Habrá que vivir, estar en el humo...
Poema publicado el 24 de Septiembre de 2023
Habrá que vivir, estar en el humo
y en su valiente lejanía:
enmienda del presente hacia los labios
con la raíz plural en el comienzo
de la llama terrestre que consigue
convertir en círculo la hoguera.
Habrá que proclamarse entre las cosas
que no avivaron la desdicha:
comprender el nombre con el ojo inmóvil
del prodigio. Amaine el vendaval
en la morada del saber, sustancia firme
que revienta en la alegría
trazando la ventura del refugio.
Con viento, con niebla, dijo la luz
silenciosa, matriz inmaterial
que no responde, que se acerca y perpetúa
el umbral hacia lo oscuro,
la semilla desnuda que se cubre
de tierra cuando miro,
pues se niega a ser desdibujada
por el torpe aleteo
de una oscura realidad.
Señal de luz en mi camino, invierno
inevitablemente adelantado:
observo su destreza, su vibrante
y nítido fulgor.
Y se alarga la piel entre la niebla,
se adelanta la sed ante el espliego
como la tarde
cayendo en el hastío de los dardos.
No es más puro quien descubre
la flor adormecida de la llaga,
sino
aquel que con su voz entra al poema.
(enero 2017)
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Poema publicado el 24 de Septiembre de 2023
Habrá que vivir, estar en el humo
y en su valiente lejanía:
enmienda del presente hacia los labios
con la raíz plural en el comienzo
de la llama terrestre que consigue
convertir en círculo la hoguera.
Habrá que proclamarse entre las cosas
que no avivaron la desdicha:
comprender el nombre con el ojo inmóvil
del prodigio. Amaine el vendaval
en la morada del saber, sustancia firme
que revienta en la alegría
trazando la ventura del refugio.
Con viento, con niebla, dijo la luz
silenciosa, matriz inmaterial
que no responde, que se acerca y perpetúa
el umbral hacia lo oscuro,
la semilla desnuda que se cubre
de tierra cuando miro,
pues se niega a ser desdibujada
por el torpe aleteo
de una oscura realidad.
Señal de luz en mi camino, invierno
inevitablemente adelantado:
observo su destreza, su vibrante
y nítido fulgor.
Y se alarga la piel entre la niebla,
se adelanta la sed ante el espliego
como la tarde
cayendo en el hastío de los dardos.
No es más puro quien descubre
la flor adormecida de la llaga,
sino
aquel que con su voz entra al poema.
(enero 2017)
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