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Un día que le agregué tu rostro al tú que florecí en silencio (libro de poesía) - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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Categoría: Poemas de Amor
Un día que le agregué tu rostro al tú que florecí en silencio (libro de poesía)
Poema publicado el 15 de Diciembre de 2010

POEMAS




1.
EL PALADAR SANGRIENTO DEL INFIERNO

Basta ya de edificar columnas
me voy a lanzar en avalancha. Mi querida
Amor. Esta aula es un útero negro y un poco el paladar sangriento del infierno. Aquí se puede morir azotado de burbujas. Pero no hay ningún modo de nacer en este sitio
Como te imaginarás aquí no viven palomas
esos pequeños planetas de harina que yo venero para dibujar tu cuerpo. Por supuesto no hay tampoco extraviadas golondrinas retazos de emigrados veranos, ateridas de soledad en este jardín de turbios aplausos.
Me he zambullido en esta página como un fugitivo entre la maleza quiero enterrarme bajo el aire un poco como Casuarinas bajo su cielo marrón-ocupado.
No quiero estos nadies con historia que giran entre las butacas. No sé los nombres de ninguno. Odio este sitio lentamente. cada cosa está sucia de distancia. Éste es el sitio de mi primer abandono. Ésta es nuestra primera lejanía. Por eso execro cada célula de espacio cada átomo de soledad.
A veces me parece triste que no sepas qué zapatos tengo puestos, qué camisa, qué recuerdo qué exacta postergación qué número soy de la demora de mi muerte.
Yo me estoy poniendo color de araña. ¿No es triste de verdad? De todos modos estoy desnudo bajo la ropa, igual que estamos juntos dentro mío.
Hay algo más que he comprendido
es algo que se podría dibujar con anatomía de balanza. Imaginate si creyera en Dios
Y le pidiera que todo salga bien. Imaginate que ella hiciera algo proporcional.
A que no te podés imaginar el desastre administrativo de las oficinas Celestes?
Es mejor que no creamos. Dios nos agradecerá sus vacaciones.




2.

Oh palomas;
no palomas
que voláis del nido.
sin vestir los huevos;
que voláis del nido.
sin haberlo hecho;
porque el nido es eso,
no mullido puño
con paja de dedos
porque el nido es vientre
transformado en huevo.
oh palomas
que en fuga de vuelo
derrumban todo
lo que antes hicieron
que dejan su vientre
en ramas muriendo
mirad vuestras alas
como dos veleros
en el mar del aire,
flotando en el viento
mirad vuestras plumas
que visten los pechos
sabedlos desnudos
cuando antes nacieron
mirad hacia el nido;
los huevos sedientos
que reclaman quietos
el calor materno.
sabed vuestras alas
como alas fueron
las que os cubrieron
y luego volad.
si podéis al cielo
al azul que niegas
a los que en los cuerpos
anidaron presos,
mirad vuestro vuelo
y el nido deshecho.
y luego si pueden
resbalen al viento

Desclave tu avance
la vida que dentro
las entrañas tejieron
apuñalen insectos
al vuelo los pechos




3.

5 casas de cristal y luna
cinco almenas de mármol y maíz
cal y copa
candelabro y pétalo,
cinco alas techos olas
pequeños
en el alero dulce y espigón
de tus uñas
ventanas tibias
sin adentro como conchas
en tus dedos de alfil
como naves de caña y pan




4.

Desde que te conozco me fijo siempre en las
florerías
Me miro pasar en los cristales
Y me da ganas de cortarme el pelo
Amo al inventor de la fotografía
Me parecen mariposas los sellos postales
Y a veces acaricio a los teléfonos
Desde que te conozco hago cosas sencillas
No tomo más café con el sepulturero
Me olvido de revisar el almanaque
Dejo siempre abiertas las canillas
Me dejo encerrado en las fotografías

Y nunca me doy cuenta que tengo hambre.
Desde que te conozco lo que más me gusta,
es que todo me parece milagroso:
Recordar quién soy por la mañana
mirar relojes que ya no me asustan
estar adentro de mis ojos
que la vida no sea imaginaria
De verdad todo es mejor desde Nosotros
empiezo a entender ciertas palabras
y me he hecho cliente de las florerías
progreso enormemente con el sonambulismo
Me han echado hace poco de la fábrica
me he comprado un libro de poesías.
Ah! y desde que te conozco
todo el mundo me dice que estoy loco
Que de dónde saco esta cara de alegría.




5.

