras los telares de las horas
que descansa como el misterio remoto de la vida
tras las glándulas que emiten el silencio.
Son pequeñas pupilas
(como guitarras de ternura)
Son los vientres
donde se hilan las sombras fantásticas de la felicidad;
donde van rostros
y voces
y manos
a convertirse en llaves
que descifren el candado de las almas.
Donde humean las mentes de los que sueñan
a recorrer el itinerario de los sueños
a describir la melodía de las verdaderas ilusiones.
Hay un lugar que es como el canto infinito
del gesto de los ojos;
donde los embriones de amor tienen una copa de poesía
para beberla simplemente
como a la tibieza de las manos.




30.

Tú eras la brújula que bosquejaba mi rumbo
mi ansiedad el timón que trazaba mi marcha
la distancia el puerto que dejé a mi espalda
soy el puerto último que tu espalda tuvo
Yo era para ti como el calor del fuego
como tú para mí como al calor la llama
tú fuiste la cúspide a la que ascendía
yo soy el puerto que dejaste en la distancia

¿viajo yo y tú fuiste un punto en mi camino?
¿viajas tú y yo fui un lugar en tu sendero?
¿viajamos y nos unimos en un beso de no?
mi pie esta vacío como tu camino de mis dedos.




31.

La tarde pone lenta
una limosna de sol
en el horizonte de alcancía
Amarnos fue un ocaso
y atardecí en ti
y me diste tú la limosna
y visité tu sombra
y me desnudé de tu lejanía
y ocupé tu abrazo
y fuiste la u de un valle
y te acentué de lluvias
y destruí el diptongo de los dos en una noche
y nos descuartizamos
y se ignorará que fuimos,
y que somos ahora
dos esquirlas de una piedra rota
y sangras donde estuve en ti
y sangro, donde estuve en ti
y tengo frío en ti donde ya no estoy
y estás vacía
donde ya no existo en ti.
Y sigues andando, mutilada,
pero andas
y quedé tirado en un campo de batalla
como la yema que perdiste
o una daga con sangre y sin herida
o caída del tajo
donde entendió su existencia
sangrando un llanto
como un brazo amputado
y con la mano cerrada en un mango de recuerdos.

Y aún así existimos
aún donde ya no somos
y quedaremos allí
como dos alas de un perfume indivisible
sin que se pueda nunca
adivinar a cada uno de nosotros
como una costumbre de haber sido
y una ansiedad de seguir siendo
como una sombra que es más bien




32.

Te pintaré los ojos cuando tú mueras,
te besaré la boca fría y seca
apretaré tus manos duras, de madera
y enjuagaré los dedos en tu pelo de cera
tenderé un silencio sobre tu piel de cala
morderé con mis manos, las tuyas pálidas
y apagaré la noche con alguna lámpara
para ver tus ojos como los pintabas.
Te pintaré los ojos, no lloraré, lo sabes
pero si acaso alguna gota sobre tu muerte cae
¿Qué más dará llorar tristezas que no sabes,
si habrás muerto sola
sin mi verdad que ignoras.




33.

Es suficiente saber que no se vuelve para dudar
el dolor de lo que se deja
¿Cómo medirnos la ausencia? el hueco que espera
por delante?
¿cómo secarnos todas las palabras
que nos viven el silencio?
cómo emprendernos la tristeza
con qué naves que no sabemos remar
tantearnos la lejanía como si partir
fuera un camino que seguimos?
Vivir es quedar, tantas veces hasta
historia. Por eso el dolor de cambiarnos
el rastro de asumir otros ojos y otras
manos en otros rostros y otra carne.




34.

Abriré mis vertientes soltaré todos
los perros de mi sangre
inculcaré la luna en las olas de
mis campanarios
el relámpago de sombras será un ciego
al sol en el velamen del duro silencio
luego arrancaré a cantar
como la entraña de la nada un
día se suicidó con el primer pájaro
entonces ya será la luz la punta de
la historia intemporal para tejer




35.

Anclo en tus pies
Todo encallo pero me bajo de la
nave y camino
los pies de mi boca te persiguen
la piel camino de las vetas
Tu conciencia me espera en cada beso
Todo nos esperamos tanto nosotros
que para qué nombrarnos
simplemente vivirte que las palabras
suceden a las cosas.
coágulos de luz y silencio nos rodean
las manos que nos hablamos




36.

