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Nuestros besos de azul - Poemas de Ricardo Alvarez



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Categoría: Poemas de Amor
Nuestros besos de azul
Poema publicado el 11 de Enero de 2011

Hablo por tu boca
Mujer de paño y gasa sutil,
de huesos colmados y labios de tierra,
que se forman mas allá de los confines extremos,
en el monte sublime de Eros.

Con el eco eólico hablo por tu voz cuando dices: ¡ Te amo ¡
      Con sonido de arpa de ángel mujer.
Como rasgando una melodía próxima a mi oído,
Al crepúsculo de mi cielo de sueño infinito.
                                  Con mirada de lámpara y lupa
vi tu lado infante estirarse sobre la tarde
Y caer tus besos alegres, derramados en la brisa.
                                  El amor se me hizo resucitadle,
Dentro de la flexión encorvada de tu corazón.

¡ Maestra del oráculo. Pitonisa de mis naufragios ¡
Lees mis labios mudos, fatigados de tu carne labial: de
      cuándo ries y hablas
cuándo cantas y callas
    cuándo besas y enamoras.
                                Hablo por tus ojos de lágrima
que he hecho vertir como el rocío negro, lastimando a la corola.
Ojos amplios como una charca transparente de mirada cavadora.
                                En tus párpados de papel.
Papel transparente con destello de nieve y albor.
                    Le hablo a tu  esencia violácea.
Tempestad de mi territorio, dónde el invierno se ausenta,
mis pasos dejan la fatiga de mochila escaladora
Y huyen del peñón del olvido en la ola de tu color y tu forma.
                                Hablo sobre tu hombro.
Le narro el amor que me da tu estatura y el grabado en el cuero de mi piel,
En  los marcos de las sábanas, dónde  enciende tu flama,
en el tiempo de las uvas maduras y el fruto colmado de la vendimia
bajo la lluvia, donde el amor se me hace como al relámpago
  Hablo por la rosa púrpura de tus pómulos,
donde subo al vértice y el viento aúlla solo en mi oído.
El río ruge en su cauce, camino al delta del amor de homenaje,
Donde ensancha la playa y la arena blanca de tu tez,
vibran las hojas de los tipas, se hace leña el madero con que
                                construimos nuestra hoguera de fuego.

                            Besándonos con los dientes hasta el alma.
                            Mordiéndonos los labios del corazón.


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