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Vivir en el mar - Poemas de Roberto Reyes Cortés



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Categoría: Poemas de Amor
Vivir en el mar
Poema publicado el 10 de Enero de 2010

TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS, DICIEMBRE DEL 2009

VIVIR EN EL MAR.
ROBERTO REYES CORTES.
5º.reyes.


Vamos a vivir juntos al mar, me dijo un día,
a bañar nuestos cuerpos unidos con sus aguas,
yo le dije, prefiero que mi casa sea una cabaña en los altos nací y soy hombre de montaña

Y se fue, se marchó una noche remando entre la luna y me ha dejado solo, triste, perdido entre la bruma,
viviéndo estoy entre rayos y violentas tempestades
y mis dias por venir serán sólo crueles soledades.

En el firmamento abierto entre las nubes miro,velóz a un solitario pájaro revoloteando el nido,
y a un venado espantado que retorna a la majada.

Desde ese día, no tendré más jardines y praderas, solo rocosos yermos senderos cruzando la cañada.

Habíto estrellas que son pájaros frios como muertos,aves rotas que al morir se van envueltas en el cielo en sudarios raídos como coros de voces de los  niños
que se asoman en el calor de los fuegos de cariños.

Aguardo esperando que el tiempo puntual llegue con el heraldo mensajero de edades y de versos, para de mí tengas  piedad y  vuelvas manaña.

Los marineros dicen que del mar la calma
de las noches tranquilas se mira una lancha
vacía remando hacia la costa y que de ella
brotan voces  perdidas, como susurros de alondras, que se desprenden sonoras del fondo de la barca y que un puñado de luciernagas caza.

Regresa mi amor regresa pronto,
vamos a vivir junto al mar, a bañar
nuestros cuerpos con sus aguas,
hoy prefiero vivir en una ola,
ya no quiero vivir en la cabaña
he dejado de ser hombre de montaña.

              fin.



TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS, DICIEMBRE DEL 2009

VIVIR EN EL MAR.
ROBERTO REYES CORTES.
5º.reyes.


Vamos a vivir juntos al mar, me dijo un día,
a bañar nuestos cuerpos unidos con sus aguas,
yo le dije, prefiero que mi casa sea una cabaña
en los altos nací y soy un  hombre de montaña

Y se fue, se marchó una noche remando entre la luna
y me ha dejado solo, triste, perdido entre la bruma,
viviéndo estoy entre rayos y violentas tempestades
y mis dias por venir serán sólo crueles soledades.

En el firmamento abierto entre las nubes miro,
velóz a un solitario pájaro revoloteando el nido,
y a un venado espantado que retorna a la majada.

Desde ese día, no tendré más jardines y praderas,
solo rocosos yermos senderos cruzando la cañada.

Habíto estrellas que son pájaros frios como muertos,
aves rotas que al morir se van envueltas en el cielo
en sudarios raídos como coros de voces de los  niños
que se asoman en el calor de los fuegos de cariños.

Aguardo esperando que el tiempo puntual llegue
con el heraldo mensajero de edades y de versos.
para de mí tengas  piedad y  vuelvas manaña.

Los marineros dicen que del mar la calma
de las noches tranquilas se mira una lancha
vacía remando hacia la costa y que de ella
brotan voces  perdidas, como susurros de alondras,
que se desprenden sonoras del fondo de la barca
y que un puñado de luciernagas caza.

Regresa mi amor regresa pronto,
vamos a vivir junto al mar, a bañar
nuestros cuerpos con sus aguas,
hoy prefiero vivir en una ola,
ya no quiero vivir en la cabaña
he dejado de ser hombre de montaña.

.                      fin.






TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS, DICIEMBRE DEL 2009

VIVIR EN EL MAR.
ROBERTO REYES CORTES.
5º.reyes.


Vamos a vivir juntos al mar, me dijo un día,
a bañar nuestos cuerpos unidos con sus aguas,
yo le dije, prefiero que mi casa sea una cabaña
en los altos nací y soy un  hombre de montaña

Y se fue, se marchó una noche remando entre la luna
y me ha dejado solo, triste, perdido entre la bruma,
viviéndo estoy entre rayos y violentas tempestades
y mis dias por venir serán sólo crueles soledades.

En el firmamento abierto entre las nubes miro,
velóz a un solitario pájaro revoloteando el nido,
y a un venado espantado que retorna a la majada.

Desde ese día, no tendré más jardines y praderas,
solo rocosos yermos senderos cruzando la cañada.

Habíto estrellas que son pájaros frios como muertos,
aves rotas que al morir se van envueltas en el cielo
en sudarios raídos como coros de voces de los  niños
que se asoman en el calor de los fuegos de cariños.

Aguardo esperando que el tiempo puntual llegue
con el heraldo mensajero de edades y de versos.
para de mí tengas  piedad y  vuelvas manaña.

Los marineros dicen que del mar la calma
de las noches tranquilas se mira una lancha
vacía remando hacia la costa y que de ella
brotan voces  perdidas, como susurros de alondras,
que se desprenden sonoras del fondo de la barca
y que un puñado de luciernagas caza.

Regresa mi amor regresa pronto,
vamos a vivir junto al mar, a bañar
nuestros cuerpos con sus aguas,
hoy prefiero vivir en una ola,
ya no quiero vivir en la cabaña
he dejado de ser hombre de montaña.

.                      fin.


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