Dos unidos en pareja por cariño,
como tierras lazadas por un istmo;
como el vientre íntimo y el niño;
dos que aun siendo dos son uno mismo;
Así como
dos soplos que un pecho tiene presos;
dos labios tejidos en un beso;
tú y yo somos.




6.

no quiero tratar de ser inteligente
de haber podido inventar cosas feroces
prefiero que me dejen con las flores
llévense estos números urgentes
no quiero que me hagan usar lentes
no quiero ir a discursos ni a reuniones
no me regalen ni fusiles ni relojes
no me recuerden la palabra muerte
¿No se dan cuenta de que estoy enamorado
que no tengo nada de teorema
que ya nunca voy a envenenarme?
el que quiera sentarse aquí, a mi lado
tiene que dejarse crecer la primavera
y olvidarse para siempre de olvidarse.




7.

Ya estoy cansado de no ser Dios
estoy harto de no haberme muerto nunca
Sáquenme de aquí
ábranme los ojos
déjenme volver a mi memoria.




8.

Oh palomas
no palomas
que voláis del nido
sin vestir los huevos
que voláis del nido
sin haberlo hecho
porque el nido es eso
no mullido puño
con paja de dedos
porque el nido es vientre
que se lleva dentro
porque el nido es vientre
transformado en huevo
Oh palomas
no palomas
que en fuga de vuelo
derrumban todo
lo que antes hicieron
que dejan entrañas
en ramas muriendo
mirad vuestras alas
como dos veleros
en el mar del aire
flotando en el viento
mirad vuestras plumas
que enmascaran los pechos
sabedlos desnudos
cuando antes nacieron
mirad hacia el nido
los huevos sedientos
que reclaman quietos
el calor materno
sabed vuestras alas
como alas fueron
las que os cubrieron
y luego volad
si podeís al cielo
al azul que niegas
a los que en los cuerpos
anidaron presos.




9.

Calló el hablar de los ojos
como una lengua tapiada entre los labios
así callaron mis ojos,
mordidos por los labios de mis párpados.
calló el ruego de los ojos
porque ya no escuchan tus ojos sordos.
Callaron los ruegos como
cuando calla la lluvia porque es estéril la tierra
Calló el ruego de los labios
porque ya no te importa lo que ruegan.




10.

Arde como una vertiente
en mi charco desteñido de polvo
para mi alma turbia tu imagen
que es como un farol en la niebla.

Yo apoyo mis besos
como góndolas en ti
y tú te enturbias como tiritando
cuando yo apoyo mis besos como palomas en tus iglesias.

Muchas veces me quedo dormido
como un frasco de donde escapa el fantasma del perfume por el hábito
hasta que lo olvidemos
y podamos volver a comprobarlo.

Y despierto
sorprendido de tu vientre
que trama el hijo
como una rueca frutal.

Porque luego él será como las hiedras y trepará hasta tus ojos
Y yo lo aprenderé tras las ventanas
y luego él trepará por las columnas hasta tus ojos
y podrá verme en tu vientre guardando su tumba como una vela

porque habrá resucitado de tu vientre al cielo de tus ojos
y él será la hiedra que crecerá como el humo adosado a tus cráteres a tus volcanes
mientras su sombra trepa en nuestras almas
como la humedad cicatriza los muros de los templos.

A veces me quedo dormido
y al despertar pienso mientras tú sueñas
y escucho cantos que se atreven en tus senos
como las mariposas del panal que sueñas.
Y escucho en sus cúpulas cómo el jugo se enrolla
para nuestro inimposible uno y otro
para nuestra sola persona
para nuestra sola carne.

Cuando te miro de cerca eres como de naranja
como si estuviese dormido sobre una playa o sobre un cielo completado

No importa que no pueda sumergirme
hasta el primer tamaño antes de la nada.

Me basta con sospecharte de uvas
y pensar que en cada lugar tienes un árbol de mil manos
que esperan como flores el rocío de las mías.

Me basta con rozar un gong en una uva de tu vientre con mi antorcha
e incendiarte de ecos.

puedes ser íntegramente mía como mil estrellas simultáneas de mis ojos
con sólo convertirme en un pecho de tu abrazo
un pez de tu vena
mango de tu puño
para la noche en que eres valiente como la guarida de una grieta.

Las velas son pinceles velocísimos que hacen las cosas
son puñales de la noche
Pero las velas no pudieron hacerte
los ojos de mis manos te tuvieron antes de las velas
porque eres perpetua de mis ojos como las lágrimas
como los párpados.

Ha llegado la primavera y tú me emites de tus grutas
como el canto del agua próxima
porque he quedado como el eco del perfume.

