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El desierto de mi alma mueve piezas desgastadas - Poemas de Julián Macedo



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El desierto de mi alma mueve piezas desgastadas
Poema publicado el 02 de Octubre de 2009

a carolina estrada


No soy más que un mozalbete
en la noche del desierto
para atrancarme en el vacío de tí
que yaces impertérrita en un alegre almohadón

toda mi economía
del placer se ha vuelto una aberración
conduzco mi vida como un meteoro fugaz
en la crispada noche de los vientos...

mi certeza es ésta donde me rehago

al fondo del cuarto
encantador abrazo en el durmiente
con lo precursor de los desaguados silencios
y el frenesí entrecortado...

la savia de este entuerto me condena

saboreo mi pulso reactivando a mi modo
la sonora táctica de mi juicio...

ahí donde canta mi alma
canta el rozar de los insectos
cantan todos los pájaros adversos
a la progenie del deseo

la tarde está cayendo en el alveolo
de los ladridos
por doquier el espasmo contenido
de las mujeres

pero escudriñando al fondo de mi sino
yo no fui un eclesiástico, un feligrés
en ciernes...
yo no fui un fanático del balompié
pero en un centro clavé con la cabeza
una belleza de gol jamás olvidado...

mis fuerzas se reanimaron al
pronunciar tu nombre
esperar a que la tarde cayera para
reencontrarme con tus vivezas

con tu cuerpo con tu cara en una
santiguada bienvenida de
saltar de envolverte con mis besos
de caminar sin dejar rastro

y tú apaciguada con la nostalgia en un hilo
presenciabas mi alejamiento como
si mi andar fuera gracioso
como si mi espalda guiñase un adiós

un nos vemos preciosa

quizá eso buscabas y ni qué hablar
nuestra risa era un acuerdo
nuestros besos una consagración
en el cielo...

llegó el cierre de cursos y jamás te volví a ver...

todavía resuena en mis oídos lo que escribiste
cuando te pedí un recuerdo “ojalá te encuentres a
alguien mejor que yo” y una canción de creedence clear
water revival se agazapó en mi pecho

y casi era el corazón lo que me sobresaltaba
no mi cuerpo, no mi vejiga, no mi sopor,
anidado en tu silencio...

al regreso de todo ya nada es igual
ya nada nos apacigua

somos incapaces de soñar
de levantar fondo de esmerarnos en conquistar
el sendero de uno mismo
adentrados en otra orquestación de sombras...

y nada se establece
todo gira en rededor de un sólo miramiento
la jerga de los días pasan sin un céntimo de calor,
de entrada los golpes nos sumen más en el fango

no hay vertientes pero tengo mis monedas, mis insectos...
esos exquisitos sellos postales agrupados en un álbum
tal vez eso pudiera aquilatar mi falta, de sensibilidad o de amor

pero no, no llenan mi hueco, no refunfuño mi condición
de espiga enamorada
hombre conquistador no fui, mis esmeros se distanciaron

con el tiempo o con el vapor de la triste mirada
de tus pesquisas

nada hay, todo te falta, todo se te
entrega y lo rechazas, todo está cantando en el jardín
y rumias tu parte inaguantable

amenice su cara te dices, sus distancias, su cólera
su estertor, en una caravana hacia lo inconmensurable

donde no hay consejos...todo nos adviene...de si

cuando todo lo certero zarpa, como si nada se pudiera ya contener...


Julián Macedo
15 03 06
San Vicente Chicoloapan
EDO. DE MÉXICO


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