La misericordia de jesús y la samaritana:
Poema publicado el 12 de Abril de 2024
LA MISERICORDIA DE JESÚS Y LA SAMARITANA:
En Sicar, Jesús llegó con divina compasión,
Cerca del pozo de Jacob, en su misión.
Era la hora sexta, el sol ardiente brillaba,
Y Jesús, fatigado, un descanso anhelaba.
Una mujer, al pozo acudía en su quehacer diario,
Y Jesús, con amor, compartió su calvario.
Extrañada quedó por tan inusual requerimiento,
Pues entre judíos y samaritanos había descontento.
Jesús habló de un agua celestial,
Que quita la sed, es viva y esencial.
El don de Dios ofreció con sincero fervor,
Un agua que fluye, brindando vida y amor.
La mujer, confundida, buscaba comprender,
Cómo hallar esa agua en su vivir de ayer.
Pero Jesús, con calma, le mostró la verdad,
Que el culto verdadero es en espíritu y realidad.
Una humanidad cansada, sedienta de salvación,
Encuentra en Cristo, la redención y transformación.
En el pozo de la existencia, Jesús aguarda, paciente,
Para revelar el agua viva, fuente de vida perenne.
En el pozo de nuestra alma, como la Samaritana,
Buscamos saciar sedes que el mundo no nos sana.
Pero Jesús espera, con amor y comprensión,
Para transformarnos y guiar nuestra redención.
Así como ella, de su sed viva testigo fue,
Podemos ser, con fe, mensajeros de Aquel que Es,
Dejemos que su amor transforme todo nuestro ser,
Y llevemos su luz, para que otros puedan ver.
Autor José Fabian Carrera
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Poema publicado el 12 de Abril de 2024
LA MISERICORDIA DE JESÚS Y LA SAMARITANA:
En Sicar, Jesús llegó con divina compasión,
Cerca del pozo de Jacob, en su misión.
Era la hora sexta, el sol ardiente brillaba,
Y Jesús, fatigado, un descanso anhelaba.
Una mujer, al pozo acudía en su quehacer diario,
Y Jesús, con amor, compartió su calvario.
Extrañada quedó por tan inusual requerimiento,
Pues entre judíos y samaritanos había descontento.
Jesús habló de un agua celestial,
Que quita la sed, es viva y esencial.
El don de Dios ofreció con sincero fervor,
Un agua que fluye, brindando vida y amor.
La mujer, confundida, buscaba comprender,
Cómo hallar esa agua en su vivir de ayer.
Pero Jesús, con calma, le mostró la verdad,
Que el culto verdadero es en espíritu y realidad.
Una humanidad cansada, sedienta de salvación,
Encuentra en Cristo, la redención y transformación.
En el pozo de la existencia, Jesús aguarda, paciente,
Para revelar el agua viva, fuente de vida perenne.
En el pozo de nuestra alma, como la Samaritana,
Buscamos saciar sedes que el mundo no nos sana.
Pero Jesús espera, con amor y comprensión,
Para transformarnos y guiar nuestra redención.
Así como ella, de su sed viva testigo fue,
Podemos ser, con fe, mensajeros de Aquel que Es,
Dejemos que su amor transforme todo nuestro ser,
Y llevemos su luz, para que otros puedan ver.
Autor José Fabian Carrera
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