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Ciudad juarez - Poemas de Roberto Reyes Cortés



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Ciudad juarez
Poema publicado el 03 de Enero de 2010

TUXTLA GUTIÉRREZ CHIAPAS, Noviembre 2009-11-23       

Roberto Reyes Cortés.
5º.Reyes.
Ciudad Juárez.


Duele el profundo dolor de una sociedad
lastimada por la peor violencia desatada.

Rojo púrpura es el color de la sangre derramada.
El río bravo tiñe el suelo de desiertas avenidas
como en la peor tragedia mexicana.

Hemoglobina a raudales y pesadas botas militares
a zarpazos rompen el silencio de la angustia.

A los lejos mas allá de las vías, atrás de la mirada
la desértica llanura perdida en el confín de la patria
no es del conflicto ajena.

La gente acude al mercado, visita la parroquia,
cada día reza a un santo distinto y enciende
con devoción la  vela de la esperanza.
Después la plaza. Abajo el río callado, sin peces.

Sin imágenes están los sueños sin nada, son cielo sin pájaros,
voces confusas en el tumulto de mil arañas atrapadas en la red.
Las pesadas Hummer artilladas ruedan en el asfalto.

La escuela alforja abierta de gorjeos de juventud temprana,
es nido de cantos, inventadora de sueños y  aun respira, camina.

Aves negras de miseria, crimen y soledad, se vuelcan arrancando
del pecho el corazón tierno de niños espantados.

Asoma el vacío de la historia. Es tiempo de un pueblo sin presente.

El cuerpo de México está tendido, azotado, huele mal,
y tanto está doliendo que es imposible contener el llanto.
Es pesadilla, noche negra, derrumbe de los cielos.

La tierra, nuestra madre ancestral está cortada en pedazos
y tal parece hielo de cristal fracturado,  espejo de agua rota.


Mil crímenes horrendos, brazos y abdómenes,
cabezas sin cuerpos, hombros sin cráneos,
mujeres con los vientres desgarrados, abiertos,
peligro en calles, hoteles, carreteras, es la cotidiana visión.

Las aves hace tiempo dejaron de volar por el espacio
se han asfixiado en el gas letal de las nueve milímetros
y en el incendio disparado de la ira.

Entre tanto los asesinos pululan entre el trafico diario
de la urbe exhibiendo su crueldad como si nada.
Un grupo de niños juega en el campo detrás de la explanada
y en el callejón dos más persiguen al gato que se ha robado
el trozo descarnado de jamón de la cocina.

La tempestad avanza,
dos balas blindadas del ak47 viajan por el aire,
explotando los cráneos inocentes.

Ya basta de tanta crueldad, de tanta sangre derramada.
Por Dios ya basta.
La estampida humana busca su natural salida,
escapar de la barbarie, cruzar la corriente del río Bravo.

Ahí están la paz, la seguridad, del otro lado.
Paso del Norte nuestro puente cerrado, clausurado.
El cerco de acero y de concreto concreta la ignominia.

Entre nubes y truenos, en inmenso terror de hecatombe,
mil ojos incrédulos observan derrumbarse las torres
ayer construidas como símbolos del poder y de riqueza,
convertidas en polvo en dantesca y espantosa bacanal.

Más ausente y lejano parece hoy el sueño americano.

Pero ciudad Juárez nunca habrá de sucumbir
sus raíces lo describen como pueblo vigoroso y valiente,
su nombre es símil del héroe epónimo impasible.

Inmortal elegida en el espacio inmarcesible de la patria.
Ciudad Juárez eres eterna como el ave fénix de la épica leyenda.


Fin.


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