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Para iluminar el ciego labriego de tu telar savia adentro (libro de poesía) - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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Categoría: Poemas de Amor
Para iluminar el ciego labriego de tu telar savia adentro (libro de poesía)
Poema publicado el 08 de Diciembre de 2010

POEMAS




1.

los grillos tiritan de estrellas
se destejen en mí las horas de arena

voy recorriendo las horas preparadas
anteriores a mí como paisajes
en las costas
tú puedes desmoronar los pájaros
del eco
o lacrar el candado de mi
silencio
mi oración humea desde
mis cenizas más que como
un ruego
como una evocación
porque no me basta tu recuerdo
blando como las cosas tras el
humo
porque no tiene cara ni
palabras,
tan sólo la certeza de que tú eres.
y de que puedo amarte




2.

por una tristeza
que me dejó a oscuras.
porque ya consumió su vela.
la ra la ra... ra
¡tristeza!, perdón, perdón,
no puedo cantar sin voz ronca
sin voz sucia con grumos como
sangre en el agua.
no puedo evitar esta nueva hora de tristeza
la ra ra la ra
que se anuda con lo viejo
como dos enredaderas en la columna de mi
alma.
como este silencio
mezclado con el frío
de tus manos lejos.




3.

Alma de mi alma
como el altar de mi templo
como una vela en un muerto
como en mi carne mi hueso
como en la mano, una mano.
como la noche en mi beso
como las sombras mi ruego en la sombra
como esta muerte sin muerto
como en los siglos la hora,
Ay, esta hora en que muero
Ay aunque no encuentro mi muerte
y aunque tampoco la pierdo
alma de mi alma es de noche
y no sé si mi muerte es un sueño
y estás muy cerca o si ahora
me estoy muriendo y tú lejos,
como una mañana de ahora
como otra piel de mis dedos




4.

Como una música de polvo
como una música quieta en un instante
sin horario pero rueda por las horas
como una canción puntual de todo un viento




5.

el recuerdo no es siempre la cabeza
vuelta al rastro, hoy es
el silencio de una vez sobre mil horas




6.

Acércame el hambre
para jugar a los niños con la guerra
para pulsar batallas como locos




7.

escucha mis ojos, me gusta oírte
sobre el humo de mi sueño
como un reflejo de sol
tras la niebla de mi
adormecimiento
como el aliento de tu boca
desde el beso luego que
se acerca.




8.

Cuando escucho el silencio en que me escuchas
y veo el ojo tuyo imbuido de mis ojos
cuando palpo el toque en que tu piel me comprueba
muero de a poco
y podría haberte oído
podría haberte visto más que lo que vi.
¿Conozco el mundo?
quisiera conocerlo y vivir en ti
poder emular tu geografía y la hondura donde
me conservas
y ser feliz y sin pensarlo
así como lo soy cuando me olvido
e ignorar que soy feliz y creer en mi llanto
y dudar de mi alegría
convencido que desde ti me llegan
y ser tan libre como los fantasmas en
las piedras
y con la harina de tu silencio
hacer el pan de un verso callado
donde sigas callando como callas
desde el que pueda hacer un verso
donde calles
Quiero tocarte y mis manos son
de espacio
transparentes como las haches
aunque te toque
porque eres más grande
que el infinito que entiendo
y me resbalo y corro
y el camino me persigue
y me vuelve quieto
y corro más y empujo el horizonte
que corre con mis pasos
y no llego y llego y como el horizonte
sigue siendo
ignoro dónde llego
y sé lo lejos como lo que no ocupo
como lo que espera mi dudar para
moverse
o lo que cuando anda me mueve




9.

Parte tu olvido
quien venga a hablarme de ti
te comenzará de nuevo,
ahora ya sólo eres pasado
tu partida entera
sólo admite el asombro de que existas
Parte tu olvido.
otra vez eres tal vez hasta el día de la certeza
o hasta siempre que nunca.