Quiero decir el cielo y tu nombre se derrama como un manto que no puedo riendar.
Quiero decir el río desenrolla su charla de agua y digo,
tu imagen pasa
como el viento de un río,
Quiero gritar mis ojos para que traigas las anclas y no se ahoguen
Quiero susurrar la mirada de mis manos y tus contornos no me
escuchan,
Quiero decir y te llamo,
la ola del ocaso segrega un altar.
Ésa es tu imagen y Yo vivo de tarde
Mis manos se derriten esta noche como un agua
sin vasija
Mis manos no tienen la mordaza de las tuyas
y gritan.
Quiero gritar mis manos y no puedo detener
mi bote tan pequeño que se va tras ellas.




37.

A veces yo bajo hasta donde el mar que es cielo techa un pequeño
mar de agua doble, donde las estrellas de los peces se reflejan
sobre una patena oscura y dorada dura y blanda, algodón y espada, pero
siempre tierra, donde tú guardas el secreto que te murmuré una noche,
una noche en que imprimí mi sombra como un árbol en la tierra
mi palabra se desplomó en ti como un pájaro en el agua hasta entonces
imblanda de un aljibe
allí goteó mi voz como el agua que se desenreda de las fisuras
y cayó espesa y única la palabra, la letra, el punto
que tú encofraste amor punto letra palabra grito.
a veces miro por tus rendijas dentro del templo y veo en el altar de
tu alma, sobre el ara de mi imagen un pájaro que abriga la
sombra de mi reflejo en ti que la vela paciente de tu amor
derrama.
Yo no tengo imagen de tu imagen tú la guardas por mí
junto a la mía; por eso encierras las más simples mariposas
de los ecos de mi voz que sigue conjugando: eras, eres fuiste y
eres y serás eternamente




38.

Con la patena de mi viento
voy a recoger de tus copas
tus gárgaras de pájaros
Un sorbo de misterios que bebe en un instante
la lengua de la llama.
Voy a buscar la fruta de tus ojos
a morder tu silencio
a amordazar de beso el beso
Vuelvo chorreando la sangre de las horas
los pájaros no llevan las migas
Un sorbo de la noche atraganta mis manos
el corazón gutural hace viento en la sangre
tus imágenes gotean sobre la arena
y sobresaltan el desierto de mi ceguera
pasas o paso y vuelves o vuelvo
pero nos acabamos intermitentemente
algunos pájaros recogen un minuto de las horas
la puerta no podrá detener nuestra
muerte sucesiva en cada instante de la hora
del instante,
mi cariño te persigue pero no alcanza
a quererte, tu muerte es más veloz que
mi amor.
las alas de la sangre se contraen
la noche aletea
las olas del silencio rompen
las olas del silencio, la espuma
los ojos de la espuma
la arena, mis ganas de morir
mi muerte sin importancia.
Tu imagen leve musica desde el vértice
del silencio, sin parpadeos
las peñas caídas de la sangre
se derriten,
He sobrevivido y desmoronando carne
del agua tomo tu mano y te extraigo
friolenta y trémula
Con la muerte en tus ojos y la vida
tras la muerte ya transparente
en tus ojos
Con la patena de mi viento recojo el silencio
de los pájaros ya dormidos en tus ramas




39.

Hoy te vi de mí amputada, separada
te miré como se mira lo perdido
por un filo dividido
y supe que el sabor que gustaste en esa herida
era el mismo que dolía al dolor mío
y aunque tu dolor me ha dolido
saber que te dolía calmó el mío
acurrucadas las manos,
cansadas de ser puños
son cofres que abrigan
la perla del último toque

alma: empaña la voz
una vaporosa ronquera




40.

sin saber si estás donde dijiste
que estarías,
aunque lejana estés o el tiempo
que yo tarde tú me esperes
yo ruego por que estés.
No podría cambiar el que no
hubieras venido.
Pero como si todo fuese lo que
mi ojo ocupa, yo que no te he visto
aún, ni he llegado, pido que hayas
venido.




41.

