El tiempo, metáfora de un mundo...
Poema publicado el 24 de Septiembre de 2023
El tiempo,
metáfora de un mundo presentido,
en la oscura sinrazón de la mirada
levanta su estandarte,
viene nombrando la luz
como un latido que arde en su tumulto.
Observa los días
y sus horas muertas, la blanda rama
de las cosas,
ternura o sequedad, insolencia
suprema ante tus ojos.
La primavera, con su nítido breviario,
asoma sus raíces y penetra
por ese destello de las frondas,
dibuja las líneas de tus manos
como el viento que pronuncia
la palabra amor en cada hoja.
Una mañana de mayo, alzada
tras la cintura de esos árboles
calientes, y las calles que nombran
la ciudad o el sortilegio.
Mira los hondos cielos moverse,
recuerda el sueño que tuviste,
ordena su luz,
contempla el crecimiento de los frutos.
Uno sabe
que esta es la materia de la rosa,
que en los tejidos habitados
vuelve siempre una leve invocación,
simiente frágil
como la llegada de la sangre:
la vida es tu insondable lejanía,
el silencio del tacto,
lo feliz de estas horas solitarias,
la brisa que persigue como el pájaro
un corazón más fuerte y entregado.
Y si pienso en ti, si recuerdo
la belleza de tus labios,
el cansado gesto repetido,
el fuego que en la piel deja su rastro,
vuelvo despacio a la alegría,
me considero un hombre
anticipadamente combatido.
Y tú recuerdas
que era mayo, tú recuerdas
la hora exacta en que el sol
mordía la tarde en su regreso,
tú recuerdas que este es el poema
como el agua lustral
en el silencio de la sombra.
(de "Por la piel de las escalas", inédito, 2014)
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Poema publicado el 24 de Septiembre de 2023
El tiempo,
metáfora de un mundo presentido,
en la oscura sinrazón de la mirada
levanta su estandarte,
viene nombrando la luz
como un latido que arde en su tumulto.
Observa los días
y sus horas muertas, la blanda rama
de las cosas,
ternura o sequedad, insolencia
suprema ante tus ojos.
La primavera, con su nítido breviario,
asoma sus raíces y penetra
por ese destello de las frondas,
dibuja las líneas de tus manos
como el viento que pronuncia
la palabra amor en cada hoja.
Una mañana de mayo, alzada
tras la cintura de esos árboles
calientes, y las calles que nombran
la ciudad o el sortilegio.
Mira los hondos cielos moverse,
recuerda el sueño que tuviste,
ordena su luz,
contempla el crecimiento de los frutos.
Uno sabe
que esta es la materia de la rosa,
que en los tejidos habitados
vuelve siempre una leve invocación,
simiente frágil
como la llegada de la sangre:
la vida es tu insondable lejanía,
el silencio del tacto,
lo feliz de estas horas solitarias,
la brisa que persigue como el pájaro
un corazón más fuerte y entregado.
Y si pienso en ti, si recuerdo
la belleza de tus labios,
el cansado gesto repetido,
el fuego que en la piel deja su rastro,
vuelvo despacio a la alegría,
me considero un hombre
anticipadamente combatido.
Y tú recuerdas
que era mayo, tú recuerdas
la hora exacta en que el sol
mordía la tarde en su regreso,
tú recuerdas que este es el poema
como el agua lustral
en el silencio de la sombra.
(de "Por la piel de las escalas", inédito, 2014)
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