Y yo corro por el páramo preparado de árboles
como la playa perfecta que saben las olas que se llevan el secreto de los castillos.
como la herida que tienen los puñales antes de la herida.

y te despierto para decirte que el invierno ya pasó
y que en las guitarras de las ramas crecen las frutas como un canto

pero tú que eres la tierra tiemblas aún por el arado como un corazón
y yo detengo el agónico ariete de la sangre
para apaciguar las olas contra los muros.




11.

una vela titubea
como una estrella
tartamuda de brillo
que parpadea




12.

comprobar las cosas
modifica la idea
que se tiene de ellas
porque siempre se comprueba
el error en la duda




13.

El silencio se adosa como una sombra
en mis muros
se acerca como una mano
total de mi piel
como se adhiere la música de la oscu-
ridad en los rincones.
Simplemente para ponerme triste.
para titular mi soledad
para calmar la sed del amor
de un candado que ya es el círculo
completo de los infinitos caminos
que vienen a beber, agrios de dientes
que muerden su puño, en mi pecho
como pájaros desesperados que
morirían sin mi tristeza
como sombras sin muros donde
ser.




14.

Enarbolamos peligros como los ciegos




15.

Recién ahora que somos
sé que nunca he querido ser
otra persona.




16.

De testimonios póstumos
quedó flotando en nadas
de música
liquen en el agua sin número




17.

ésta es una
isla de besos
que te buscaban




18.

soñé saber que soñaba




19.

Pasando por aquí, tuve ganas de absorberte
los ojos




20.

Como en una selva de
trébol, viven insectarios besos
entre las papilas de mi
lengua




21.

Ahora, en que mientras, ahora digo
no llega a caber el nombre en cada instante dicho
Ahora en que el ojo del presente siempre caminante
transita un sendero sucesivo de instantes

Muere y nace mi existencia momentánea en cada paso, en cada ahora,
y vive mi conciencia de segundos en las horas
Para saber que ahora vivo, mi segundo de antes.




22.

quisiera ser de la garganta de las sombras
para beberme el agua de la tuya y calmar
esta ansiedad que quiero sed de tu sombra
Quisiera mi alma la vasija de un muro
intransparente para recoger el amor del agua
de tu sombra
porque soy de sombra como tu amor de sombra
y con mis manos líquidas no puedo
asir las vísceras de mi agua, porque
puedo confundirlas con cualquier parte de
mí porque están en mí encendidas como la esperanza
desierta de los dedos solos
y las quiero de boca para guardar tu beso
y son de beso, que se escapa de ser mi sino
como los ojos que no pueden verse a sí sin
la piel dura como el agua.
porque nuestro amor imposible de sombras
se duplica en nuestro punto pero
sintiendo amor, pero sin amarse.
con palabras y sin voz, con voz y sin
oídos, con la impotencia de la música
para no riendar o del viento para
bajarse de su movimiento.




23.

El sol lubrica el suelo para
que resbalen
las sombras.




24.

Para morder tres frutas
en tus ramas
cerré las mandíbulas
de mis dedos en ella
y clavé un hacha en tu
tronco para treparme
y me llené de savia

allí se ha secado
tu verde mejor
y creció una rama
que cayó a tu lado
para ocupar tu sombra.




25.

A veces en el espejo
mi imagen se diluye
como la tinta
Se estira en el agua
Y yo no la voy a buscar,

nunca podré comprenderme
mis alas se disuelven
en mi mente
y no puedo verme
volar.




26.

El silencio se enturbia con mi voz
empañada y polvorienta como un río
donde tú has cruzado.
tu perfume susurra como un humo suave y lento
Yo te recorro lentamente como un pez que se adosa
a los vidrios de su pecera
y transcurro olas y desenredo espumas
después del pequeño remanso como un cerrojo
del hijo
y no me importa el cielo aturdido de nubes
y voy olvidando el silencio como un frío
que muere en la dentadura de las llamas
porque mis botes descifran las olas
como cuando mis manos despiertan tus formas
porque más que todo me apoyo como el
cielo en nuestro amor de horizontes
Y corrí las montañas como el viento
y quedé colgado del bosque sobre el abismo
y ahora con los escombros de los gajos
quebrados mis nubes se despluman
sobre ti
como un pájaro de fuego que será reemplaza-
do
porque sus alas que nos empujaron
se están quemando en tus altares.




27.