A veces los techos húmedos de mi
soledad se descascaran
Y el silencio lleno de polvo se va achatando con
el peso de las palabras que se desvanecen
antes de mí
yo no sé que las voces se deshila-
chan hacia mí pero no hasta

De las palabras sé que las ignoro
De mí sé que mi contorno
completo me acoraza
Mi soledad impresentible me
sorprenderá
la burbuja de oscuridad
que me circunscribe reventará
de mañana
Y chorrearán tus dedos
sobre mi piel árida
y se despellejará el anonimato
de mi forma
y tú amputarás las costras
de soledad que me queden
pegadas, muertas
como una mano que me
mordiera con su ya eterna
manera de muerta




42.

Estoy llorando
las cosas se ablandan entre la niebla
y parecen más tristes y fofas
y yo estoy cansado de ellas sin ti
cansado de estar triste.
esta noche me he hartado de mí
me da asco la nitidez de mis límites
me da asco mi existencia de isla.
Las palabras; se han enmarañado
las palabras en mi boca
vieja, antigua en una noche,
pero, qué importan las palabras
podrían haber goteado
con el sigilo de una mirada llenísima
ahora, sangrarían,
Tendría que amputarlas
el dolor,
el dolor en ti cuando te abandono
me siento como un pez enganchado
las palabras
no quisiera decir un anzuelo de
palabras




43.

Tu recuerdo flamea en mí como una bandera
de perfume
Más que como un canto persistente como un calor
contiguo de las horas.
Tú eres aérea como las abejas que pueden extraviarse en un rosal

Has quedado como la sal que titula mis redes
en las brechas de mis venas que el amor no
puede guardarse en una caja ni puede quedar
en los versos sin evaporarse.
yo también me extravié en tus laberintos
y siempre hubo un misterio indescifrable en
tus colmenas,
pero el amor no puede guardarse en una caja
como un sabor o como el murmullo del fuego.
Tú lo sabes, porque has guardado las rosas en los
libros.
El amor de los versos es un caracol de sangre
donde laten los ecos del corazón del mar.
Tú no puedes tomar mi amor entre tus manos
pero yo sé que sí porque lo has tenido.
Ya puedo recuperar de las olas mis anzuelos vacíos
no me importan los peces porque ya no estás en el mar.
La tristeza de mis manos es infinita.




44.

Ciérrate como la tierra sin cicatrices
como el cielo a la nuca de los pájaros
en la tarde última
y calla
el silencio es un campanario de palabras vacías
Pero mucho más, llamados
de domingos sin campanas.
Ciérrate, el nunca es más allá de los diluvios
Ciérrate como las espaldas en la niebla
como los barcos últimos
y no busques un pájaro
que te embastone el ciego
a tientas, la historia te asume por las manos
Ciérrate. Guarda los ojos para los sueños
que la realidad sólo es testigos
Tu boca es un cerrojo
como un pez azul definitivamente
Las palabras terminan en los hombres
y tu boca es un cerrojo
como todas
el día de los hombres por adentro
El día de los miles únicos espejos
donde cada rostro tiene cada eco.
Ciérrate
es en vano, primavera
calla como la tierra sin cicatrices
las flores son bajo los huesos
y van campanarios en las ramas
sonando a silencio de verdad
sobre los muertos.




45.

Nada espero en ti
pasaré a buscarme por tu vez
pero el espejo mutuamente
dirá nosotros a la espalda de los días
No me guardes que somos partidos desde siempre
Debes estarme
yo te soy mañana algunas veces
Pero tenemos los costados de campanas.
Y hoy (apenas) nos toca golondrinas
vivirnos la irremediable soledad que vamos
a veces ciegamente
justificada de rostros que tanteamos.
pero solos
eternamente ausentes
Ah! podernos las manos un beso
un solo cerrojo abierto el ciego
medirnos soledad en un viajero
tantearnos en palabras el silencio.
Morirnos diariamente
Tú que nunca vuelves a ti misma
y que nunca existes igualmente
¿cómo guardarme?
¿cómo no perderte?
si en esta sólo soledad se abisma
cualquier pájaro que pase a visitarme.
No nos esperemos amiga
amor un beso
la mentira nos crece de las manos
pero el beso se vuelca como el canto
que emerge de la flor y de la espiga
Es sólo eso
nos podemos porque vamos
aunque mañana que no estamos
Grito de sangre caiga o diga
Amiga, amiga mía
mañana es siempre todavía
No partamos
pero vamos
Adiós o para siempre
porque fuimos y olvidamos
porque levantamos los ojos de la gente
y entre sangre y savia
y las estrellas maduras que nos pasan
morimos o vivimos diariamente




46.

