La feria. cancion
Poema publicado el 04 de Enero de 2010
LA FERIA.
Canción.
Noviembre del 2009.
Roberto Reyes Cortés.
Voy a la feria del pueblo
al tranco de mi caballo
es muy suave de andadura
lindo de pelo oribayo.
Llevo el machete a la mano
una pistola, en la alforja,
el cuchillo en la cintura
porque soy buen mexicano.
Mi cuaquito se aligera
cuando el pueblo divisa
que una morena me espera
arreando que tengo prisa.
El sombrero de petate,
la camisola de cuero,
fornitura de mecate
ciento dos balas de acero.
Mi cuaquito urge el paso
desde el alto de la loma
hermoso caserío asoma
de nuevo San Juan del río
donde tengo un amorío.
Mi cuaquito va que vuela
voy llegando a la iglesita
en cuya puerta me espera
la que es dulce princesita,
de mi alma que desespera.
Piso la plaza del pueblo
que es paraíso de ensueño
alumbrado por los ojos
de mi amada soy el dueño.
Mi cuaquito se engalana.
Diviso hermosa figura
de esa mi novia adorada
bajo, la beso, la abrazo
y empezamos la paseada.
Mi caballo huye alborotado
rumbo al corral de la entrada
bella potranca ha mirado
que relincha en la majada.
Que cuaco tan enamorado
al pelo vil, me ha dejado.
Fin.
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Poema publicado el 04 de Enero de 2010
LA FERIA.
Canción.
Noviembre del 2009.
Roberto Reyes Cortés.
Voy a la feria del pueblo
al tranco de mi caballo
es muy suave de andadura
lindo de pelo oribayo.
Llevo el machete a la mano
una pistola, en la alforja,
el cuchillo en la cintura
porque soy buen mexicano.
Mi cuaquito se aligera
cuando el pueblo divisa
que una morena me espera
arreando que tengo prisa.
El sombrero de petate,
la camisola de cuero,
fornitura de mecate
ciento dos balas de acero.
Mi cuaquito urge el paso
desde el alto de la loma
hermoso caserío asoma
de nuevo San Juan del río
donde tengo un amorío.
Mi cuaquito va que vuela
voy llegando a la iglesita
en cuya puerta me espera
la que es dulce princesita,
de mi alma que desespera.
Piso la plaza del pueblo
que es paraíso de ensueño
alumbrado por los ojos
de mi amada soy el dueño.
Mi cuaquito se engalana.
Diviso hermosa figura
de esa mi novia adorada
bajo, la beso, la abrazo
y empezamos la paseada.
Mi caballo huye alborotado
rumbo al corral de la entrada
bella potranca ha mirado
que relincha en la majada.
Que cuaco tan enamorado
al pelo vil, me ha dejado.
Fin.
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