La tierra se abre, los volcanes rumian,
la lava susurra olor a ella
vendrá la lava.
Los riscos están polvorientos de olas
La música se derrite y el aire
está harapiento de viento
las cuevas se llenan de agua interior
los aljibes desbordan

Allá lejos hay llamas en los bosques
la tierra se abre e himna un aliento
a fruta
La lava, se aprieta contra las cúpulas.
Dentro corre la brisa blanca y líquida
Tu mano muerde la sábana donde se enreda un
grito arrugado
La tierra abierta, y el olor a fruta...
Llegan pájaros de nubes y hay un remanso de humo, y cae
un dolor negro, y frío y se clava total...




28.

Volver a un sitio que no se ha buscado
nunca, es más difícil que llevar
un camino hacia donde no se
ha estado pero se busca.




29.

Dos unidos en pareja por cariño
como tierras lazadas por un istmo
como el vientre íntimo y el niño
Dos que aun siendo dos son uno mismo
así como
dos soplos de amor que un pecho tiene presos

dos bocas tejidas en un beso

tú y yo somos.




30.

Tú estás detrás de esta noche
no importan los ojos de la noche
tú estás detrás en otra noche
tú estás detrás en una nítida noche




31.

Hay un amor para mí
lo guardas tú como una
vela tácitamente encendida
todo el día
Hasta que llegue la noche
de la llama verdadera
y tú hagas la misa en el altar
que guardas

hay un silencio para mí, lo emites tú
emerge de tus ojos como una
mirada.
Hay una paz para mí
la voy a beber a tu arroyo
tus manos laten entre las mías
como el último pájaro que parpadea
entre las hojas por la tarde

Hay una nueva paz para
mí los corales lentos
luego detenidos donde
las anclas fatigadas
rezan su herrumbre

como un pez siempre
conocido comprobado
tras las redes.

Hay una noche para mí
la tienes tú para mis botes,
como un
mar
a la hora de las quillas




32.

Alcanza el último peregrino de la procesión del eco
torna el último tramo del viento y llega a la primera hoja caída
viaja desde el instante antes de la sequía, a través de los peces y
llega hasta la lluvia
Allí estamos siempre encontrándonos por primera vez
con la eternidad disuelta en la gota del primer instante que es mar
de la gota del primer beso, mientras el árbol del grito goteaba las
primeras hojas del eco y nosotros dejando el instante ya para siempre vivo
pero inalcanzable cuando nos despertamos del punto con las alas rotas
contra la correntada de las horas, inauguramos los huecos en los
brazos los himnos en los ojos los pozos en las manos las alas en los
labios y el horizonte azul donde en el crepúsculo cuando la leña del
alma sostiene la llama de la ilusión que exhala el humo de la esperanza
vimos dos que bajaban la montaña hacia el lugar de nuestra
ceguera y los seguimos.
si quieres saber cuándo antes de una noche ya el hijo es hijo
Alcanza el último peregrino de la procesión del eco.




33.

A veces yo bajo hasta donde el mar que es cielo techa un pequeño
mar de agua doble, donde las estrellas de los peces se reflejan
sobre una patena oscura y dorada dura y blanda, algodón y espada, pero
siempre tierra, donde tú guardas el secreto que te murmuré una noche,
una noche en que imprimí mi sombra como un árbol en la tierra
mi palabra se desplomó en ti como un pájaro en el agua hasta entonces
imblanda de un aljibe
allí goteó mi voz como el agua que se desenreda de las fisuras
y cayó espesa y única la palabra, la letra, el punto
que tú encofraste amor punto letra palabra grito.
a veces miro por tus rendijas dentro del templo y veo en el altar de
tu alma, sobre el ara de mi imagen un pájaro que abriga la
sombra de mi reflejo en ti que la vela paciente de tu amor
derrama.
Yo no tengo imagen de tu imagen tú la guardas por mí
junto a la mía; por eso encierras las más simples mariposas
de los ecos de mi voz que sigue conjugando: eras, eres fuiste y
eres y serás eternamente




34.

Tú eres como el único lado del
espejo.
Ignoro el silencio infinito para oponer
a una palabra tuya.
Ignoro la palabra infinita para
aplacar tu silencio.
Eres como la única manera del abismo
puedo empezar por tus ojos
y terminar en tus manos
puedo comenzar por tu boca
y arribar a tu vientre

—No eres como el túnel de la música
que tiene dos entradas—

si te amare mañana
persistirás al margen de los días
o mi amor será la sombra en tu
trayecto por las horas
Pueden agregársete las veces
pero las viejas no se herrumbrarán
de polvo.
pueden adherírsete silencios
pero no han de agriarse tus palabras.
pueden adosársete mil noches
pero no estarán rancios los violines
derretidos
eres como una calle de neblina
no resuelta
el frío podrá remedarte
como la sed imita el sorbo
pero seguirás siendo tú
como una hora que corre por el
tiempo.
Huyendo de su espalda sin abrigo
que besa la nada del intiempo.




