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La voz. - Poemas de Roberto Reyes Cortés



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Categoría: Poemas de Amor
La voz.
Poema publicado el 17 de Mayo de 2010

ABRIL DEL 2010
ROBERTO REYES CORTES.
5º.REYES.       
rreyescortes@hotmail.com



=========LA VOZ. ============


Donde perdí esa triste voz
que ahora no la encuentro       
indagan en confusa angustia
la soledad y yo a toda hora.

Hace días que quiso marcharse
su esperada ausencia subyuga
sospecho que hoy para siempre
esta perdida voz estará ausente.

Se fue para siempre en la mañana
como prendida lapa en el incierto
barco atiborrado por la amargura
expirando harta de vivir a tiempo.

De improviso sin avisarle a nadie
la voz postinera se ha marchado
al través de una abierta ventana
en espacio oscuro de este mundo.

Deja a quienes la oyeron cantar,
A menudo resonar tantas veces
transitando con el intenso pesar
de vetustas sendas y recuerdos.

Cuando muere esa potente voz
del alma se cierra una ventana
que parte al rumbo de mañana
dejando su ausencia como letra.

Ella viajó hacia ignotas regiones.
A donde iría, de que lugar vino?
silbando alegres notas musicales
breve anduvo todo aquel camino.

Se tornó ola del mar en aquellos
sus quietos esplendidos paisajes,
su partida es una contusión cruel
que nos ha lastimado de repente.

Marchó consigo el siempre grato
sonido musical de aquel encanto,
las liricas canciones que llenaron
de ternura plena todo el universo.

Como suaves panes esos versos
fueron tus preciados, alimentos
y a tus horas enteras convertiste
en un festivo y rítmico concierto.

Donde estará aquella voz efímera
que entonada alegró las veladas
en las tiernas tertulias de noches
a veces muy bellas, apasionadas.

Durante citas que fueron para todos
sin dudarlo, inolvidables encuentros
bajo negras cejas con dos bellos ojos
de mujer profusamente enamorada.

La vida te ha encerrado en una cruel
triste penumbra negra de lo incierto,
te hundió en rincón como el desierto,
partió tu dolido roto corazón abierto,

En aquel medroso mar de la esperanza,
que se funde en los misteriosos himnos
cantandos en el coro de los templos
con sonidos de los ángeles del cielo.

Resaltando  esa vez aquellas rojas venas
sin que nadie de todos así se lo esperara,
un crucial mensaje mandaste a tu boca y
se oyó; no viviré mas para ti ni para nada,
desde hoy por ninguna causa voy a luchar
todo mi ser se encuentra hoy tan cansado.
Iniciaste lento andar al nidal abandonado.

El azul jilguero de la filarmónica orquesta
de selecto jardín de la fonda de la esquina
muere cruzado por la espina de pino seco,
plantado bajo sombra de la florida fronda.

Cayeron débiles despojos a la amada tierra.
Como nube rota lluvias brotaron de los ojos.
Pasó una mañana azul clara como alfombra.

Olvidar no será posible, cuando un pajarillo
enamorado trine, el río lleve límpidas aguas
y el sol de la esperanza nazca en el levante. 





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