Cuando revienta el pájaro de
un gong en el templo de
mi alma
y el estremecimiento salpica mis paredes de plumas
como astillas en que se esquirla el eco
como si abrazase con mi pecho el abrojo del sol
como si apretase con el puño de mi alma
tu mano mojada de arena,
tú has dicho: yo te quiero
y he sentido tu hijo como yo áspero
que agonizó el aplauso de sus alas como un
relámpago que se disolvió en mi carne
y cayó caliente como mi alma derretida, como
la firma de un acento
hasta tu pecho del amor redondo
hasta tu hijo de mi amor de espina
hasta nosotros del amor del hijo.




47.

Por un parlante viejo se escapa
una canción vieja
Ya la había yo escuchado antes, muchas veces
Acaso cuando otra vez la escuche
tras de este instante
recordaré a esta versión mellada
de chisporroteos de tornillos flojos
Por un parlante viejo se escucha una vieja canción, hoy
Nueva para mí, distinta
distante de mi oído
maquillada de ajenos ruidos
este arroyo musical se va secando
Ya llegó a su último punto este segmento
ahora se escapan por un parlante viejo
los crocantes crujidos quebradizos
de un ronroneo metálico de chispas
y no sé si se fuga o queda dentro
un vacío muy espeso.
Ya hace rato que miro el aparato que está mudo,
que amortaja un silencio de mortaja




48.

Me he constipado en mí contra mis paredes
ajustadísimos
estoy acostumbrado a ignorarme
a saberte
a que me sepas.
alguien debe no ignorarme
y no debo ignorar a alguien
y estoy solo
mi soledad yo.
mis palabras
mi llamado
mi desesperación
mi alarido
me preña el dolor de mi expansión contenida
ceñida con el puño de mi silencio...
¡Pero ya basta!
ven. ven. ven. ven.
mi llamado rebota contra la noche
y laten las alas del eco
la redundancia de su remedo triste
la noche te llama
y está mojada de mi necesidad de ti
y esto
en mis manos estruendan los huecos
donde te pido
en mi boca se atoran ya mis veces
de cada uno de mil besos
se gastan las quillas contra la arena
y las olas cloquean paladeándose
y más allá está el mar




49.

Oh palomas;
no palomas
que voláis del nido.
sin vestir los huevos;
que voláis del nido.
sin haberlo hecho;
porque el nido es eso,
no mullido puño
con paja de dedos
porque el nido es vientre
transformado en huevo.
oh palomas
que en fuga de vuelo
derrumban todo
lo que antes hicieron
que dejan su vientre
en ramas muriendo
mirad vuestras alas
como dos veleros
en el mar del aire,
flotando en el viento
mirad vuestras plumas
que visten los pechos
sabedlos desnudos
cuando antes nacieron
mirad hacia el nido;
los huevos sedientos
que reclaman quietos
el calor materno.
sabed vuestras alas
como alas fueron
las que os cubrieron
y luego volad.
si podéis al cielo
al azul que niegas
a los que en los cuerpos
anidaron presos,
mirad vuestro vuelo
y el nido deshecho.
y luego si pueden
resbalen al viento

Desclave tu avance
la vida que dentro
las entrañas tejieron
apuñalen insectos
al vuelo los pechos




50.

Oh palomas
no palomas
que voláis del nido
sin vestir los huevos
que voláis del nido
sin haberlo hecho
porque el nido es eso
no mullido puño
con paja de dedos
porque el nido es vientre
que se lleva dentro
porque el nido es vientre
transformado en huevo
Oh palomas
no palomas
que en fuga de vuelo
derrumban todo
lo que antes hicieron
que dejan entrañas
en ramas muriendo
mirad vuestras alas
como dos veleros
en el mar del aire
flotando en el viento
mirad vuestras plumas
que enmascaran los pechos
sabedlos desnudos
cuando antes nacieron
mirad hacia el nido
los huevos sedientos
que reclaman quietos
el calor materno
sabed vuestras alas
como alas fueron
las que os cubrieron
y luego volad
si podeís al cielo
al azul que niegas
a los que en los cuerpos
anidaron presos.