35.

Mi corazón es un campanario
y garabatea palomas
y desenreda cadenas
y aletea ecos como un compendio del mar.
Tu mirada sangra de tus ojos que laten
como un corazón asombrado que parpadea.
En el cielo hay mariposas que tiritan.
mi sangre va clausurando grillos
e inaugurando los grillos y cigarras
de mi escalofrío.
los pájaros de tu corazón han hecho un nido
con los gajos secos de tus dedos
en las ramas muertas de mis manos.
La savia asombrada tiene fe de peregrino y canta.
Mi corazón es un campanario
y tú
alegremente desesperada
lo agitas como a un incensario
y mis ojos se perfuman.
Qué poco importa la belleza de las cosas
para que las cosas sean hermosas.
Ya puedo darte las gracias
por mis lágrimas abolidas y los silencios
atrofiados
por los fríos mutilados
y los candados rotos de los trenes de la sangre.
Ya puedo darte las gracias.
Qué poco importa el sol para que mi alma
esté sumergida en la mañana.




36.

Voy navegando el río de tu cuerpo
y mi boca rema
he desenrollado el vértigo de dos remansos
deletreé los ladrillos laterales
de los aljibes
donde una brisa canta su túnica
de sombras
mientras los peces atónitos
se enrollaban en la columna
de mi pecera como una
hiedra
Ésa es mi primera paz: tus ojos.
transcurrí tus brazos como
arroyos mansos luego pedregosos
y turbulentos
Ésas son mis primeras olas
tus manos.

Y descifré los peces intrincados con
las anclas
y tu imagen se derritió entre las
olas como las cosas tras el
humo caliente
hasta que bajaron tus ojos a revolotear
su remanso y enloquecerse

Y tu amor rodó como un pájaro herido
como mis besos heridos que ya no
remaban
que parpadeaban sus últimas alas
moribundos
y el agua se desangraba
en racimos de mariposas
y en grillos vibrantes como eres
que brillaban como arena
de cristal,
y quedó el mar paladeando
y cabeceando contra los muros
con la primera quietud
del árbol caído sumergida
y las frutas mejores hundidas
con los peces.
Ése es mi amor: nosotros.
Mi nueva paz, como tus ojos
rescatados
como el río alisado tras las
piedras




37.

Ahora que hemos sido ya nosotros seamos cada uno
aunque las manos sangren y el silencio aturda
aunque me llames y te llame no responda ni respondas
aunque nos amemos siempre, tengámonos ya nunca.

aunque el corazón se atragante como un puño apretado
aunque no cicatrice el rastro del recuerdo y siga ecando
y aunque desde esas huellas en un sendero caminado que no caminaremos
nos prolonguemos hasta el instante, como si nos deshilacháramos.

libera mis pasos, desenjaularé los tuyos
nuestro abrazo desgarrado no estará destejido
y en él nos seguiremos abrazando, ya lejanos
mas el desabrigo será desiertamente frío.

aunque te extirpen de mí, te quedarás conmigo
aunque me amputen de ti perduraré en tu fondo
y aunque quedemos en las almas como el humo de los barcos
será triste, tristísima nuestra realidad de solos




38.

Se deshojan las migas del cielo,
hay pianos roncos que borbotan
Los pájaros del viento ríen buscando los peces de las migas
la lluvia chisporrotea grillos en los charcos
un trueno existe como una bocanada de cavernas
Pero el silencio perforado subsiste
valiente y mío como un muro antiguo
calavérico que grita más porque muere
con mil flechas porque arde con las
llamas que yuyan sobre el cadáver
de la lluvia cuando no está muerta del
todo.
La lluvia es como esas vidas puntuales que
existen entre su luz y su noche como
un instantáneo modo de poder morir
Mi derrumbe ata más hondo que la lluvia
yo tengo alas de lluvia por mis ámbitos
mi derrumbe es más lento que la lluvia
y llego a conocer mi
muerte




39.

se hacen líquidas y
los cantos se divisan en
el agua donde caen,
como la noche necesaria
para las estrellas y
la fosforescencia de las
mariposas,
y los silencio se
endurecen
y se vacían las
ventanas de los ojos
y en el gesto inicial
de una gruta tu voz
desaparece como si mi
manera de escuchar
fuese de repente una
mano, y busco
a tientas tus acentos
que empiezo a dudar.
y todo se congrega en
una fuente de donde
se parten los hombros
de las copas y las aguas
caen como un manto
frío en mi estómago
de vidrio o como
la luz que resbala
o la tinta que se empaña
en el agua poco a poco.
mientras el mundo
es un corazón al aire




40.

