La plegaria
Poema publicado el 28 de Enero de 2010
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS A 12 DE ENERO DEL 2010-01-12
LA PLEGARIA.
ROBERTO REYES CORTES
5º.Reyes.
Señor yo no quiero como en el norte
hablar inglés,
nada de vivir en Nueva York o platicar con Obama,
yo no quiero vagar en las Vegas, Texas o Alabama
tan solo si te puedo pedir algo,
te pido por esta vez:
Que los bravos tumbos tempestuosos
de la mar,
sean tumbas mejores más tranquilas
en la tierra,
que se olviden los gritos hilarantes de la guerra,
las señales de misterios
oscuros que me aterran.
Que la esperanza del hombre
se renueve cada día
en estelas de alegría
como brotan las raíces
en mi sombra umbría
Como nacen rosas rojas al cavar
los pobres suelos calcinados
de relojes rotos sin andar
y soñar como sueñan los sueños
de los niños al soñar.
Tan solo para entonces,
volverá la primavera,
jóvenes del mundo
cantaran rimas por doquiera
canciones de estos tiempos de felicidad cimera,
y mil versos encendidos pescaremos en la mar.
El tiempo no tendrá color de nieves derretidas,
en la carcoma de los surcos
estériles, labrados en la roca,
por el infernal calor intenso
de los árboles quemados,
No escucharemos salmos rituales
en las rojas fumarolas
o desfile de cruces rotas clavadas,
en los cerros depredados.
No más verán las callejuelas
bordeando el canto de clarines,
de legiones guerreras caminando de prisa,
sin avanzar un paso,
abarrotando cadáveres
colgados de los miembros,
en árboles de encinos verdes,
que se arrodillan, viendo llorar al camino
que se columpia,
a la sombra de los fuertes, torreones
almenados de las viejas catedrales.
Época del clima aturdido
en el estiaje incomprensible
del un verano solar,
que ronda como nauseabundo invento,
de triste romance de silbato
de carrizo de viento,
tocando suave,
canciones de un mundo impredecible.
Viejos afinando el pentagrama
que conjugue en una sola voz,
el graznido de los cuervos de rapiña
y el canto dulce
de la alondra del diluvio,
en concierto estelar de la semana.
Lo prefiero a un locutorio infernal
en que resuenan a la vez
mil teléfonos celulares, absurdos,
en una ampulosa verborrea
del típico lenguaje moderno,
procaz y obsoleto.
Estampida,
de emociones reprimidas
en reflexión rara, fugaz y subrepticia,
Noticias encadenadas
a un holgado blog de calendario
de años por venir, aun no vividos,
en la prisa fugaz de vivirlos,
con el potente motor deportivo apagado,
rodando sin freno en la bajada.
Lejano, en que las indias fieras
construyeron en equipo
los estrechos y perdidos senderos
trochados de selva lacandona,
señalando con el dedo de luna tierna
rumbo directo al horizonte,
el camino para que al morir
supieran el sitio de la querencia..
Arriba, abajo,
la estrella en el rubio cairel
de cabellera de la nube,
está el sol perpendicular tensado
en verde alfombra de limpia mañanada.
Míralo bien,
es tiempo nuevo;
es tiempo de la vida,
es tiempo que te espera,
no se desgaja como
torrente
en vertical caída.
El tiempo es tuyo,
el tiempo es hoy,
el tiempo es
tiempo de tu tiempo,
semilla de tu rosa
en flor abierta,
mañana será
otra cosa.
fin.
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Poema publicado el 28 de Enero de 2010
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS A 12 DE ENERO DEL 2010-01-12
LA PLEGARIA.
ROBERTO REYES CORTES
5º.Reyes.
Señor yo no quiero como en el norte
hablar inglés,
nada de vivir en Nueva York o platicar con Obama,
yo no quiero vagar en las Vegas, Texas o Alabama
tan solo si te puedo pedir algo,
te pido por esta vez:
Que los bravos tumbos tempestuosos
de la mar,
sean tumbas mejores más tranquilas
en la tierra,
que se olviden los gritos hilarantes de la guerra,
las señales de misterios
oscuros que me aterran.
Que la esperanza del hombre
se renueve cada día
en estelas de alegría
como brotan las raíces
en mi sombra umbría
Como nacen rosas rojas al cavar
los pobres suelos calcinados
de relojes rotos sin andar
y soñar como sueñan los sueños
de los niños al soñar.
Tan solo para entonces,
volverá la primavera,
jóvenes del mundo
cantaran rimas por doquiera
canciones de estos tiempos de felicidad cimera,
y mil versos encendidos pescaremos en la mar.
El tiempo no tendrá color de nieves derretidas,
en la carcoma de los surcos
estériles, labrados en la roca,
por el infernal calor intenso
de los árboles quemados,
No escucharemos salmos rituales
en las rojas fumarolas
o desfile de cruces rotas clavadas,
en los cerros depredados.
No más verán las callejuelas
bordeando el canto de clarines,
de legiones guerreras caminando de prisa,
sin avanzar un paso,
abarrotando cadáveres
colgados de los miembros,
en árboles de encinos verdes,
que se arrodillan, viendo llorar al camino
que se columpia,
a la sombra de los fuertes, torreones
almenados de las viejas catedrales.
Época del clima aturdido
en el estiaje incomprensible
del un verano solar,
que ronda como nauseabundo invento,
de triste romance de silbato
de carrizo de viento,
tocando suave,
canciones de un mundo impredecible.
Viejos afinando el pentagrama
que conjugue en una sola voz,
el graznido de los cuervos de rapiña
y el canto dulce
de la alondra del diluvio,
en concierto estelar de la semana.
Lo prefiero a un locutorio infernal
en que resuenan a la vez
mil teléfonos celulares, absurdos,
en una ampulosa verborrea
del típico lenguaje moderno,
procaz y obsoleto.
Estampida,
de emociones reprimidas
en reflexión rara, fugaz y subrepticia,
Noticias encadenadas
a un holgado blog de calendario
de años por venir, aun no vividos,
en la prisa fugaz de vivirlos,
con el potente motor deportivo apagado,
rodando sin freno en la bajada.
Lejano, en que las indias fieras
construyeron en equipo
los estrechos y perdidos senderos
trochados de selva lacandona,
señalando con el dedo de luna tierna
rumbo directo al horizonte,
el camino para que al morir
supieran el sitio de la querencia..
Arriba, abajo,
la estrella en el rubio cairel
de cabellera de la nube,
está el sol perpendicular tensado
en verde alfombra de limpia mañanada.
Míralo bien,
es tiempo nuevo;
es tiempo de la vida,
es tiempo que te espera,
no se desgaja como
torrente
en vertical caída.
El tiempo es tuyo,
el tiempo es hoy,
el tiempo es
tiempo de tu tiempo,
semilla de tu rosa
en flor abierta,
mañana será
otra cosa.
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