El palacio salvo y el conde zeppelin
Poema publicado el 25 de Diciembre de 2016
Un 1o de julio de 1934 en Montevideo
Sopla un aire melancólico
las calles del Centro están vacías.
Los acordes de un bandoneón
se cuelan por tus pasillos
un tango amargo se escucha
en la porfiada negrura de la noche.
Querido Palacio Salvo
en páginas color sepia
desgastadas por el tiempo
aún se te puede admirar.
La migración de la memoria
resistente a los olvidos
alberga voluminosas historias
en las que fuiste primer actor
de clase internacional.
Como la del famoso Conde alemán
que te hizo el inmenso honor
de sobre volarte y bordearte.
Me refiero al Zeppelín
el dirigible alemán
que en junio del 34
con su volar bien raudo
no hizo más que asombrar
a miles de montevideanos.
Noche de frío
en el sur
y cielo bien despejado
se generó gran expectación
estaba la muchedumbre
esperando a "ese gigante plateado"
que por ahí algunos decían:
"tenía forma de habano".
Del mirador "Belvedere"
se le pudo divisar
mañana soleada ya
mostraba su enormidad
el legendario alemán
que como buen caballero
bien te supo saludar.
Por la Plaza Independencia
se pasó a retirar
el elíptico navío aéreo
se perdió en cielo Oriental.
Recuerdos que no se apagan
y que siempre vivirán
el saludo respetuoso
entre aquél Conde alemán
y nuestro Palacio Salvo
un icono nacional.
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Poema publicado el 25 de Diciembre de 2016
Un 1o de julio de 1934 en Montevideo
Sopla un aire melancólico
las calles del Centro están vacías.
Los acordes de un bandoneón
se cuelan por tus pasillos
un tango amargo se escucha
en la porfiada negrura de la noche.
Querido Palacio Salvo
en páginas color sepia
desgastadas por el tiempo
aún se te puede admirar.
La migración de la memoria
resistente a los olvidos
alberga voluminosas historias
en las que fuiste primer actor
de clase internacional.
Como la del famoso Conde alemán
que te hizo el inmenso honor
de sobre volarte y bordearte.
Me refiero al Zeppelín
el dirigible alemán
que en junio del 34
con su volar bien raudo
no hizo más que asombrar
a miles de montevideanos.
Noche de frío
en el sur
y cielo bien despejado
se generó gran expectación
estaba la muchedumbre
esperando a "ese gigante plateado"
que por ahí algunos decían:
"tenía forma de habano".
Del mirador "Belvedere"
se le pudo divisar
mañana soleada ya
mostraba su enormidad
el legendario alemán
que como buen caballero
bien te supo saludar.
Por la Plaza Independencia
se pasó a retirar
el elíptico navío aéreo
se perdió en cielo Oriental.
Recuerdos que no se apagan
y que siempre vivirán
el saludo respetuoso
entre aquél Conde alemán
y nuestro Palacio Salvo
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