Incrustada tan honda como en un ojo, la
mirada, así la planta en la tierra.




41.

En medio cráneo de tablas
, la carne muerta de un cuerpo,
cerebro vacío descansa.

aturdidos los ojos de negro
seca la boca de palabras
el oído encandila el silencio.

En su boca la lengua callada
como el mudo lago en su lecho
así el cuerpo en la mortaja.




42.

Y yo te habito y a veces
soy la tierra.




43.

Y me inculcarás mis relieves
El aplauso de las alas que laten el vuelo

recoger los rumbos de las palomas




44.

Si las cosas tuvieran el solo gesto
de la forma, existiría mi ceguera




45.

No puedo decir que el ciego no ve las
formas. Sólo que no ve el color




46.

enderezar el rumbo de la
música sin cambiarla




47.

y tú tiendes el visillo
de la última lenta
ala de una agonía
o vuelcas el humo de
un aroma desde el
mordisco de una fogata




48.

Los harapos de mi voz siguen
sangrando
como el último brazo de
la batalla ciego de bandera
como una savia ronca
de astillas
como una vela quebrada
pero ya no son míos
tus cántaros y mis
hilachas se vuelcan
con un silencio inevitable
tres veces
crucificado de impotencia
como una campana incompleta
como el primer instante
de un techo mutilado
de columnas desesperando
brazos inútiles que no puede
emitir antes de los
escombros




49.

Los cisnes de la savia




50.

Quiero que como se hincha de silencio
nuestra habitación
después de mil olas
semille mi
sombra haciéndose más gritada
y se acurruque en tu mejor hueco
mientras te enrollas alrededor como
un abrazo sin brazos




51.

Hace mucho me asomé a mi alma y vi que una vela humedecía el cuarto con tu imagen transparente y amarillenta
y empolvada como lo que se vuelve viejo al llegar y verse mucho tiempo esperado,
y volvía a mis ojos y dejé el candado de mi silencio en el sótano de mi alma.
He vuelto atónito de mi alma, subí las escaleras sucias de mi mente y me quedé en los ojos y me di cuenta
como de una traición, que me sobresaltaba el frío.
El candado me quemó la puerta estalló
el alma había crecido y la vela era como un álamo de agua que flameaba desesperado
los dedos blandos del fuego lamían como sombras los ladrillos
de los muros y corrí espantado, hasta mí, seguido por los ecos de tu idea
hasta mis ojos hasta mi piel y vi que el frío me
estaba esperando como el hueco reservado para ti.
He caído de mis ojos, de mi boca
de mi piel.
Estoy al borde de mí como una
fruta al pie del árbol. Yo arrojo el grito de tu nombre
te arrojé mis manos
rompí mi silencio,
sin darme cuenta
que no estabas para
detenerlos,
y caí con un vidrio de mi
silencio clavado en la garganta disuelto en el cadáver del grito y entre la piel seca de las manos solas
con todas tus palabras en el vidrio en mi garganta;
con mi soledad ya sin importancia




52.

Además supe
que los lechos
se arquean frente
a la soledad, nunca
desde la ventana veo
pasar al amor, siempre
desde la calle veo
la ventana envuelta
en encajes antiguos que mejor
te asoman,

pero la lámpara
está encendida.

A. RIMBAUD




53.

¡Qué alivio algún instante doloroso!
¡Qué hermosa aquella lágrima doliente!
¡Qué leve aquella pena que dolió tanto!
¡Qué intenso es el dolor que ahora duele!




54.

Miraba
una estaca
plantada
en el suelo.
y pensaba:
mi amor y mi palabra
son eso.
la sombra y la estaca.
mi amor
es la tabla
cuando el sol
está en el cielo
mi amor
es la sombra
cuando febo
asoma
mi amor
es la estaca
cuando la sombra
es corta
la estaca
es mi palabra
cuando la sombra
es larga.
y cuando
la sombra
y el palo
no son distintos
mi amor
se adormece
y mi voz
es un grito
mas siempre
mi voz
es tabla
cuando la sombra
es larga
mi amor
es la estaca
cuando la sombra
es corta
un mar es mi alma
mis palabras
tan sólo una gota.




