La luna nueva.
Poema publicado el 28 de Agosto de 2011
Roberto Reyes Cortés.
rreyescortes@hotmail.com
5º.reyes.
------------LA LUNA NUEVA.------
---------------------V.-------------------------------
La luz de la luna nueva
caminando va en tus manos
como rayo de centella
que habita un mundo lejano.
Rompiendo las tempestades
avanza por los senderos
de dos mundo irreales,
que son tus ojos iguales;
parecen dos pavorreales,
que tienen color de caña
y gritan en los maizales.
La luz de la luna nueva
con cara de margarita,
ah que cosa tan bonita,
tiene tu faz de doncella.
La vieja luna de antaño
perdió su haz de colores
convirtiéndose en espectro
de lo que fue con las flores
y hoy es pálido reflejo
que se pierde en los balcones.
Ese romance atrevido
que se inició con los siglos
en que los barcos mercantes
llegaron a las colinas
de los pueblos primitivos,
que hoy se miran
solo en ruinas
El mar y la luna nueva,
quien de dos es más certero,
el que ruge en los tifones
o la que es su mensajero;
la luz de la luna vive
en el fondo de tus ojos,
quiero quedarme con ellos
aunque me vean con enojos.
Cuando te miro me espanto
de que te vayas un día,
porque no se, lo que haría,
si voy a extrañarte tanto.
Prefiero las madrugadas
cuando hace mucho frío,
porque te tengo a mi lado
como agua de ardiente río,
te añoro cuando te callas
y resistes a mis bríos
porque entonces vida mía,
eres todo lo que pido.
Por la mañana temprano
antes que nazca la aurora,
te beso la blanca mano,
limpio lirio que se aflora
y siento que mis entrañas
arden en fuego de hoguera,
que se quema como brisa
en mi barca de madera.
La luz de la luna nueva
ha visitado mi casa
y en ella ha aposentado
como dueña que me abraza.
Ya no lloran las estrellas
ni los bosques encantados
cuando se visten de blanco
son como lirios floreados.
En el casco de la encina
cantan hoy los ruiseñores,
una canción que me abruma
con su música divina.
Los mares están tranquilos
en este mundo agitado,
solo quien tiene recuerdos
o el que está enamorado,
sabe que son los dolores
de un corazón destrozado.
Luz de la luna nueva
alumbra mi sufrimiento y
dale calor a mi alma
que ha vivido en el tormento.
La vieja luna de octubre
ya no asoma en mi tejado,
se marchó con las mañanas
en los ojos de un venado.
Por eso mientras tu duermes
me pongo a mirar el cielo,
preguntándole al pasado
si no tiene otro recuerdo
que me pueda acompañar,
porque a la luna anticuada
ya no quiero regresar.
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Poema publicado el 28 de Agosto de 2011
Roberto Reyes Cortés.
rreyescortes@hotmail.com
5º.reyes.
------------LA LUNA NUEVA.------
---------------------V.-------------------------------
La luz de la luna nueva
caminando va en tus manos
como rayo de centella
que habita un mundo lejano.
Rompiendo las tempestades
avanza por los senderos
de dos mundo irreales,
que son tus ojos iguales;
parecen dos pavorreales,
que tienen color de caña
y gritan en los maizales.
La luz de la luna nueva
con cara de margarita,
ah que cosa tan bonita,
tiene tu faz de doncella.
La vieja luna de antaño
perdió su haz de colores
convirtiéndose en espectro
de lo que fue con las flores
y hoy es pálido reflejo
que se pierde en los balcones.
Ese romance atrevido
que se inició con los siglos
en que los barcos mercantes
llegaron a las colinas
de los pueblos primitivos,
que hoy se miran
solo en ruinas
El mar y la luna nueva,
quien de dos es más certero,
el que ruge en los tifones
o la que es su mensajero;
la luz de la luna vive
en el fondo de tus ojos,
quiero quedarme con ellos
aunque me vean con enojos.
Cuando te miro me espanto
de que te vayas un día,
porque no se, lo que haría,
si voy a extrañarte tanto.
Prefiero las madrugadas
cuando hace mucho frío,
porque te tengo a mi lado
como agua de ardiente río,
te añoro cuando te callas
y resistes a mis bríos
porque entonces vida mía,
eres todo lo que pido.
Por la mañana temprano
antes que nazca la aurora,
te beso la blanca mano,
limpio lirio que se aflora
y siento que mis entrañas
arden en fuego de hoguera,
que se quema como brisa
en mi barca de madera.
La luz de la luna nueva
ha visitado mi casa
y en ella ha aposentado
como dueña que me abraza.
Ya no lloran las estrellas
ni los bosques encantados
cuando se visten de blanco
son como lirios floreados.
En el casco de la encina
cantan hoy los ruiseñores,
una canción que me abruma
con su música divina.
Los mares están tranquilos
en este mundo agitado,
solo quien tiene recuerdos
o el que está enamorado,
sabe que son los dolores
de un corazón destrozado.
Luz de la luna nueva
alumbra mi sufrimiento y
dale calor a mi alma
que ha vivido en el tormento.
La vieja luna de octubre
ya no asoma en mi tejado,
se marchó con las mañanas
en los ojos de un venado.
Por eso mientras tu duermes
me pongo a mirar el cielo,
preguntándole al pasado
si no tiene otro recuerdo
que me pueda acompañar,
porque a la luna anticuada
ya no quiero regresar.
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