Niños silenciosos
Poema publicado el 10 de Diciembre de 2010
El sonido del timbre a las cinco
abría de par en par las puertas de la tarde.
Yo era un niño tímido y silencioso,
uno de esos niños que siempre salen
los últimos de la clase.
Aguardaba mi turno al fondo; en ese lugar tranquilo
donde la soledad del crucifijo y los pupitres
se hacían presentes a partir de aquella hora.
A medida que mis compañeros salían a toda prisa
con sus sonrisas e ilusiones y se perdían
sus voces en el pasillo, la escuela se volvía para mí,
más humana y sensitiva.
A pesar de mi corta edad
y de no comprender en ese tiempo los entresijos de la vida,
yo amaba aquel silencio que amparaba como una madre
los fantasmas de mi niñez.
A las cinco de la tarde,
una parte de mi alma, se quedaba muda
y en calma tras de mí. (Ahora sé
por qué las últimas filas de las aulas
están llenas de niños silenciosos)
--oOo--
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Poema publicado el 10 de Diciembre de 2010
El sonido del timbre a las cinco
abría de par en par las puertas de la tarde.
Yo era un niño tímido y silencioso,
uno de esos niños que siempre salen
los últimos de la clase.
Aguardaba mi turno al fondo; en ese lugar tranquilo
donde la soledad del crucifijo y los pupitres
se hacían presentes a partir de aquella hora.
A medida que mis compañeros salían a toda prisa
con sus sonrisas e ilusiones y se perdían
sus voces en el pasillo, la escuela se volvía para mí,
más humana y sensitiva.
A pesar de mi corta edad
y de no comprender en ese tiempo los entresijos de la vida,
yo amaba aquel silencio que amparaba como una madre
los fantasmas de mi niñez.
A las cinco de la tarde,
una parte de mi alma, se quedaba muda
y en calma tras de mí. (Ahora sé
por qué las últimas filas de las aulas
están llenas de niños silenciosos)
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