Faltabas tú
Poema publicado el 22 de Julio de 2010
Faltaban el calor de tu aliento
y el valor de aquella mirada,
el éxtasis de tus besos
y el regreso de tu pasión desmesurada,
un corazón que latiera
entre las penas sin nombre,
el remitente en el sobre
y la mentira del que me engaña.
Faltaban el sol en mis clarinadas
y el motivo de mis conceptos,
la esperanza azul que me guiara sorteando temores y desaciertos,
la arena de mis desiertos
y el agua en aquel vaso quebrado,
y el único que pudo ser invitado
a mi graduación entre los seres perfectos.
Faltaban los aplausos de la indiferencia
y la certeza del que dudara,
las poesías de un bardo
y hasta el árbol que nos resguardara,
pensar en Dios y en el diablo,
en el paraíso y en el infierno,
faltaban hasta los medios,
que justificaran el fin del que comenzara.
Faltaban los días y las horas,
en una vida que nadie supo como vivirla
el pedido de aquel cliente insatisfecho
y el pecho de una profunda herida,
hasta un pedazo de amor,
en el dolor que sintió aquella persona,
la luz entre las sombras
y las dudas de una incierta alegría.
Faltaban las estrellas en el firmamento
y el filo cortante de mi navaja,
una lágrima que me mojara los ojos
y un antojo que desnudara mi alma,
el silencio y hasta los gritos,
entre mis labios descalzos,
porque faltabas tú entre mis brazos,
al despertarme en esta mañana.
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Poema publicado el 22 de Julio de 2010
Faltaban el calor de tu aliento
y el valor de aquella mirada,
el éxtasis de tus besos
y el regreso de tu pasión desmesurada,
un corazón que latiera
entre las penas sin nombre,
el remitente en el sobre
y la mentira del que me engaña.
Faltaban el sol en mis clarinadas
y el motivo de mis conceptos,
la esperanza azul que me guiara sorteando temores y desaciertos,
la arena de mis desiertos
y el agua en aquel vaso quebrado,
y el único que pudo ser invitado
a mi graduación entre los seres perfectos.
Faltaban los aplausos de la indiferencia
y la certeza del que dudara,
las poesías de un bardo
y hasta el árbol que nos resguardara,
pensar en Dios y en el diablo,
en el paraíso y en el infierno,
faltaban hasta los medios,
que justificaran el fin del que comenzara.
Faltaban los días y las horas,
en una vida que nadie supo como vivirla
el pedido de aquel cliente insatisfecho
y el pecho de una profunda herida,
hasta un pedazo de amor,
en el dolor que sintió aquella persona,
la luz entre las sombras
y las dudas de una incierta alegría.
Faltaban las estrellas en el firmamento
y el filo cortante de mi navaja,
una lágrima que me mojara los ojos
y un antojo que desnudara mi alma,
el silencio y hasta los gritos,
entre mis labios descalzos,
porque faltabas tú entre mis brazos,
al despertarme en esta mañana.
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