Mi dulce amor
Poema publicado el 05 de Julio de 2009
Bendita la noche en que se poso la luna bajo tu alma y el sol se oculto en la pasión de tu cuerpo, quemándome la piel con cada uno de tus besos y de tus caricias.
Maldito el segundo que dio por terminada la magia de tu alma y la mía, acecinando el hechizo de la misma locura que se embriago en el néctar e tus labios y se deslizo por los míos saciándolos de la sed de tu boca, del inocente pero atrevido deseo de hacerte mía y entregarte la virginidad de mi pecho y de mi pensamiento.
Hubiese vendido mi alma por que nunca se hubiese terminado este momento, hubiese deseado morir para haber permanecido en tus brazos donde conocí la misma gloria vestida de pasión y maquillada del furor de tus suspiros que fueron preámbulo que erizo uno a uno de mis poros, que silenciosamente temblaron, ante la dulzura de tu vos, de tus caricias, de tus besos, en fin con tu esencia, que hace que para mi alma seas mi dulce amor.
Me pregunto si la luna ha e volver a engendrar en su luz una noche como esa, para que mi amor se desborde en ti y encuentre la plenitud por la que aguarda y nunca más separar mi mirada de tu rostro, penetrarme tan dentro tuyo que no exista poder alguno que quiera ni pueda separarme de tu pecho, ni siquiera la misma muerte, porque aunque sé que moriré , después de ella te seguiré amando, no es exageración , es la seguridad de que este amor es tan puro, grande, que el infinito es pequeño para encerarlo y la eternidad corta para vivirlo, pues este amor nació en presencia del cielo.
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Poema publicado el 05 de Julio de 2009
Bendita la noche en que se poso la luna bajo tu alma y el sol se oculto en la pasión de tu cuerpo, quemándome la piel con cada uno de tus besos y de tus caricias.
Maldito el segundo que dio por terminada la magia de tu alma y la mía, acecinando el hechizo de la misma locura que se embriago en el néctar e tus labios y se deslizo por los míos saciándolos de la sed de tu boca, del inocente pero atrevido deseo de hacerte mía y entregarte la virginidad de mi pecho y de mi pensamiento.
Hubiese vendido mi alma por que nunca se hubiese terminado este momento, hubiese deseado morir para haber permanecido en tus brazos donde conocí la misma gloria vestida de pasión y maquillada del furor de tus suspiros que fueron preámbulo que erizo uno a uno de mis poros, que silenciosamente temblaron, ante la dulzura de tu vos, de tus caricias, de tus besos, en fin con tu esencia, que hace que para mi alma seas mi dulce amor.
Me pregunto si la luna ha e volver a engendrar en su luz una noche como esa, para que mi amor se desborde en ti y encuentre la plenitud por la que aguarda y nunca más separar mi mirada de tu rostro, penetrarme tan dentro tuyo que no exista poder alguno que quiera ni pueda separarme de tu pecho, ni siquiera la misma muerte, porque aunque sé que moriré , después de ella te seguiré amando, no es exageración , es la seguridad de que este amor es tan puro, grande, que el infinito es pequeño para encerarlo y la eternidad corta para vivirlo, pues este amor nació en presencia del cielo.
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