Sepan todos ustedes.
Poema publicado el 10 de Abril de 2012
Sepan todos ustedes
que soy un poeta enfermo,
y desnacionalizado,
y descatalogado,
y deseditorializado,
y desterrado,
y deshauciado,
y desacreditado,
y desgeneracionalizado.
El otro día, en plena calle,
una reportera pija,
de una televisión de Valladolid,
paró mis pasos y ahuyentó mi atención
para preguntarme :
-Por favor, señor,
¿como le está afectando a usted esta crisis?
-Total, contesté, y proseguí....
señorita, de siempre yo he desayunado
angulas con salsa de queso "Pata de Mulo",
de Villalón de Campos,
y ahora tengo que conformarme
con muslos y medallones de marisco,
rehogados con crema de puerros de Sahagún de Campos.
-No me lo puedo creer,
vomitó la pija reportera en mis narices.
-Y yo tampoco, le contesté
en menos tiempo que se persigna un cura loco,
joven,
en este puto país, nadie dice la verdad,
y no iba a ser yo la excepción.
Me regaló dos besos sin sustancia,
protocolarios,
que la devolví,
eso sí,
con una sonoridad y una autenticidad
que me caracteriza.
Y de la mano de mis pies,
y la compañía de mi atención descarriada,
emprendo de nuevo la huída,
a ninguna parte.
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Poema publicado el 10 de Abril de 2012
Sepan todos ustedes
que soy un poeta enfermo,
y desnacionalizado,
y descatalogado,
y deseditorializado,
y desterrado,
y deshauciado,
y desacreditado,
y desgeneracionalizado.
El otro día, en plena calle,
una reportera pija,
de una televisión de Valladolid,
paró mis pasos y ahuyentó mi atención
para preguntarme :
-Por favor, señor,
¿como le está afectando a usted esta crisis?
-Total, contesté, y proseguí....
señorita, de siempre yo he desayunado
angulas con salsa de queso "Pata de Mulo",
de Villalón de Campos,
y ahora tengo que conformarme
con muslos y medallones de marisco,
rehogados con crema de puerros de Sahagún de Campos.
-No me lo puedo creer,
vomitó la pija reportera en mis narices.
-Y yo tampoco, le contesté
en menos tiempo que se persigna un cura loco,
joven,
en este puto país, nadie dice la verdad,
y no iba a ser yo la excepción.
Me regaló dos besos sin sustancia,
protocolarios,
que la devolví,
eso sí,
con una sonoridad y una autenticidad
que me caracteriza.
Y de la mano de mis pies,
y la compañía de mi atención descarriada,
emprendo de nuevo la huída,
a ninguna parte.
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