Mi nombrado caballero
Poema publicado el 27 de Marzo de 2010
Ayer por la tarde me fuí
caminando entre la hierba,
quería saber si es verdad
todo lo que me cuentan.
Nadie me molestó.
¡Déjala!.-Que es la lechera.-
así que llegué a la plaza
sin que nadie me viera.
Era una huerta grande
tan grande como mi huerta,
solo que estaba rodeada
toda toda, de madera.
Me había dicho mi dueño
que era como en las ferias,
que le esperase tranquila
que pastara por la verja,
ya vendría él por la tarde
todo cargado de estrellas.
Me dijo la yegua alazana...
¡Tu no vayas!.-¡Que no es la feria!
¡Que mi hermano me lo dijo!
¡El que come yerba-buena!.
¡Tengo que ir!...- contesté,
él debe saber que tengo,
que en mis entrañas llevo
el más lindo de sus sueños.
Cuando le ví salir
hacia el centro de la plaza,
mugí con todas mis fuerzas
para que él me escuchara.
La gente toda aplaudiendo.-
toda era gente buena,
y tranquila me quedé
esperando muy risueña,
ya le diría después
que de sus sueños yo era dueña.
Al poco salió un joven
vestido de mil luceros,
en una mano.-la espada
en la otra.-manto nuevo.
Yo me dije: "Debe ser,
el que le dará los premios,
muy segura estoy ahora
que le nombrará Caballero".
Acercóse el muchachuelo
muy despacio y con tiento,
y cubierta la llevaba
bajo su manto nuevo.
Hoy entierro las orejas
de mi dueño enamorado,
que en la arena de la plaza
abandonadas quedaron.
Las enterraré profundo,
para que él no escuche mi llanto,
Mi Nombrado Caballero
semental... de mis encantos.
J.J.
----------- -------------
La crueldad del ser humano, no tiene límites, ni su odio, ni su rencor, ni su egoísmo, ni su soberbia, ni su envidia, ni su maldad.
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Poema publicado el 27 de Marzo de 2010
Ayer por la tarde me fuí
caminando entre la hierba,
quería saber si es verdad
todo lo que me cuentan.
Nadie me molestó.
¡Déjala!.-Que es la lechera.-
así que llegué a la plaza
sin que nadie me viera.
Era una huerta grande
tan grande como mi huerta,
solo que estaba rodeada
toda toda, de madera.
Me había dicho mi dueño
que era como en las ferias,
que le esperase tranquila
que pastara por la verja,
ya vendría él por la tarde
todo cargado de estrellas.
Me dijo la yegua alazana...
¡Tu no vayas!.-¡Que no es la feria!
¡Que mi hermano me lo dijo!
¡El que come yerba-buena!.
¡Tengo que ir!...- contesté,
él debe saber que tengo,
que en mis entrañas llevo
el más lindo de sus sueños.
Cuando le ví salir
hacia el centro de la plaza,
mugí con todas mis fuerzas
para que él me escuchara.
La gente toda aplaudiendo.-
toda era gente buena,
y tranquila me quedé
esperando muy risueña,
ya le diría después
que de sus sueños yo era dueña.
Al poco salió un joven
vestido de mil luceros,
en una mano.-la espada
en la otra.-manto nuevo.
Yo me dije: "Debe ser,
el que le dará los premios,
muy segura estoy ahora
que le nombrará Caballero".
Acercóse el muchachuelo
muy despacio y con tiento,
y cubierta la llevaba
bajo su manto nuevo.
Hoy entierro las orejas
de mi dueño enamorado,
que en la arena de la plaza
abandonadas quedaron.
Las enterraré profundo,
para que él no escuche mi llanto,
Mi Nombrado Caballero
semental... de mis encantos.
J.J.
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La crueldad del ser humano, no tiene límites, ni su odio, ni su rencor, ni su egoísmo, ni su soberbia, ni su envidia, ni su maldad.
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