A margarita gautier - poeta
Poema publicado el 16 de Mayo de 2014
Languidece mi pena
entre vacuos versos
que persiguen la forma
en rígidos jeroglíficos,
encalanadas estrofas
al estatismo se apegan.
Tu poesía es vuelo de alas,
mariposa incandescente
traes colorida gamas,
irrumpes mis aldeas en alegoría
Y esbozas un gesto de sonrisa.
Hojas de terciopelo te visten
en capullo circular de seda,
Giran en redor llamas incidentes,
tu pluma no tambalea ni oscila
ante el vértice del abismo.
Dos ángeles te amparan
sueño de amapolas encinta del Jacinto.
Destellas chispa de talento.
Barres sombras amparadas
en la noche de las estatuas
con tu tinta mora.
Sinuosos meandros se moldean
en letras con significado.
Resaltas entre vacías barcas de grafema
en su pálido frío se congelan.
Eres surco de otras charcas anegadas
con tierna firmeza
como el dominio de tus letras,
territorio de ráfagas y violetas desgranadas/
Adiós poeta amiga…
Llévate mi piel floreciste de opalinas
y déjame saborear la estirpe
de frescas azucenas que te engalanan.
Artesa de harina,
espiga ensoñada en creciente
condensación de verdes.
Estas más allá de rutinarias azoteas.
Allende a la cumbre de la montaña que escalas.
Todos los derechos registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry
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Poema publicado el 16 de Mayo de 2014
Languidece mi pena
entre vacuos versos
que persiguen la forma
en rígidos jeroglíficos,
encalanadas estrofas
al estatismo se apegan.
Tu poesía es vuelo de alas,
mariposa incandescente
traes colorida gamas,
irrumpes mis aldeas en alegoría
Y esbozas un gesto de sonrisa.
Hojas de terciopelo te visten
en capullo circular de seda,
Giran en redor llamas incidentes,
tu pluma no tambalea ni oscila
ante el vértice del abismo.
Dos ángeles te amparan
sueño de amapolas encinta del Jacinto.
Destellas chispa de talento.
Barres sombras amparadas
en la noche de las estatuas
con tu tinta mora.
Sinuosos meandros se moldean
en letras con significado.
Resaltas entre vacías barcas de grafema
en su pálido frío se congelan.
Eres surco de otras charcas anegadas
con tierna firmeza
como el dominio de tus letras,
territorio de ráfagas y violetas desgranadas/
Adiós poeta amiga…
Llévate mi piel floreciste de opalinas
y déjame saborear la estirpe
de frescas azucenas que te engalanan.
Artesa de harina,
espiga ensoñada en creciente
condensación de verdes.
Estas más allá de rutinarias azoteas.
Allende a la cumbre de la montaña que escalas.
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