Quien diria de v.para veronica
Poema publicado el 14 de Diciembre de 2010
Recuerdo tu cuerpo en reposo y
el cálido roce de las corolas en bandada,
recogiendo las hojas caídas y bañadas,
en el calmo lago de tu alma sedosa,
gotea húmedo en hebras de tu pelo y
el átomo diminuto de tu esencia de diosa.
Te bese los ojos y de tu boca nació el verano,
devorando mis penas al borde del escalpelo.
Me hiciste esclavo al mohín de tu risa.
Me batallaste con gestos en la disputa cotidiana y
al roce de tu mejilla estallo el placer en mis dedos obcecados.
Anduve mas allá de tu sombra,
horadando tus planicies de almendro y
en la tibia alfombra de tus senos de cerezo.
¡ Ah, fulgor de rayo sobre los montes ¡
Tu boca de vendaval me sacude el polvo de ausencia.
El amor se me agiganta en ecuación con la distancia.
Tu ombligo en farol de islote reluce, y me lleva al canto de los ríos,
donde se cobija el rincón de la palabra.
¡ Oh, la palabra ¡
¡ Quien diría que tu palabra puede mas que un beso ¡
La cortina celeste mira al cielo por los velos de tu espalda.
En el hueco azul infinito de tus muslos
asoma el espacio secreto de los suspiros.
Tu noble frente avizora un bostezo al alma.
Cielo de mis carrozas. Luz de mi añil.
¡ Corazón en llamas al ardiente crepúsculo ¡
que decora tus labios de azahares pintados,
al vidrio de tu risa en mana de obsequio.
¡ Quien diría que mis labios te saborean. Mis lívidos instintos te desean ¡
Y mi amor...
Mi amor aun te aguarda.
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Poema publicado el 14 de Diciembre de 2010
Recuerdo tu cuerpo en reposo y
el cálido roce de las corolas en bandada,
recogiendo las hojas caídas y bañadas,
en el calmo lago de tu alma sedosa,
gotea húmedo en hebras de tu pelo y
el átomo diminuto de tu esencia de diosa.
Te bese los ojos y de tu boca nació el verano,
devorando mis penas al borde del escalpelo.
Me hiciste esclavo al mohín de tu risa.
Me batallaste con gestos en la disputa cotidiana y
al roce de tu mejilla estallo el placer en mis dedos obcecados.
Anduve mas allá de tu sombra,
horadando tus planicies de almendro y
en la tibia alfombra de tus senos de cerezo.
¡ Ah, fulgor de rayo sobre los montes ¡
Tu boca de vendaval me sacude el polvo de ausencia.
El amor se me agiganta en ecuación con la distancia.
Tu ombligo en farol de islote reluce, y me lleva al canto de los ríos,
donde se cobija el rincón de la palabra.
¡ Oh, la palabra ¡
¡ Quien diría que tu palabra puede mas que un beso ¡
La cortina celeste mira al cielo por los velos de tu espalda.
En el hueco azul infinito de tus muslos
asoma el espacio secreto de los suspiros.
Tu noble frente avizora un bostezo al alma.
Cielo de mis carrozas. Luz de mi añil.
¡ Corazón en llamas al ardiente crepúsculo ¡
que decora tus labios de azahares pintados,
al vidrio de tu risa en mana de obsequio.
¡ Quien diría que mis labios te saborean. Mis lívidos instintos te desean ¡
Y mi amor...
Mi amor aun te aguarda.
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