51.

El silencio se adosa como una sombra
en mis muros
se acerca como una mano
total de mi piel
como se adhiere la música de la oscu-
ridad en los rincones.
Simplemente para ponerme triste.
para titular mi soledad
para calmar la sed del amor
de un candado que ya es el círculo
completo de los infinitos caminos
que vienen a beber, agrios de dientes
que muerden su puño, en mi pecho
como pájaros desesperados que
morirían sin mi tristeza
como sombras sin muros donde
ser.




52.

quisiera ser de la garganta de las sombras
para beberme el agua de la tuya y calmar
esta ansiedad que quiero sed de tu sombra
Quisiera mi alma la vasija de un muro
intransparente para recoger el amor del agua
de tu sombra
porque soy de sombra como tu amor de sombra
y con mis manos líquidas no puedo
asir las vísceras de mi agua, porque
puedo confundirlas con cualquier parte de
mí porque están en mí encendidas como la esperanza
desierta de los dedos solos
y las quiero de boca para guardar tu beso
y son de beso, que se escapa de ser mi sino
como los ojos que no pueden verse a sí sin
la piel dura como el agua.
porque nuestro amor imposible de sombras
se duplica en nuestro punto pero
sintiendo amor, pero sin amarse.
con palabras y sin voz, con voz y sin
oídos, con la impotencia de la música
para no riendar o del viento para
bajarse de su movimiento.




53.

El silencio se enturbia con mi voz
empañada y polvorienta como un río
donde tú has cruzado.
tu perfume susurra como un humo suave y lento
Yo te recorro lentamente como un pez que se adosa
a los vidrios de su pecera
y transcurro olas y desenredo espumas
después del pequeño remanso como un cerrojo
del hijo
y no me importa el cielo aturdido de nubes
y voy olvidando el silencio como un frío
que muere en la dentadura de las llamas
porque mis botes descifran las olas
como cuando mis manos despiertan tus formas
porque más que todo me apoyo como el
cielo en nuestro amor de horizontes
Y corrí las montañas como el viento
y quedé colgado del bosque sobre el abismo
y ahora con los escombros de los gajos
quebrados mis nubes se despluman
sobre ti
como un pájaro de fuego que será reemplaza-
do
porque sus alas que nos empujaron
se están quemando en tus altares.




54.

La tierra se abre, los volcanes rumian,
la lava susurra olor a ella
vendrá la lava.
Los riscos están polvorientos de olas
La música se derrite y el aire
está harapiento de viento
las cuevas se llenan de agua interior
los aljibes desbordan

Allá lejos hay llamas en los bosques
la tierra se abre e himna un aliento
a fruta
La lava, se aprieta contra las cúpulas.
Dentro corre la brisa blanca y líquida
Tu mano muerde la sábana donde se enreda un
grito arrugado
La tierra abierta, y el olor a fruta...
Llegan pájaros de nubes y hay un remanso de humo, y cae
un dolor negro, y frío y se clava total...




55.

A veces no sé si tu imagen crece con tus
veces o si le agrego a tu rostro y a tu
nombre el albedrío de mi sueño sin
costados. Te pareces a mi sueño cuando
libero de las jaulas que les impone
el mundo la larga sombra de mis
pájaros más hondos.
Entonces apareces de verdad
tú, la mañana, porque eres de mi
sol de mis flores levantadas como
cruces en los templos, eres de mis
pájaros desbocados de alas ya sin anclas
y de velas sin cerrojos. Entonces te
pareces a mi alma y mi silencio es
tu distancia, mientras el sueño crece
tras el mundo y hasta que de nuevo
el mundo.
En los quietos lagos de mi paz conquis-
tada tu corazón en mediodía es una
campana de oro que aprendí para
nombrar mi oficio de pensarte
Tú eres, dulce cisne, la luna de mi cielo
bajado, aunque yo te duela cuando tu
soledad no encuentra el rumbo, y
mueres sin testigos sin que nadie
rescate tus ojos partidos fuego adentro
del ensueño empezado.
A veces creo que puedo ir a buscar levando
anclas mi locura, tus barcos echados
a volar la libertad de tu pensamiento
desatado, Entonces digo tu verdad
para nombrar la mía porque tu
proa es mi frente y tu espalda
el olvido sin preguntas.
Yo te guardo si te pierdes mar
adentro del fuego y para romper
tu naufragio si claudica tu empeño
de distancias a la hora del galeote
derrotado, puedo remar contigo
para cruzar la ventana de las llamas
siguiendo el rumbo de una extraña
golondrina, hasta subir o bajar
hasta la entraña de tus ojos, lograda
tu honda travesía de poeta en las
tardes solas en que echas tus redes
al fuego.
A tu pescador solariego puedo regalarle
cierto viejo anzuelo de soñar que suele
ser el buzo de mis noches lentas, cuando
el coral que trae de entre las olas
rojas que crecen de mi leña (yo
también tengo mi manera de melancolía)
es tu rostro.