55.

Cuando leo un verso tuyo,
como si mi alma en pulmón se transformara,
y fuese la tuya el aire que respiro,
me hincho de tu alma.

Cuando tengo en mis manos un verso tuyo,
es como si tuvieses en las tuyas uno mío,
porque en ese verso siento una caricia
y cuando lo toco, es tu mano que acaricio.

Cuando leo un verso tuyo,
como si te escuchara hablarme lo que él dice,
se evapora desde mi alma el recuerdo de tu voz,
y las palabras escritas me repite.

Cuando estoy a tu lado
y hablándome de amor yo te escucho,
injertadas nuestras manos,
yo leo un verso tuyo.




56.

solamente me han quedado
las huellas que tu paso puso
y eso es todo tan sólo

humaredas de polvo

polvaredas de humo




57.

Desde mi ambigua manera de bailar
crecías desde el suelo como
un álamo de fuego
era una cosa más, una cualquiera
donde sentía lo grotesco de existir
y sin embargo
la magnitud de exceder toda
simbología

toda poesía.




58.
REENCARNACIÓN

El hombre que nació antes de morir.




59.

A veces creo que para qué unas pocas
entre tantas cosas que serían
y otras
que por qué no esas pocas
ya que no tantas otras.




60.
SIGLA

morar infinitamente como el veneno.




61.

Nos hallarás
yo en silencio y al costado un silencio
del tamaño de tus cosas

En el silencio
como un castillo sin muros
nos hallarás
En la arena que no tuvimos
para lavarnos el mundo
en el mundo que nos olvidó fácilmente
en el pecho de la noche sorda
en el quicio de tu sangre
asomada a oír la luz de la piel
Nos hallarás
en el verso vacío de palabras
que no nos pasó nunca
en las palabras que vivimos
iluminando cosas que no nos fueron
Nos hallarás en fin
en todas nuestras cosas
cambiadas de sitio
Y en todas las cosas que no dolimos nunca
que te busquen el acceso de tus días.
Nos hallarás
si nos buscas amiga
Nosotros te guarda
es un huerto que fuiste tierra
y yo como un labriego loco y ciego
hablaré del sol
con los hombres que repitan como en sueños
una historia de dos
Nos hallarás si nos buscas amiga
volver
es haber partido
pero partir es un largo tal vez.
Nos hallarás en la punta de tu regreso
Si nos hallas
habrás vuelto.
Aun para preguntar si te esperábamos
Quieres saber quién es la otra
persona de quien te hablo
Eres tú misma
partir es quedar un poco
aunque te lleves los ojos
y el acceso de los días
aunque te lleves el testimonio
Aquí te quedas esperándote
o perdiéndote en el nunca




62.

Somos tan predecibles que no puede
ocurrir nunca algo que exceda la indefinición
del miedo.




63.

Las vidas ruedan como el agua hacia los valles.




64.

Hoy tengo el corazón hecho un nudo.
del subsuelo de mi alma emergen
como en un remanso que devora
manos que se agitan, gritos urgentes.

Amanecí como arrasado, roto,
como un campamento devastado.
como una iglesia profanada
como una tumba después de un terremoto

Como a una cruz o a un timón, los dos,
como a un bastón o a un mediodía
quise atrapar tu nombre que pasaba
pero las manos de quedarte no eran mías

La vida arrecia con rosas o puñales:
o como el pan de trigo o como el de veneno.
No me importa una muerte equivocada
yo sé cuál es el pan que quiero
si el pan de despertar no es morir sueños

Pero no quiero que mueras con mi muerte
no quiero inundarte con suicidio
Yo te invito a mi mesa, está servida
pero el pan, amor, es sólo mío.

En mi vida verás fotografías
y unos viejos floreros atendidos
Hay un sótano de rito inaccesible
sin embargo no hay nada prohibido.

En mi vida no hay puertas para abrirte
puedes pasar con sólo una mirada
pero antes de entrar, quiero decirte
algunas cosas que ya están gastadas.

Si te bastan estas pocas herramientas,
el poco combustible de mi lámpara,
mis manos un poco enronquecidas,
y mis ojos con restos de batallas,

Ya puedes pasar y acomodarte
Descálzate, si quieres, todo es tuyo.
Tengo sólo otra cosa que contarte:
entre estas sillas y estos muebles sucios

Hay algo nuevo que he encontrado
algo que entró recién junto contigo
que no tiene nada viejo ni gastado
Algo que soy de verdad mucho más niño
Algo que nunca había cultivado
Algo mágico que me hace ser más vivo
Es que nunca he estado enamorado.




