Romero solo
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Ser en la vida romero,
romero s贸lo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin m谩s oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., s贸lo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez s贸lo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacrist谩n los rezos,
ni como el c贸mico viejo
digamos siempre los versos.
La mano ociosa es quien tiene m谩s fino el tacto en los dedos,
dec铆a el pr铆ncipe Hamlet, viendo
c贸mo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un d铆a todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez s贸lo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Ser en la vida romero,
romero s贸lo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin m谩s oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., s贸lo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez s贸lo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacrist谩n los rezos,
ni como el c贸mico viejo
digamos siempre los versos.
La mano ociosa es quien tiene m谩s fino el tacto en los dedos,
dec铆a el pr铆ncipe Hamlet, viendo
c贸mo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un d铆a todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez s贸lo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.
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