Juguete cómico: el mendigo enamorado
Poema publicado el 07 de Noviembre de 2010
José Ramón Muñiz Álvarez
"EL MENDIGO ENAMORADO"
(JUGUETE CÓMICO)
Estampa única: pórtico de una iglesia.
EL MENDIGO-. Señora, en verdad os digo
que muriera por un beso,
pues ya que este amor confieso,
también me digo mendigo.
Mirad vos mi pobre abrigo,
roto ya por mil lugares.
Quiera Amor en sus altares
dejarme al fin en la muerte,
porque me mata la suerte
por matar vuestros mirares.
CRIADA-. No está bien el molestar
a la señora duquesa.
MENDIGO-. Si el alma la tengo presa,
que me dejen mi penar:
lo que acabo de contar
nunca será molestarla.
CRIADA-. Decís que queréis amarla
porque una limosna os da.
MENDIGO-. Juzgarme así mal está
porque miréis mis despojos.
CRIADA-. Pues dais dolor a los ojos.
DUQUESA-. Ay, mujer, déjalo ya.
MENDIGO-. No queréis complacer vos
al amor que os ilumina,
quien vuestra voz imagina
que es igual que la de Dios:
si acaso, amando los dos,
fundiésemos este abrazo
para hacer eterno el lazo
que dé amparo a este camino.
CRIADA-. No hay que beber tanto vino.
DUQUESA-. Qué zagal...
CRIADA-. Es un pelmazo.
MENDIGO-. Poco saben del amor
vuestros pechos de mujer.
DUQUESA-. ¿No es el amor un querer?
Yo ya lo tengo mejor:
es el duque, mi señor,
que me cuida y me enaltece.
MENDIGO-. Nunca el amor enaltece:
solamente la fortuna.
DUQUESA-. Pues si no tenéis ninguna,
no sé yo en qué os favorece.
MENDIGO-. El amor que yo os prometo
es un amor de pobreza.
DUQUESA-. Algo os falla en la cabeza.
MENDIGO-. A mal juicio me someto.
DUQUESA-. Sed, mendigo, más discreto,
que soy aquí la duquesa.
MENDIGO-. Sabed que no me interesa:
Yo sólo quiero saber
si querréis ser la mujer
de quien sincero se expresa.
Mis miserias os regalo
con mi raro caminar,
porque soy pobre y juglar
que en esta villa recalo.
No penséis que yo soy malo,
que lo que tiene un marqués
no vale lo que aquí tres
monedas de las que tengo,
que ya que sincero vengo
digo el amor tal cual es.
DUQUESA-. Ya que con tantos halagos
acariciáis mi belleza,
escuchad mi sutileza,
que bien hará en vos estragos.
Son los alquimistas magos
que hasta curan la locura.
MENDIGO-. No quiere el amor tal cura,
si no insistir en ser mal.
CRIADA-. No me parece normal
hacer caso a esta criatura.
DUQUESA-. Es simpático, si acaso.
Quiero otro rato escucharle.
CRIADA-. Pero es que habéis de darle
menos coba en todo caso.
DUQUESA-. Mira, vamos paso a paso,
que to me sé entretener.
¿No dices que eres querer
y pasión y sentimiento.
MENDIGO-. Por vos yo soy lo que siento.
DUQUESA-. Pues algo te mando hacer.
MENDIGO-. Para mandar sois señora,
y señora en el amor,
como la luz del albor,
como una rosa a la aurora.
DUQUESA-. Eso ya nadie lo ignora,
pero vos sois un juglar
y quiero veros cantar
un cuento, un extraño lance.
MENDIGO-. Por evocar un romance
vive contento un juglar.
Cantando y tocando su rabel:
Era linda la duquesa
del valle de Fuenteclara,
dulce como el ángel bello
que despierta a la mañana.
Sus manos eran hermosas,
su piel era fina y blanca
como el pincel de la aurora,
como las horas tempranas.