56.

He tachado una por una las palabras hasta lograr el silencio.
¿Qué sabrías tú que no siempre el silencio era silencio?
Yo desmantelé tu imagen que se obstinaba cada noche
Yo quise envenenar el sueño y devasté los países
donde te hallaba mi solitario pescador de lunas.
Yo, este lado de la lejanía testigo del silencio que
arrecia.
La poesía me crece por dentro como una dulce hiedra
¿Qué sabrán los que vengan a rezar, cuánto embrión
guarda y niega una tumba?
Yo, largo rito de callar
de ser dos olvidos, pero dos recuerdos.
Yo he suicidado las naves cotidianas
como flores de otras razas crecidas en mis muelles sin
partidas
cuando se hinchaba de himno y profecía
tanto silencio
tanto dulce
tanto dentado mar contra tus piedras tantas veces.
Yo yo he callado
he emigrado como un ciego
masticando actitudes de zaguán
ebrio de guerras y ciudades
con el furor rítmico del mundo inimposible
Yo he surcado largos países de silencio
mientras el filo lateral de las esquinas
mientras se derretían (todavía se derriten)
viscosos tangos calientes
y chillaban obscenos los faroles roncos
Yo he callado mientras el tibio sol
mientras el agrio sol
mientras las caricias y los insultos
boqueando trincheras contra los umbrales
yo he callado mientras Dios
y mientras mi grito salvaje de ciego sin barandas
Yo mientras los gatos feroces en las manos
mientras el infinito presentido desde las
justas cárceles
mientras los cerrojos
y el barro derogado o el barro completado día
a día
yo mientras tú, mientras yo y mientras
todo, he callado, he mentido
con un feroz alarido de silencio
Pero ya la oración excede mi mutismo
Ya se desborda como un crepúsculo
azul que se libera
más el inmenso albedrío de los hombres
el más libre que el albedrío de un hombre
y lanzo mi paloma
como una sola vez de un rito que irá a morir
a tus lugares
para encontrarme la verdad ahorcada entre
las manos.




57.

Mi voz no pasa a recogerme el alma.
Largos pájaros de lenguaje indescifrable
barcos azules huecos de sangre
donde el latido no ha encendido un
pájaro
de lentas tristezas se levantan
como el vapor de la tierra
porque la lluvia no tiene sal
cerrojos
largos miedos de trincheras sin amigos
el amigo es una dulce ventana
a la mañana
de sacudir noches estáticas
largamente adheridos a la piel de la
garganta.
Mi voz no pasa a recogerme el alma
ni siquiera para mentirme que me
siento solo




58.

Mi corazón es un campanario
y garabatea palomas
y desenreda cadenas
y aletea ecos como un compendio del mar.
Tu mirada sangra de tus ojos que laten
como un corazón asombrado que parpadea.
En el cielo hay mariposas que tiritan.
mi sangre va clausurando grillos
e inaugurando los grillos y cigarras
de mi escalofrío.
los pájaros de tu corazón han hecho un nido
con los gajos secos de tus dedos
en las ramas muertas de mis manos.
La savia asombrada tiene fe de peregrino y canta.
Mi corazón es un campanario
y tú
alegremente desesperada
lo agitas como a un incensario
y mis ojos se perfuman.
Qué poco importa la belleza de las cosas
para que las cosas sean hermosas.
Ya puedo darte las gracias
por mis lágrimas abolidas y los silencios
atrofiados
por los fríos mutilados
y los candados rotos de los trenes de la sangre.
Ya puedo darte las gracias.
Qué poco importa el sol para que mi alma
esté sumergida en la mañana.




