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Camino arriba - Poemas de Roberto Reyes Cortés



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Camino arriba
Poema publicado el 11 de Enero de 2010

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Diciembre de  2009.
Roberto Reyes Cortés
5º.reyes.

CAMINO ARRIBA.

Tan sólo se trata de buscar
las  palabras, para hacer un verso.

Hacinar un conjunto de sonidos
en una hoja de papel acomodados.

Ordenarlas en fila recta de soldados,
la sonora primero la segunda detrás
la tercera adelante. Se riman solas.

Resulta impresionantemente fácil,
basta un rimero de palabras cortas,
una despistada noche de insomnio
y muchas ganas de perder el tiempo.

Otear los rumbos entre palabra y palabra
entre línea y línea, de abajo hacia arriba,
repasando siempre el filme de los recuerdos.

En cualquier momento brinca,
descubierta del polvo del tiempo
pega un alarido y ya está, perfecto.

La inspiración será algo que golpea
los rumbos interiores de mi vientre,
como asfixia sorda en medio de la garganta,
como identidad con el dolor desconocido,

Será el hambre de pan y
de esperanza,
amnesia de sueño pertinaz,
no tener paz, tener miedo,
o será tal vez, la muerte fría
calándome los huesos.

A los elegidos los olímpicos dioses visitan,
regalan consejas, versos, porque son distintos,
como pan de otra harina, amasijo complicado
de levadura fugaz, de otra hilerita de silencio.



Que lástima que no todos puedan soñar,
escribir pintando de ninfas los horizontes,
surcar los cielos bajos, cercanos a la tierra,
visitar las estrellas en su veleidad eterna.

Montar a Pegaso y galopar, galopar, galopar,
qué lástima.

Cuando mas tenso,
mas cansados siento los ojos
hartos por el brillo
de la luz opaca
de la lámpara.

Mi mano está frente a la inmensidad
de la noche, plena de pavor,
porque el corazón deje de latir
ahora.

No pasa nada, tengo miedo
porque me encuentro solo,
pero permanezco bien
igual que nuestros muertos.

Aquellos que no están,
que nos dejaron tristes,
que se fueron como desfile
de olvidados silentes
en ritual de oscuridad.

El pobre, es mendigo
pero está junto con todos;
los miles lloran unidos
están juntos, se acompañan,
se consuelan.

El rico y poderoso
llora también,
como yo lloro,
pero lo hace furtivamente,
cuando se encuentra sólo,
cuando nadie le mira,
es la enorme diferencia.

La vida está en los peces,
en los arroyos,
en los niños que corren
por mi jardín.


La vida es el molde
al que tienes que ceñirte
como la humilde libélula,
que jamás será mariposa.

Peero la batalla
no es la última,
el campo florido inerte,
está cubierto de soledad
perversa, como lejanía
del sueño por los surcos.

La semilla no nace
porque el clima
destruyó los frutos,
pero el corazón sin embargo
es grande y mira adelante.

Ha comenzado la esperada
inundación del universo,
y hay olvido en los cielos
de los vórtices de hombres
que fueron victimados
por el magma y la violencia.

Hoy me amaneció temprano,
de mañana despuntó la aurora
y los nidos vivos de canarios
se llenaron de música y de voces.

El sol mañanero tiempla la palabra,
haciéndola dulce al oído de la luna
y las liebres saltan asustadas
ante la amenaza del amanecer,

Un hombre camina
por el filo de las aguas
profundas
y siguiendo al agónico día,
con rumbo al horizonte,
se perdió en el mar.


Fin.


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