En sus bellezas un día
se fijaron, con el alba,
al salir de confesarse,
los dos ojos de la cara
de un juglar discreto y pobre
que no puede amancebarla
como lo puede el marqués
que la mantiene en su casa.
Él le dice que lo quiera
y ella dice que no le ama,
con un suspiro se ríe
y mantiene la distancia
para no acercarse al pobre
que ser ciego deseara,
que no viendo la hermosura
de la discreta muchacha
a la que el marqués mantiene,
os juro que no penara.
TELÓN
2010 © José Ramón Muñiz Álvarez
Todos los derechos reservados por el autor.
José Ramón Muñiz Álvarez nació en la villa de Gijón y sigue residiendo en Candás (concejo de Carreño). Su infancia transcurre de manera idílica en dicho puerto, donde pasa su juventud hasta el término de sus estudios. Licenciado en Filología Hispanica y especialista en asturiano, vive a caballo entre Asturias y Castilla León, comunidad en la que es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Su afán por las letras y las artes lo ha llevado al cultivo de la poesía. Es autor de varios libros, de los cuales ya ha dado a conocer "Las campanas de la muerte", aunque en una tirada modesta.
"Las campanas de la muerte" es una obra que consta de tres poemarios:
1-. "Arqueros del alba", dedicado a su abuela materna, Dolores Menéndez López.
2-. "Ballesteros de la tarde", dedicado a la abuela paterna, Pilar Muñiz Muñiz.
3-. "Lanceros del ocaso", dedicado a uno de sus tíos: Gervasio.
El poemario demuestra el extraordinario vínculo del poeta con sus abuelas, en un momento delicado: el del fallecimiento de las mismas. Es indicativo que el libro se escribiese en tres tandas, las dos últimas muy seguidas. Las partes del libro datan de diciembre de 2005 a enero de 2006, primavera verano de 2007 y enero de 2008.
En este tipo de poesía se recurre a las estrofas más tradicionales, con dos únicas excepciones de versilibrismo. Además de un romance, las demás estrofas son silvas blancas, espinelas y, sobre todo, sonetos.
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Poema publicado el 07 de Noviembre de 2010
José Ramón Muñiz Álvarez
"EL MENDIGO ENAMORADO"
(JUGUETE CÓMICO)
Estampa única: pórtico de una iglesia.
EL MENDIGO-. Señora, en verdad os digo
que muriera por un beso,
pues ya que este amor confieso,
también me digo mendigo.
Mirad vos mi pobre abrigo,
roto ya por mil lugares.
Quiera Amor en sus altares
dejarme al fin en la muerte,
porque me mata la suerte
por matar vuestros mirares.
CRIADA-. No está bien el molestar
a la señora duquesa.
MENDIGO-. Si el alma la tengo presa,
que me dejen mi penar:
lo que acabo de contar
nunca será molestarla.
CRIADA-. Decís que queréis amarla
porque una limosna os da.
MENDIGO-. Juzgarme así mal está
porque miréis mis despojos.
CRIADA-. Pues dais dolor a los ojos.
DUQUESA-. Ay, mujer, déjalo ya.
MENDIGO-. No queréis complacer vos
al amor que os ilumina,
quien vuestra voz imagina
que es igual que la de Dios:
si acaso, amando los dos,
fundiésemos este abrazo
para hacer eterno el lazo
que dé amparo a este camino.
CRIADA-. No hay que beber tanto vino.
DUQUESA-. Qué zagal...
CRIADA-. Es un pelmazo.
MENDIGO-. Poco saben del amor
vuestros pechos de mujer.
DUQUESA-. ¿No es el amor un querer?
Yo ya lo tengo mejor:
es el duque, mi señor,
que me cuida y me enaltece.
MENDIGO-. Nunca el amor enaltece:
solamente la fortuna.
DUQUESA-. Pues si no tenéis ninguna,
no sé yo en qué os favorece.
MENDIGO-. El amor que yo os prometo
es un amor de pobreza.
DUQUESA-. Algo os falla en la cabeza.
MENDIGO-. A mal juicio me someto.