10.

porque sé que soy un ala de los dos
y volamos
porque desde mí eres tú
y desde ti soy tú
porque tengo sed de tu sed
y yo soy agua
y porque si fueras espejismo
sobre la espinosa arena de un desierto
abandonado
bebería mi muerte tras del sueño,
y sin embargo mañana estoy contigo
Por eso creo en ti,
como en la luz, tras de ser ciego
Por eso creo en ti
como en la risa tras las lágrimas
Por eso creo en ti,
y porque te quiero
y no sé si no te quise
antes de creer en ti.




11.

Si voy como un ladrón a la gruta de
nuestro amor mientras tú duermes
pierdo tu imagen como si tuviera miedo de ti.
Tú puedes ser terrible levantarte
en la piel del instante
exacta como el filo total
puedes decirme: ¡vete!
puedes reírte como un río que
se enturbia para no dejarme
beber.
pero tú me dices: (mientras comprendo
que no perdí tu imagen sino
que me extravié entre otras)
soñaba que me tenías miedo
es decir que me acercaba lentamente
a una pluma de tu sangre
y te amo.
desesperadamente porque te herí
porque te herí de amor.

Y no puedo detener las olas de
mi corazón
y siento que el eco despavorido
remeda su propia sombra
hasta remar lentamente
cuando yo soy un niño verdadero
y tú estás allí perdonándome
como tu primer hijo
dándome de beber la sangre
de tu herida y las lágrimas




12.

A veces no sé si tu imagen crece con tus
veces o si le agrego a tu rostro y a tu
nombre el albedrío de mi sueño sin
costados. Te pareces a mi sueño cuando
libero de las jaulas que les impone
el mundo la larga sombra de mis
pájaros más hondos.
Entonces apareces de verdad
tú, la mañana, porque eres de mi
sol de mis flores levantadas como
cruces en los templos, eres de mis
pájaros desbocados de alas ya sin anclas
y de velas sin cerrojos. Entonces te
pareces a mi alma y mi silencio es
tu distancia, mientras el sueño crece
tras el mundo y hasta que de nuevo
el mundo.
En los quietos lagos de mi paz conquis-
tada tu corazón en mediodía es una
campana de oro que aprendí para
nombrar mi oficio de pensarte
Tú eres, dulce cisne, la luna de mi cielo
bajado, aunque yo te duela cuando tu
soledad no encuentra el rumbo, y
mueres sin testigos sin que nadie
rescate tus ojos partidos fuego adentro
del ensueño empezado.
A veces creo que puedo ir a buscar levando
anclas mi locura, tus barcos echados
a volar la libertad de tu pensamiento
desatado, Entonces digo tu verdad
para nombrar la mía porque tu
proa es mi frente y tu espalda
el olvido sin preguntas.
Yo te guardo si te pierdes mar
adentro del fuego y para romper
tu naufragio si claudica tu empeño
de distancias a la hora del galeote
derrotado, puedo remar contigo
para cruzar la ventana de las llamas
siguiendo el rumbo de una extraña
golondrina, hasta subir o bajar
hasta la entraña de tus ojos, lograda
tu honda travesía de poeta en las
tardes solas en que echas tus redes
al fuego.
A tu pescador solariego puedo regalarle
cierto viejo anzuelo de soñar que suele
ser el buzo de mis noches lentas, cuando
el coral que trae de entre las olas
rojas que crecen de mi leña (yo
también tengo mi manera de melancolía)
es tu rostro.




13.

Condena señor este amor indetenido
condéname que comulgué la miga del pecado
condéname señor que tu hostia he comulgado
condena el amor con que he desobedecido
condena la sangre de tus lágrimas lloradas
condena esta alma donde él ha habitado
aunque sea la misma con que te ha querido
condena estas palabras con que he blasfemado
aunque sean las mismas con que perdón te pido




14.

tu boca es como un
cántaro
milagrosamente blando

tus párpados lentos como patenas
guardan las migas del beso,
tu noche acurrucada
me besa más que tu beso.




15.