59.

Los harapos de mi voz siguen
sangrando
como el último brazo de
la batalla ciego de bandera
como una savia ronca
de astillas
como una vela quebrada
pero ya no son míos
tus cántaros y mis
hilachas se vuelcan
con un silencio inevitable
tres veces
crucificado de impotencia
como una campana incompleta
como el primer instante
de un techo mutilado
de columnas desesperando
brazos inútiles que no puede
emitir antes de los
escombros




60.

Hace mucho me asomé a mi alma y vi que una vela humedecía el cuarto con tu imagen transparente y amarillenta
y empolvada como lo que se vuelve viejo al llegar y verse mucho tiempo esperado,
y volvía a mis ojos y dejé el candado de mi silencio en el sótano de mi alma.
He vuelto atónito de mi alma, subí las escaleras sucias de mi mente y me quedé en los ojos y me di cuenta
como de una traición, que me sobresaltaba el frío.
El candado me quemó la puerta estalló
el alma había crecido y la vela era como un álamo de agua que flameaba desesperado
los dedos blandos del fuego lamían como sombras los ladrillos
de los muros y corrí espantado, hasta mí, seguido por los ecos de tu idea
hasta mis ojos hasta mi piel y vi que el frío me
estaba esperando como el hueco reservado para ti.
He caído de mis ojos, de mi boca
de mi piel.
Estoy al borde de mí como una
fruta al pie del árbol. Yo arrojo el grito de tu nombre
te arrojé mis manos
rompí mi silencio,
sin darme cuenta
que no estabas para
detenerlos,
y caí con un vidrio de mi
silencio clavado en la garganta disuelto en el cadáver del grito y entre la piel seca de las manos solas
con todas tus palabras en el vidrio en mi garganta;
con mi soledad ya sin importancia




61.

Nos hallarás
yo en silencio y al costado un silencio
del tamaño de tus cosas

En el silencio
como un castillo sin muros
nos hallarás
En la arena que no tuvimos
para lavarnos el mundo
en el mundo que nos olvidó fácilmente
en el pecho de la noche sorda
en el quicio de tu sangre
asomada a oír la luz de la piel
Nos hallarás
en el verso vacío de palabras
que no nos pasó nunca
en las palabras que vivimos
iluminando cosas que no nos fueron
Nos hallarás en fin
en todas nuestras cosas
cambiadas de sitio
Y en todas las cosas que no dolimos nunca
que te busquen el acceso de tus días.
Nos hallarás
si nos buscas amiga
Nosotros te guarda
es un huerto que fuiste tierra
y yo como un labriego loco y ciego
hablaré del sol
con los hombres que repitan como en sueños
una historia de dos
Nos hallarás si nos buscas amiga
volver
es haber partido
pero partir es un largo tal vez.
Nos hallarás en la punta de tu regreso
Si nos hallas
habrás vuelto.
Aun para preguntar si te esperábamos
Quieres saber quién es la otra
persona de quien te hablo
Eres tú misma
partir es quedar un poco
aunque te lleves los ojos
y el acceso de los días
aunque te lleves el testimonio
Aquí te quedas esperándote
o perdiéndote en el nunca




62.

Aquí soy
sobre tu testimonio que me empiezo
y el ciego que dejo atrás o que recojo.
aquí ordeno nuevamente las palabras
sobre las cosas que me creces
como un agua nueva a cada sangre en la tierra.
Aquí te soy.
La raíz que se ensancha toda la tierra
la tierra que asiste
congregada en la única raíz
que todo se asume en el primer testigo
Aquí te soy como la raíz que existe toda la tierra
se busca soledad a soledad como las manos.
Y luego de cerrar los ojos
la duda sin importancia de ser verdad uno
u otro lado del espejo.




63.

Yo que todo lo sería olvido
...pero fui iluminado.
tu palabra...
yo hacía sombra de silencio.

Alta yegua
trigo de sol
y el puño aferrado al secreto de
del ojo
vena subhumana de naufragios
sin veces ni rostros señalados
Yo que todo lo venía savia
yo que todo lo yo
punto definitivo del testimonio
tiempo y sitio
observador
acecho improrrogable del ojo final atrás del ojo.
Y un día me llegó un diluvio
sonando a fatiga en un pájaro que tú
entonces dije t&uacut


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