DUQUESA-. Sed, mendigo, más discreto,
que soy aquí la duquesa.
MENDIGO-. Sabed que no me interesa:
Yo sólo quiero saber
si querréis ser la mujer
de quien sincero se expresa.
Mis miserias os regalo
con mi raro caminar,
porque soy pobre y juglar
que en esta villa recalo.
No penséis que yo soy malo,
que lo que tiene un marqués
no vale lo que aquí tres
monedas de las que tengo,
que ya que sincero vengo
digo el amor tal cual es.
DUQUESA-. Ya que con tantos halagos
acariciáis mi belleza,
escuchad mi sutileza,
que bien hará en vos estragos.
Son los alquimistas magos
que hasta curan la locura.
MENDIGO-. No quiere el amor tal cura,
si no insistir en ser mal.
CRIADA-. No me parece normal
hacer caso a esta criatura.
DUQUESA-. Es simpático, si acaso.
Quiero otro rato escucharle.
CRIADA-. Pero es que habéis de darle
menos coba en todo caso.
DUQUESA-. Mira, vamos paso a paso,
que to me sé entretener.
¿No dices que eres querer
y pasión y sentimiento.
MENDIGO-. Por vos yo soy lo que siento.
DUQUESA-. Pues algo te mando hacer.
MENDIGO-. Para mandar sois señora,
y señora en el amor,
como la luz del albor,
como una rosa a la aurora.
DUQUESA-. Eso ya nadie lo ignora,
pero vos sois un juglar
y quiero veros cantar
un cuento, un extraño lance.
MENDIGO-. Por evocar un romance
vive contento un juglar.
Cantando y tocando su rabel:
Era linda la duquesa
del valle de Fuenteclara,
dulce como el ángel bello
que despierta a la mañana.
Sus manos eran hermosas,
su piel era fina y blanca
como el pincel de la aurora,
como las horas tempranas.
En sus bellezas un día
se fijaron, con el alba,
al salir de confesarse,
los dos ojos de la cara
de un juglar discreto y pobre
que no puede amancebarla
como lo puede el marqués
que la mantiene en su casa.
Él le dice que lo quiera
y ella dice que no le ama,
con un suspiro se ríe
y mantiene la distancia
para no acercarse al pobre
que ser ciego deseara,
que no viendo la hermosura
de la discreta muchacha
a la que el marqués mantiene,
os juro que no penara.
TELÓN
2010 © José Ramón Muñiz Álvarez
Todos los derechos reservados por el autor.
José Ramón Muñiz Álvarez nació en la villa de Gijón y sigue residiendo en Candás (concejo de Carreño). Su infancia transcurre de manera idílica en dicho puerto, donde pasa su juventud hasta el término de sus estudios. Licenciado en Filología Hispanica y especialista en asturiano, vive a caballo entre Asturias y Castilla León, comunidad en la que es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Su afán por las letras y las artes lo ha llevado al cultivo de la poesía. Es autor de varios libros, de los cuales ya ha dado a conocer "Las campanas de la muerte", aunque en una tirada modesta.
"Las campanas de la muerte" es una obra que consta de tres poemarios:
1-. "Arqueros del alba", dedicado a su abuela materna, Dolores Menéndez López.
2-. "Ballesteros de la tarde", dedicado a la abuela paterna, Pilar Muñiz Muñiz.
3-. "Lanceros del ocaso", dedicado a uno de sus tíos: Gervasio.
El poemario demuestra el extraordinario vínculo del poeta con sus abuelas, en un momento delicado: el del fallecimiento de las mismas. Es indicativo que el libro se escribiese en tres tandas, las dos últimas muy seguidas. Las partes del libro datan de diciembre de 2005 a enero de 2006, primavera verano de 2007 y enero de 2008.
En este tipo de poesía se recurre a las estrofas más tradicionales, con dos únicas excepciones de versilibrismo. Además de un romance, las demás estrofas son silvas blancas, espinelas y, sobre todo, sonetos.
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