Transitaré el año de tu cuerpo día a día
desde el enero líquido de las olas del pelo
y los peces encontrados
con mis dedos redosos
como si silabeara la primera
baldosa de un patio
que contemplo desde un balcón
y la canción de ti en la primera nota
como si en un primer punto
en que empiece a trazar la línea
destilaras por mis pasos gota a
gota los adoquines de tu calle
hasta un tiempo blando de ventana
enrejado entre un séquito de 29
pestañas
y allí me desnudaré de mi veneno
vaciando de mí la manga de
la piel
y se volcará el alma, sin cáscara
como la yema de una fruta
para rescatar del agua de un
aljibe la ascensión eterna
del balde de mi propia
imagen

ése es tu cuerpo
de carne de minutos
que en mi ojo es continuo
hasta ser sólo uno
y que si fuese lo más cerca de la nada
vería como un cielo estrellado
como una playa con arena de tus átomos
y luego de tus 12 capítulos de versos
mano uña de 12 dedos míos
tendré 12 lágrimas distintas
para llorar nuestro año de años




16.

Tú eras la brújula que bosquejaba mi rumbo
mi ansiedad el timón que trazaba mi marcha
la distancia el puerto que dejé a mi espalda
soy el puerto último que tu espalda tuvo
Yo era para ti como el calor del fuego
como tú para mí como al calor la llama
tú fuiste la cúspide a la que ascendía
yo soy el puerto que dejaste en la distancia

¿viajo yo y tú fuiste un punto en mi camino?
¿viajas tú y yo fui un lugar en tu sendero?
¿viajamos y nos unimos en un beso de no?
mi pie esta vacío como tu camino de mis dedos.




17.

La tarde pone lenta
una limosna de sol
en el horizonte de alcancía
Amarnos fue un ocaso
y atardecí en ti
y me diste tú la limosna
y visité tu sombra
y me desnudé de tu lejanía
y ocupé tu abrazo
y fuiste la u de un valle
y te acentué de lluvias
y destruí el diptongo de los dos en una noche
y nos descuartizamos
y se ignorará que fuimos,
y que somos ahora
dos esquirlas de una piedra rota
y sangras donde estuve en ti
y sangro, donde estuve en ti
y tengo frío en ti donde ya no estoy
y estás vacía
donde ya no existo en ti.
Y sigues andando, mutilada,
pero andas
y quedé tirado en un campo de batalla
como la yema que perdiste
o una daga con sangre y sin herida
o caída del tajo
donde entendió su existencia
sangrando un llanto
como un brazo amputado
y con la mano cerrada en un mango de recuerdos.

Y aún así existimos
aún donde ya no somos
y quedaremos allí
como dos alas de un perfume indivisible
sin que se pueda nunca
adivinar a cada uno de nosotros
como una costumbre de haber sido
y una ansiedad de seguir siendo
como una sombra que es más bien




18.

Te callé tantas veces, te olvidé tantas
Te inventé en tantos sueños
Te descubrí en tantos rostros
te equivoqué tantas veces
te renegué tanto
te mentí en mi ceguera intencionada
te llamé tantas veces,
tantas veces fuiste
y eres
ahora para no haber sido nunca
Aprendida para siempre
y ahora desde siempre
ahora amor,
ahora que has venido
ahora que pasar es haber sido
toda tu vida recogida
ahora que soy
que soy sobre tus cosas
escogidos y encontrados
como nuestras manos
y nuestros silencios y nuestros
costados que tantas veces
transitando las gentes
trasponiendo los días
con la espera abierta
con el alma llena tantas veces
y siempre amor siempre vacía
tantas veces nos buscaron de algún modo
ahora que nos parecemos a todo
a las tristezas recorridas
a tanta historia que nos sube hasta
los ojos
ahora que ya nadie nos parece
ahora que todo nos olvida
que tenemos la exacta dimensión para los otros
ahora que el tú nos llama para siempre
Ahora sé por fin todo el camino
porque sé que eres
el otro lado de todos mis sentidos
por eso ahora digo
te callé tantas veces
te inventé tanto y te dolí tanto olvido
que con la historia doble que nos precede
con las manos erradas
y errantes tantas veces
abro como un volcán subido a mi garganta
el primer grito,
que ya no te calla
que no te recuerda
aunque seas un poco todo lo que ha sido
que ya no te inventa
y que se ahueca mansamente
para echar palomas a tu nombre
palomas guardadas desde siempre
que ni yo sé dónde




19.

