Dieciocho años
Poema publicado el 15 de Abril de 2009
Hija mía, cuanto tiempo ha pasado
desde que te fuiste en aquél día,
mi corazón al partir dejaste destrozado
pues eras en mi vida, lo que más quería.
No hubo nadie que me consolara
esa tristeza que por dentro llevaba,
no hubo nadie que mi alma calmara
esa pena que por dentro yo cargaba.
Han pasado dieciocho años, hija querida
dieciocho años que jamás volverán,
dieciocho años llorando tu partida,
dieciocho años que en mi mente quedarán.
Después de tanto tiempo, hoy al encontrarte
mi alma ha vuelto de nuevo a renacer,
jamás dejaré que te vuelvas apartarte,
jamás dejaré que te vuelvas a desaparecer.
Y desde este instante, conocerás el amor
de este padre, que por ti siempre soñó,
conocerás el sufrimiento y el dolor
y que a Dios por ti, siempre le imploró.
Más no volverán dieciocho años a pasar,
pues aquí el tiempo se detendrá, hija mía,
y verás que nunca te dejé de amar,
y verás lo mucho que por ti sufría.
Y un abrazo paternal te iré a dar,
con el sentimiento de un amor profundo,
más no permitiré que te vuelvas a separar,
pues como tu, no hay nadie en el mundo.
Quiero dejar aquí hija mía, este inmenso amor,
y quiero dejarlo plasmado para siempre aquí,
para que sepas el sufrimiento que pasé con dolor
desde hace dieciocho años, cuando te perdí.
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Poema publicado el 15 de Abril de 2009
Hija mía, cuanto tiempo ha pasado
desde que te fuiste en aquél día,
mi corazón al partir dejaste destrozado
pues eras en mi vida, lo que más quería.
No hubo nadie que me consolara
esa tristeza que por dentro llevaba,
no hubo nadie que mi alma calmara
esa pena que por dentro yo cargaba.
Han pasado dieciocho años, hija querida
dieciocho años que jamás volverán,
dieciocho años llorando tu partida,
dieciocho años que en mi mente quedarán.
Después de tanto tiempo, hoy al encontrarte
mi alma ha vuelto de nuevo a renacer,
jamás dejaré que te vuelvas apartarte,
jamás dejaré que te vuelvas a desaparecer.
Y desde este instante, conocerás el amor
de este padre, que por ti siempre soñó,
conocerás el sufrimiento y el dolor
y que a Dios por ti, siempre le imploró.
Más no volverán dieciocho años a pasar,
pues aquí el tiempo se detendrá, hija mía,
y verás que nunca te dejé de amar,
y verás lo mucho que por ti sufría.
Y un abrazo paternal te iré a dar,
con el sentimiento de un amor profundo,
más no permitiré que te vuelvas a separar,
pues como tu, no hay nadie en el mundo.
Quiero dejar aquí hija mía, este inmenso amor,
y quiero dejarlo plasmado para siempre aquí,
para que sepas el sufrimiento que pasé con dolor
desde hace dieciocho años, cuando te perdí.
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