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Es la vida - Poemas de Roberto Reyes Cortés



Poemas » roberto reyes cortes » es la vida




Categoría: Poemas de Amor
Es la vida
Poema publicado el 21 de Junio de 2011

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México.
Roberto Reyes Cortés.
5º.reyes.
rreyescortes@hotmail.com


----------------- ES LA VIDA .------------------

Veo la noche acariciada por la luna
dormitar en los brazos de la arena,
las manos ávidas del tiempo que la arropan
se dedican a tejer alfombras con las nubes.

La miro caminar para esconder auroras,
en el diario despertar de la mañana.

Es la armonía, la serena armonía de las luces
que al despuntar el día, andando se levantan.

Los sonidos de las hojas cayendo sobre el río,
por las peñas, son arbóreas cortinas verdes,
sonoros caminos caudalosos que retratan
la calma y la quietud del devenir y la esperanza.



El hombre ha nacido el día de hoy,
en el saco intenso secular del universo,
y el mundo de paz y de concordia vislumbra,
el camino tranquilo de las horas.

El infatigable reloj que el tiempo tiene,
mira dormido el rumbo de los peces en los mares,
ve la huella de senda de las aves cuando rompen
su andar de cada día en la vasta soledad del cielo,
y respira hondamente el despertar del alba nuevamente.

Volverán a estar presentes los viejos altares,
los siempre eternos rituales
y los mitos sempiternos, vistiendo rezos e incienso
en un misa común para los hombres.

En mensajes de fe del infinito
cavarán los senderos
para encontrar lo que no entienden,
solo pidiendo  una migaja de sueños
y de espinas,
que se hunden  en un cuerpo flaco
y macilento colgado en el calvario.
Aquel, que hiciera nacer
las cruces eternas de los tiempos.



Ahí están las cavernas, las miradas,
los adioses  más profundos
plagados de nostalgia,
ahí  en la negra oscuridad
de lo profundo, esconden a la vida.

Ahí vaga silente, lejana,
la noche interminable
y clava su daga hiriente
el sol  de la mañana.

En esa negra tempestad,
con estruendo  de mar
y sombras de lo incierto,
suenan ondas como arpas,
como pianos sordos
en un mundo abierto;
pulsando lento, cansado
y sin sentido el tedioso
caminar del universo.

Escuchemos la música imprecisa, en mil notas
de amor, afinadas por el tiempo.





Hoy quisiera que mi alma
fuera más que materia,
tal vez solo una sombra
con tu aliento,
tener yo menos cuerpo
y que este fuera
un poco mas de sueño,
menos tierra;
vivir dentro muy adentro
y en tu pecho
estar tan solo hoy,
solo un momento.

Volar en tolvaneras por el valle, imitando
el ronco sonido graznar de las gaviotas
y encontrar la ruta que nos traiga, a aquel
santuario azul donde nacen mariposas.

Estancarme en el quieto color de los rosales,
que  son cual soles rojos que adormecen,
girando al compás de las alondras que se mecen,
cuando el viento polar desaparece,
y despertar al soñador que se desnuda,
con el calor de la mañana que amanece.




Vida que en el cielo de todos los confines
se asoma por las plumas abiertas de los lirios,
por los ríos de agua fría que van por el tejado,
acariciando con tibio amor al caserío,
por los mares intensos que se azulan,
vestidos de esmeralda que es color de la ternura,
y por tus ojos inquietos que me miran,
con mirada que vaga, es intensa, en la llanura.

Vida que vive helada por las nieves,
o caliente por los ritmos de palmeras encendidas;
vida que como un sueño,
es el viajero  que en el tiempo porvenir,
nos venda las heridas,
el que va ocultando el secreto de tus horas,
que olvidaron ayer tus pasiones escondidas.

Es el son de la vida que te canta a toda hora,
la que guarda los momentos más felices,
tu dolor, tu penar,  tu risa, hasta tu llanto,
y es que al no verte, cuando no estás conmigo,
cuando viajas o te alejas de la casa y cuando
no estás ya junto a mí, te extraño tanto.

Es la vida que en la forja febril de las edades,
te alienta, te compulsa a vivirla diariamente
en el suave contonear de los minutos,
que  transcurren en el viejo calendario de los días.

Es la vida que se labra con la fuerza de tus manos,
que vuelan raudas a paisajes perdidos y lejanos.
Es la vida que te aguarda prendida en los olanes
del jardín que se viste de coloridas flores de tu alma;
es la vida que te mira y que te besa con los labios
ardientes, abiertos y extendidos de tristeza.