Algo cayó, como un signo
se acomodaron las palabras
actitudes fantásticas del silencio
como las íntimas luciérnagas de los ciegos.
¿cómo desmentir lo que se sueña
con la voz y las manos que me sueñan?




20.

Déjame haberte dicho cada cosa
cada terrón clamoroso de esta tierra
tu imagen fue mi guía en el trayecto
y mis pies vocación de primavera
Has explorado cada grieta de mi pecho
cada válvula cada seña de mis venas
sabes mis palomas, sabes mis espejos
sabes tu retrato cuando eres la ausencia.
Todo te lo dejo como un sagrado diagrama
para que viajes tus ojos por mis sueños
para que en la primera estrella de tu ventana
encuentres junto al tuyo mi deseo.
Éste es el sagrario de mis noches solas
guarda en él tus ojos y si quieres tu alma
echa a volar los hondos ríos de tu boca
o agrega las tuyas a estas alas,
si no basta mi miope fantasía
para los paisajes suntuosos de tu entraña.
Ésta es toda, amor, la geografía
de mi mente un poco enmarañada
Te lo doy como a un país como a esa isla
como a esa mano o también esa manzana
Te lo doy como te doy mi vida
como en esa canción que te gustaba




21.

nievan pétalos de nada
hojas de los árboles del nunca
sobre mi tierra silente.

sigo.—




22.

Voy a expulgarme hasta el último clavo
voy a tironear de todos los cobardes
que tengo por adentro hasta sacarlos
los voy a clavar en un espejo
Voy a quemar sus ojos pedernales
Y a pisotear cada uno de sus dedos.
No quiero un seudónimo de palomas regaladas
prefiero renunciar todos mis sueños de aire
Quiero la justa medida de mi alma
Acepto llamarme incluso: nadie




23.

Caíamos hacia arriba. Estatismo infinito de
lo que nunca llega.
Cielo remoto.




24.

He llegado a la cima de mi boca
a la cúspide de mi insomne empresa
he trepado al final de este cuaderno
con las redes ávidas y con el sueño alerta.
Si ahora puedo echar al fuego
todas mis guitarras y ver cómo se queman
y vuelvo a empezar la golondrina
por aquella primera primavera
Es que este itinerario de mis manos
siguió sin perderse su avisada estrella.
Tengo otro desierto que emprender para tus ojos
otro mapa de páginas y estepas
para construirle nidos a tus pestañas
y a tu corazón una extensa madriguera.




25.

tu infinita actitud dinamismo de verbo
tu obediencia mineral
mecer tu sangre como a un largo barco raíz
ciego como un vegetal
íntimo y total como un mineral
actitud vegetal
gris y viejo
pero mi silencio no te asuela como un grito
vacío
rompe su historia de náufragos
e imponderables tumbas
en la arena de tus manos
sin indicio de tal vez remotos tiempos
sin hebras de música que nadie asistiera
sin estrellas que equivocarte la
verdad
como haber despertado al otro lado
de un espejo y la duda indescifrable.
Mi silencio te moja los pies del alma
como un lacio gato que mi tristeza.
Y yo seguiré mi punto de altura
mi luna obedecida
mi astral conjetura de designios
(en el rito riguroso que inventamos
de saber contar y tiempo)
porque soy el sitio del día
la medida de un lenguaje intranspensable
la ameba eterna que
pero no se repite.




26.

tu voz de trigo y caracol
que no he bebido nunca

los hombres flotan en los
ojos que soy

empapados de sol
rotos de lento alcohol
borrachos.
volver nunca es lo
que importa




27.

el que encuentra una
razón para volver
ya no parte por la razón
que se fue,




28.

las semillas del pan.




29.

