Por aquí pasabas...
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2023
Por aquí pasabas,
aumentaste tu espíritu en el ser.
En la hora convenida
por el don
y su alada forma impermeable,
seguir la senda
que se pierde entre la luz.
Y ves las piedras,
los silencios que regresan
con la muerte, su cambiada
cosecha. Mirar el abandono
como quien se desmiente
ante la lámpara. Detenerse
en la orilla, en el bosque oscuro
prestado a los abismos. Mirar aquí
y hacia lo lejos, más allá de este fondo
donde claman los venados.
Al amor ceniza en su belleza alada,
conjurar en la música
como quien descifra un testimonio,
sol o laberinto
y tejido para el alma. Médulas
del tiempo, camino secreto que ya nunca
verás en este sitio. Los árboles esperan,
se reflejan en la llama.
Y el niño corre y busca
en su inmensa lejanía: espacio para el ser,
para cruzar el cielo
sobre el río. Alacena y vestigio,
qué palabra rompe
de su raíz la sangre, o cierra
los tumultos de tu voz. Mirar
la lengua del pájaro, su inocente
estancia. Buscar, viajar,
atreverse con la nieve.
Piensa ahora,
ante la flor ofrecida y sin designio,
en la certeza vital
que va cavando la alegría.
Sinrazón del caminante,
voz cansada y a lo lejos,
esa memoria de lo oculto
que en ti tan honda significa.
(2015)
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2023
Por aquí pasabas,
aumentaste tu espíritu en el ser.
En la hora convenida
por el don
y su alada forma impermeable,
seguir la senda
que se pierde entre la luz.
Y ves las piedras,
los silencios que regresan
con la muerte, su cambiada
cosecha. Mirar el abandono
como quien se desmiente
ante la lámpara. Detenerse
en la orilla, en el bosque oscuro
prestado a los abismos. Mirar aquí
y hacia lo lejos, más allá de este fondo
donde claman los venados.
Al amor ceniza en su belleza alada,
conjurar en la música
como quien descifra un testimonio,
sol o laberinto
y tejido para el alma. Médulas
del tiempo, camino secreto que ya nunca
verás en este sitio. Los árboles esperan,
se reflejan en la llama.
Y el niño corre y busca
en su inmensa lejanía: espacio para el ser,
para cruzar el cielo
sobre el río. Alacena y vestigio,
qué palabra rompe
de su raíz la sangre, o cierra
los tumultos de tu voz. Mirar
la lengua del pájaro, su inocente
estancia. Buscar, viajar,
atreverse con la nieve.
Piensa ahora,
ante la flor ofrecida y sin designio,
en la certeza vital
que va cavando la alegría.
Sinrazón del caminante,
voz cansada y a lo lejos,
esa memoria de lo oculto
que en ti tan honda significa.
(2015)
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