65.

Hoy he amanecido con el alma enredada
con la voz que pierde su camino
con la memoria como desorientada
me parece que ni siquiera he amanecido

Una rosa me regala una promesa
una esquina me unta con delito
me asesta el vacío una ventana
Tal vez lo que más duele es el vacío

Es una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.

Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedrío

He sentido que tiraba de un cadáver
un lastre acusatorio detrás de mí
era mi sombra, todo mi equipaje
mi rastro, las manos de mi hijo.

Quisiera arrancarme el corazón de cuajo
extricar este nudo a cuchilladas
y llevarlo lejos y enterrarlo
y dejar todas mis huellas enterradas.




66.

Tu orgasmo como un escalofrío del mundo




67.

Si fueras perro moverías la cola.




68.
SIMBOLOGÍAS VACÍAS

mineral soberano
aluvional.

*
aquietada la quietud

*
parásito de luz
con manos desterradas.

*
la ballesta de tu espalda

*
tu sangre como
un reloj de arena

*
Ojos desfondados

*
yugo
equinoccial

*
riguroso como un anillo

*
En la frente que me sube por los pies
vuelvo,.

*
el dolor a vino

*
Decirle rutinario a un espejo porque siempre
mi cara

*
Cerca del miedo hago una casa.




69.

El viento de la noche hurga
con frenéticos dedos multiplicados
el jadeante follaje
la luna es un sonido quieto
congelado




70.

Tú siempre serás tú cuando te llame.
Tú siempre serás tú cuando te escriba.
Si tú no hubieras sido acaso tú,
tú lo mismo tú siempre serías.

Tú serás siempre mi sueño cuando sueñe.
Tú serás siempre mi cima cuando te ame.
Tú serás siempre mi pena cuando olvides.
¿Acaso yo, no seré tú, cuando me llames?

Tú eres tú porque ser otra no podrías.
Dime pronto si algo tienes que yo amo,
porque pienso que lo único que quiero,
es el eterno tú con que te llamo.




71.

A cada cosa diferente le fue existido un nombre
Cada testigo es un nombre diferente a cada cosa
pero se desocupan sugerencias
se acatan los signos
y en el orden




72.

Para quererte los monstruos que te imagino
lavar la duda en tus guaridas con antorchas




73.
SOLIDARIO

cuento el barco en el áisberg

trinchera




74.

La íntima caña de tu cuello
la cadena subterránea de tu espalda




75.

se abre la mano.
un pájaro de pétalos irte




76.

siempre vienes desde alguna historia

desde algún nunca que me aciega
yo que vengo de mi espalda y más atrás
de la veta innumerable

Y este tiempo que estamos
como decir distancia porque dos y
no la unidad del sitio




77.
ORIGEN

De la punta de la nada
por una puerta de púlpito
ordenando símbolos insignificantes
nos tiempo y aquí por cualquier parte.




78.

Aquí soy
sobre tu testimonio que me empiezo
y el ciego que dejo atrás o que recojo.
aquí ordeno nuevamente las palabras
sobre las cosas que me creces
como un agua nueva a cada sangre en la tierra.
Aquí te soy.
La raíz que se ensancha toda la tierra
la tierra que asiste
congregada en la única raíz
que todo se asume en el primer testigo
Aquí te soy como la raíz que existe toda la tierra
se busca soledad a soledad como las manos.
Y luego de cerrar los ojos
la duda sin importancia de ser verdad uno
u otro lado del espejo.




79.

Yo que todo lo sería olvido
...pero fui iluminado.
tu palabra...
yo hacía sombra de silencio.

Alta yegua
trigo de sol
y el puño aferrado al secreto de
del ojo
vena subhumana de naufragios
sin veces ni rostros señalados
Yo que todo lo venía savia
yo que todo lo yo
punto definitivo del testimonio
tiempo y sitio
observador
acecho improrrogable del ojo final atrás del ojo.
Y un día me llegó un diluvio
sonando a fatiga en un pájaro que tú
entonces dije tú,
palpé la soledad de mi costado
(como contando las cosas de mi ceguera
antes de abrirme)
y asumí tu historia que ya tenía
la certeza de haber sido sólo
como se aprende el silencio en la primera
palabra.
todo entonces lo fui espera
Yo que todo lo había sido olvido porque
no sabía contar y el tiempo y no me
movía.
y me creció un espejo por todo lo que me
estaba a la vez
hasta ....

un día que le agregué tu rostro al tú que
florecí en silencio.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT


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