Por eso mi silencio no te asuela
no espanta lámparas como una
lámpara de sombra
no quema estrellas ni palabras
como tachando templos
ni destapa savias
subhumanas
como inaugurando espejismos
en altares nunca desmentidos.
Por eso digo que mi silencio
Por eso voy que mi punto de altura
Por eso muero que mi luna obedecida
aunque queden mis himnos
sonando a caracoles en tus manos
y en la punta de mi
catacumba
muera de sol el náufrago
ciego cerrado
que buscó la salida y no
entendió el alba.




30.

Gracias por mi alma desnuda
por mi mente con fuentes
donde surgen lagartos de diamante
Que hacen el amor como suicidas
hasta evaporarse
Gracias por este dolor
insoportable por esta dulzura
incandescente
Gracias por poder volar
como un demente
con los pies atados
y los ojos pisoteados por la gente
Gracias por la palabra gracias
por este amor caliente
por este cuerpo mío
de praderas enamoradas
Gracias por poder pensarte
por poder creerte
por imaginarte
con locura candente
por besar el aire
o arrancar estrellas
o explotar en mil avispas
de repente.
Gracias hembra constelada
por tus abismos de amor
que me perduran
Gracias por tu boca sin fronteras
habitada
Gracias por tu aliento donde viven
mil planetas
Gracias por tu mirada
innumerable, incontenible
que todo lo bebe
como una infinita ciénaga
Gracias por estar locos
por poder descalzarnos
los dos juntos
para entrar a un templo
donde entran solamente
a casarse las estrellas.
Gracias por mi alma desnuda

¿cómo podría si no
decir cosas como ésta?
Usando ademanes de poesía
con mis torpes manos de madera.




31.

Ahora siento que mi cuerpo
es un compacto nudo un pan un ladrillo de tajos.




32.

hacha de estrella en la piedra
potro cerrado
fuego de música vacío
espacio innumerable de la nada.




33.

Me gusta verte pasar
decidiendo el espacio con tu cuerpo
derramando nadas que no eres
hiriendo a muerte al tiempo
con tu sonrisa inagotable
Me gusta verte pasar
decididamente no hay nada
que me guste más
Ver tu pelo a chorros que lame
el espacio. Verte
elegir la silla donde te vas a sentar
o buscar un libro cualquiera.
y no es por ninguna de estas razones
que me gusta verte pasar
Es sólo que me gusta verte
saber que estás viva
contenerte con mis ojos lanzados
insaciablemente hacia ti.




34.

que el mar no es muchas gotas
sino una gota un pedazo de mar.




35.

Mi amor que si comparo con el mar
parece el mar y éste una gota y sólo eso.




36.

Con tu pelo en silencio, agua de trigo
asomados al tiempo
en la torre inmóvil que se repite a cada
acecho
en el sitio estrecho que nos digo
en el hombro de la noche y cielo




37.

He hablado con el reloj de las medidas
con el fogonero de todos los tamaños
con el chofer de las dimensiones absolutas
Él me ha dado un brebaje de ocultarnos
un talismán de desaparición de hacernos aire
una medalla para ser como queramos.
Así podremos irnos a vivir bajo los hongos
a edificar un palacio entre las alas del trébol
a enseñar un Dios cualquiera a las hormigas
a que los besos nunca sean más pequeños
a tener miedo de las gigantescas cucarachas
podremos domar una luciérnaga
y luciernagar como jinetes de una lámpara
podremos domesticar al terremoto
y hacer temblar la tierra con tu orgasmo
haremos el amor como dos gotas
que se juntan en un beso innumerable
sobre el terciopelo infinitesimal de las corolas.
Y después cansados de ocultarnos
podremos frotar nuestro amuleto
y saltar como relámpagos que emergen
y tapar el sol con nuestros cuerpos.




