Cuando te fuiste
Poema publicado el 07 de Marzo de 2009
Cuando te fuiste inesperadamente, dejando todo atrás.
Ni siquiera pude divisar la estela turbulenta del avión.
Ni siquiera fui a despedirte, presentí que no lo soportaría.
Cuando te fuiste, fue el peor día de mi vida, o al menos así creí.
Ahora después de tanto tiempo sé
Que aquel día no fue el peor, sino uno de los mejores,
Uno de los más fáciles.
Lo que vino después, no tuvo comparación.
Solo me dejaste un inmenso vacío que no he logrado llenar.
Aunque ni siquiera lo he intentado.
No sé cuando convertí la realidad, en un inmenso delirio.
A partir de ese momento para poder sobrevivir.
Tuve que cambiar hasta las estaciones.
Colocar primaveras en lugar de inviernos.
Sustituir veranos por otoños.
Tuve que seguir adelante inmersa en un desorden de emociones.
Enfrentando una batalla campal conmigo misma.
En el justo momento en que supe que no estabas.
Todo se volvió más difícil.
Descubrí que el hecho no es quedarse solo, sino el saber lidiar con esa
soledad que queda cuando llegas a casa.
Donde habitan tantos y tantos recuerdos.
Donde conviven peleas y escenas felices.
Donde existen sombras y fantasmas.
Ahí cuando crees que todo acabó.
Es cuando percibes que solo has llegado al punto de partida.
Para volver a empezar.
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Poema publicado el 07 de Marzo de 2009
Cuando te fuiste inesperadamente, dejando todo atrás.
Ni siquiera pude divisar la estela turbulenta del avión.
Ni siquiera fui a despedirte, presentí que no lo soportaría.
Cuando te fuiste, fue el peor día de mi vida, o al menos así creí.
Ahora después de tanto tiempo sé
Que aquel día no fue el peor, sino uno de los mejores,
Uno de los más fáciles.
Lo que vino después, no tuvo comparación.
Solo me dejaste un inmenso vacío que no he logrado llenar.
Aunque ni siquiera lo he intentado.
No sé cuando convertí la realidad, en un inmenso delirio.
A partir de ese momento para poder sobrevivir.
Tuve que cambiar hasta las estaciones.
Colocar primaveras en lugar de inviernos.
Sustituir veranos por otoños.
Tuve que seguir adelante inmersa en un desorden de emociones.
Enfrentando una batalla campal conmigo misma.
En el justo momento en que supe que no estabas.
Todo se volvió más difícil.
Descubrí que el hecho no es quedarse solo, sino el saber lidiar con esa
soledad que queda cuando llegas a casa.
Donde habitan tantos y tantos recuerdos.
Donde conviven peleas y escenas felices.
Donde existen sombras y fantasmas.
Ahí cuando crees que todo acabó.
Es cuando percibes que solo has llegado al punto de partida.
Para volver a empezar.
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