Vida que tanto tiempo viví plácidamente,
ya te puedes marchar cuanto tú quieras,
puedes irte de mi tranquilamente,
no le tengo pavor al devenir cuando me muera.

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Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México.
Roberto Reyes Cortés.
5º.reyes.
rreyescortes@hotmail.com


----------------- ES LA VIDA .------------------

Veo la noche acariciada por la luna
dormitar en los brazos de la arena,
las manos ávidas del tiempo que la arropan
se dedican a tejer alfombras con las nubes.

La miro caminar para esconder auroras,
en el diario despertar de la mañana.

Es la armonía, la serena armonía de las luces
que al despuntar el día, andando se levantan.

Los sonidos de las hojas cayendo sobre el río,
por las peñas, son arbóreas cortinas verdes,
sonoros caminos caudalosos que retratan
la calma y la quietud del devenir y la esperanza.



El hombre ha nacido el día de hoy,
en el saco intenso secular del universo,
y el mundo de paz y de concordia vislumbra,
el camino tranquilo de las horas.

El infatigable reloj que el tiempo tiene,
mira dormido el rumbo de los peces en los mares,
ve la huella de senda de las aves cuando rompen
su andar de cada día en la vasta soledad del cielo,
y respira hondamente el despertar del alba nuevamente.

Volverán a estar presentes los viejos altares,
los siempre eternos rituales
y los mitos sempiternos, vistiendo rezos e incienso
en un misa común para los hombres.

En mensajes de fe del infinito
cavarán los senderos
para encontrar lo que no entienden,
solo pidiendo  una migaja de sueños
y de espinas,
que se hunden  en un cuerpo flaco
y macilento colgado en el calvario.
Aquel, que hiciera nacer
las cruces eternas de los tiempos.



Ahí están las cavernas, las miradas,
los adioses  más profundos
plagados de nostalgia,
ahí  en la negra oscuridad
de lo profundo, esconden a la vida.

Ahí vaga silente, lejana,
la noche interminable
y clava su daga hiriente
el sol  de la mañana.

En esa negra tempestad,
con estruendo  de mar
y sombras de lo incierto,
suenan ondas como arpas,
como pianos sordos
en un mundo abierto;
pulsando lento, cansado
y sin sentido el tedioso
caminar del universo.

Escuchemos la música imprecisa, en mil notas
de amor, afinadas por el tiempo.





Hoy quisiera que mi alma
fuera más que materia,
tal vez solo una sombra
con tu aliento,
tener yo menos cuerpo
y que este fuera
un poco mas de sueño,
menos tierra;
vivir dentro muy adentro
y en tu pecho
estar tan solo hoy,
solo un momento.

Volar en tolvaneras por el valle, imitando
el ronco sonido graznar de las gaviotas
y encontrar la ruta que nos traiga, a aquel
santuario azul donde nacen mariposas.

Estancarme en el quieto color de los rosales,
que  son cual soles rojos que adormecen,
girando al compás de las alondras que se mecen,
cuando el viento polar desaparece,
y despertar al soñador que se desnuda,
con el calor de la mañana que amanece.




Vida que en el cielo de todos los confines
se asoma por las plumas abiertas de los lirios,
por los ríos de agua fría que van por el tejado,
acariciando con tibio amor al caserío,
por los mares intensos que se azulan,
vestidos de esmeralda que es color de la ternura,
y por tus ojos inquietos que me miran,
con mirada que vaga, es intensa, en la llanura.

Vida que vive helada por las nieves,
o caliente por los ritmos de palmeras encendidas;
vida que como un sueño,
es el viajero  que en el tiempo porvenir,
nos venda las heridas,
el que va ocultando el secreto de tus horas,
que olvidaron ayer tus pasiones escondidas.

Es el son de la vida que te canta a toda hora,
la que guarda los momentos más felices,
tu dolor, tu penar,  tu risa, hasta tu llanto,
y es que al no verte, cuando no estás conmigo,
cuando viajas o te alejas de la casa y cuando
no estás ya junto a mí, te extraño tanto.

Es la vida que en la forja febril de las edades,
te alienta, te compulsa a vivirla diariamente
en el suave contonear de los minutos,
que  transcurren en el viejo calendario de los días.

Es la vida que se labra con la fuerza de tus manos,
que vuelan raudas a paisajes perdidos y lejanos.
Es la vida que te aguarda prendida en los olanes
del jardín que se viste de coloridas flores de tu alma;
es la vida que te mira y que te besa con los labios
ardientes, abiertos y extendidos de tristeza.

Vida que tanto tiempo viví plácidamente,
ya te puedes marchar cuanto tú quieras,
puedes irte de mi tranquilamente,
no le tengo pavor al devenir cuando me muera.

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