38.

de vientres y lanzas
de oscuros panales
y pasillos sonoros de lámparas
de penúltimos estambres
de labios azules soportando naves
de cálidas dagas
y travesía innumerable sin lugares
de hombres desfondados
como el eco indescifrable en los pasillos
de hombres largos
en el círculo infinito del anillo
retomo la carne
y el tiempo estacionario
el infinito inmóvil me desvisto
me fue designada la llave
y desde vientres largos
asumo la vez que me asisto
olvidado ya el número del ave
y el diluvio inmemorial que me subsisto.




39.

Tu sombra se explaya como la lengua de las olas dejan la arena mojada
No importa tu sombra pero la miro.
Hay lanzas de luz que no pueden reventar de grito entre tu sombra y el
suelo.
Yo quiero tu sombra porque la miro cuando te vas
y yo no puedo reventar de grito de tu nombre entre la noche y tú
y los ojos me sangran con la sangre que más duele,
porque en un instante son mi peor herida
y tú te sangras de mí.
Hay estrellas, algunas como bollos de pelusa porque las nubes
absorben su luz con la
aspereza de un secante,
Hay estrellas ásperas, entre las nubes,
tu sombra no es áspera
pero mi voz es áspera de gritar.
Yo no he gritado
pero en el silencio
se erectan las eles de mis gritos.
tú fuiste silencio y las flechas de los gritos fueron mías.
Ahora tu sombra se hace áspera como las estrellas
las nubes son de mis ojos.
Falta poco para la importancia de las nubes,
cuando ya no tenga ni tu sombra.




40.

a la orilla
De tu savia nómada como el verano
fui degollando flores
que se convertían en mariposas.




41.

Voy pregonando mi despertar a través de mi conciencia
enarbolando tu nombre como una bandera nueva
y me recorre mi convencimiento en una frenética carrera
y llega hasta mi duda, hasta ayer
hasta ti y sigues siendo su crin o su melena
hoy tengo miedo de pensar y de gritar y de no llamarte, porque estés
nuestro beso de costas mata un río
Desde nuestras manos tenidas otras morirán de frío
Somos dos valvas de una boca y haremos un silencio
¿Vale nuestro beso el cadáver de la voz que ahogaremos?
mi miedo empieza en ti
y yacerá a nuestros pies y nos abrazaremos




42.

De savia vengo
de telares remotos
urdiendo centinelas en las torres
del ciego vegetativo como la nada
por el tiempo sagital que me numera.

En una tumba de altura
la luz que me transcurre

digo madre

el candado florece como el pájaro coral
el buzo que pasará a verdad
ya existo la mirada del que sea testimonio

en una mesa azul olvido vasos de música
me han sido cambiados los emblemas de la sed.
los signos que ya no significan
ya con como cadáveres que no son muertos.
y desde los lenguajes desmentidos
que nos solos
algas en el inapelable infinito de la nada

digo madre y suena
a rostro aún
a palabra que subsistió la cancela
como asumiendo el espejismo
de creer en espejismos.




43.

El sol se ha subido a su púlpito
celeste y derrama su discurso de luz
sobre la tierra
Hay pájaros anclados en el aire
tembloroso de la mañana
Cómo no tener yo también algo de flor
cómo no amarte en un día como éste
Cómo no haberte escrito estos jardines
a pesar del atuendo ceniciento
de este día,
si tengo tu recuerdo en mediodía
izado en el cenit de mi alma?




44.

Perdido el tiempo de recoger actitudes
de alguna mañana que me exista los ojos
sentenciado a sal
de barro proverbial
descifrado
o templo desmentido
la trinchera abandonada
el acecho sitial de los ojos de un muerto
rictus infinito que no desmentirán los gusanos.

descifrado.




45.

Me descalcé el mundo me cegué los dedos
me desnudé el mundo
cerré cinco ventanas en muro
ciego por ciego
ya sabía silencio
ya sabía negro
por eso silencio negro
por eso todo silencio
y la vigilia en un punto
en silencio de silencio




46.

llevaba los ojos raspados de vientos azules
y un día retorné a mi vigilia
de ventanas dibujadas en los muros




47.

Era la inmovilidad total, la nada
el silencio inmemorial, todo infinito
de repente un temblor, un párpado, un ala
la soledad que estallaba en un latido
Tal vez dios no ha empezado todavía
Yo sé sólo de espigas y raíces.
sé de mis cuadernos y de tu poesía
de lo que te digo y lo que tú me dices.
Pero a veces pienso que llevamos
en el alma un instinto de sismo
que acarreamos la raíz de los relámpagos
el ovario primordial de los destinos.
Y se me ocurre que dios es la burbuja
el equívoco de la inmensidad desolada
que de repente se levanta y desoculta
como el amor que hasta el encuentro nos buscaba.
La eternidad la entiendo por delante
por detrás es un desierto que atropella
pienso en el extravío que nos precedía
como una jauría de rostros y de puertas
Y me parece haber tenido acceso
por tu boca a la ruta profética
a mi primer pie y a mi primera huella
Y con todos mis insomnios en suspenso
me parece que en ti dios se cumpliera.




48.

de soñar con rigor diario las mismas cosas
que dejaba en el sueño como despertando
perdí la realidad.




49.

No sé qué silencio usar
para hacer el monumento del sonido
tal vez el fragor de las cascadas
en las vísceras del hielo contenido
tal vez el del zumbido
derramado
de un caracol triturado, hecho añicos
o el silencio que queda en los abismos
después que cae un pájaro herido.
Puedo usar el silencio de los astros,
que se apagan en la carne de los siglos
—no quiero el silencio que sucede
a las balas de ningún suicidio—

puedo usar el sonido de tu boca
cuando en un beso infinito nos hundimos
o el silencio del silencio cuando saltan
por el aire los desollados ruidos
de la ciudad que se debate en mi ventana.
Hay otros sonidos de martirio
que dejan silencios mucho más dolorosos
esas trompetas con que nos derretimos
volando como evaporados pozos.
Ya elegiré bien con cuidado los ladrillos
de mi torre para construir la anatomía
de la música donde tú y yo vivimos.
Ahora me preocupa el pedestal
la base donde quedará erigido
la palabra que diré para ofrecértelo
Porque de tantos silencios elegidos
si digo el término equivocado
podría derrumbarse mi obelisco.
¡Creo que he encontrado el material más adecuado!
es el silencio de la palabra olvido.
Ahora puedo cantar ¡canta conmigo!
el monumento cantará callado.




50.

no sé con
qué palabra ofrecértelo
para que no
se me derrumbe




51.

música: fuego helado
hielo de música: color.




52.

Quiero un idioma que no tenga silencios
para callar a fuerza de mirarte




53.

A la sombra del pájaro fundamental
el átomo infinito
irradia su lámpara de sombra música




54.

cuando te digo que te quiero
el alma se me acumula en
la garganta




55.

Encender en tu vientre una lámpara
de música para iluminar el ciego
labriego de tu telar savia adentro.




56.

camuflado
mi corazón chisporrotea
trueno, esculpido, virola
y entrabas arrollando como la primavera




57.

Pero un espejo no me responde
y no hay testimonio indudable.




58.

El tiempo pasa a confiscarme los ojos
a dejar mi alma
como un pájaro de savia
desarteriado.
Volveré por estos despojos
a reclamar las líneas de mi palma
con todos los astros de mi rabia
a ser lo que fui profetizado.
No quiero otra historia que la mía
no quiero otros pies que mi camino
con porfía
recogeré cada hito de mi huella.
Después de mi destino
Podré volver completado, a ser estrella.




59.

Cat,
gata,
catarata,
caterva de monjes en celo,
catástrofe de felicidad,
catastro de mis encrucijadas,
cateto donde se deslizan
mis astros capitanes.
Cátodo de mis raíces emigrantes.
categoría total de los dioses.
catedral, sí, catedral
de mis palomas exhaustas
de diluvio y búsqueda,
catedral del vino,
catedral del orgasmo,
catedral del verano
catedral de catedrales




60.

Puse dos espejos paralelos y sin finitud
andaba el infinito por afuera.




61.

He estado en el almacén viendo unas nueces
esos pequeños cráneos arrugados
caparazones hemisféricos, tortugas o peces
pequeños planetas disecados.
Me asustan sus cerebros encerrados
como una mariposa fetal que nunca crece
Hasta ahora nunca los había contemplado
me las comía la mayoría de las veces.

De algunos peces tienen la inmovilidad taciturna
son peces del aire. Piedras emigradas
trepadas por raíces hasta fundar su urna
Donde guardan un secreto ya olvidado.
ostra vegetal, sin corazón de luna nacarada
el árbol las atrapó con oleaje rezagado.




62.

Interrumpir el infinito interceptado
al medio de dos espejos con mi cabeza
que busca lo inalcanzable.




63.

¿Quién apaga la tiniebla
quién me lava estos rincones
quién me enseña algún idioma
que no tenga la palabra silencio
Quién viene a darme de alta la soledad
A decirme que me vaya a una guitarra
Quién viene a mostrarme una paloma
a decirme que he nacido
A enseñarme a pronunciar tu nombre
con mis manos
Quién viene a decirme que no soy
un delito
Quién me indulta de todos los perdones
quién me dice que estoy vivo
Quién me dice que mis pies hacen caminos
Quién me dice que me llamo
número siempre
quién me paloma
quién me cambia por un beso
la palabra Dios?




64.

Por el acantilado de tu hombro
se despeñará mi cabeza como un
cóndor vacío.
A la orilla de la luna acatada en
las aspas de las olas
latirá como el agua final
definitiva
de la música que se derretirá en las venas




65.

Téjeme un vuelo con tu aliento
píntame un olvido en mis recuerdos
dibújame un ancla con tus dedos
que se me vaya metiendo muy adentro
dame a beber tu sonrisa sin inviernos
lávame con tu lengua todos estos senderos
después podrías secarme con tu pelo
y cantarme esa canción que traes de tan lejos.
Átame muérdeme no me dejes suelto
clávame suéñame no me dejes tiempo
incrústame en tus ojos no me dejes lejos
Apaga por favor esos espejos...
Diles que algunos caminos ya me fueron
Cierra ya la puerta, démonos un beso.




66.

era un salón con una pared de espejos, Cuando yo dejé de mirarme
(tenía cara de tristeza, recuerdo) vi que había
otros, que se miraban y veían casi sin disimulo
Entonces yo también me reí.




67.

A veces no entiendo los huevos
esos soles animales sumergidos
en una placenta de tiza
No entiendo sus ovalados silencios
se parecen tanto al silencio
todo lo que son lo son por dentro.
De verdad no los entiendo
No sé por qué no salen volando
por qué no se van de un suspiro
al firmamento
Ahora que pienso,
tal vez están volando por adentro
Tal vez lo que me pasa
es que quisiera ser huevo
brillar en la penumbra,
acumular mis cielos
E irme volando hacia dentro
hacia ser cada vez, mucho más,
infinitamente pequeño.




68.

Remota. total. enorme
como el silencio en un campanario
como el último grito sobre la tierra




69.

la ventana de no haber tenido
estos ojos
la ventana de no tener estos ojos
de tener ojos distintos
una ventana que mire hacia otros
tiempos



De repente siento que me he vaciado
que soy un vertedero de una
destituida ciudad del aire
siento que soy una sentina de despojos
donde se pudren las carcasas
de algunos monstruos descartados.
Todo género de criaturas
se demora a exagerar mi podredumbre.
Esta soledad me ha desmesurado tanto...
Espero cualquier milagro
una ventana que mire hacia otros
sitios
podría pasar a hacer un nido
en mi nariz.
Estoy harto de mis sienes
que no inspiran ni la más
elemental arquitectura
ni una gaviota ha querido
refugiarse en mis orejas
Los escarabajos creen que soy
el mueble donde se guarda
el demoníaco insecticida.
Y se van por supuesto.
Tal vez fuera mejor ser ese mueble
así tendría el veneno por adentro.
Estoy harto de esta coraza
de kilómetros hacia cualquier parte
Voy siempre empapado de meses
huelo a moho
de eterna postergación.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT


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