5 votos
1 visitas/día
3765 dias online

A jaraicejo, mi pueblo - Poemas de Wenceslao Mohedas Ramos



Poemas » wenceslao mohedas ramos » a jaraicejo mi pueblo




A jaraicejo, mi pueblo
Poema publicado el 06 de Noviembre de 2013

Jaraicejo, pueblo mío,
solar de mi nacimiento
y mi vital manantío;
aunque me arrancó un mal viento
de ti, no sentí desvío
por ser hijo al cien por ciento.

En mi errante trayectoria,
siempre tu nombre es mi emblema
de forma firme y notoria;
te escribí tanto poema
porque vas en mi memoria
y eres mi dilecto tema.

Siempre salí en tu defensa
contra el crítico cretino,
propenso a la infame ofensa,
sin un interés mezquino
por cosechar recompensa,
sino por cumplir mi sino.

Con pluma en ristre en mi diestra,
en tiempo muerto en verano,
de mi amor yo te doy muestra:
letra a letra, grano a grano,
cultivo cosecha extra
de versos en mi secano.

Y al granero de tu fama
contribuyo con mi trigo,
nada a cambio te reclama
mi corazón que es tu amigo,
y, en vez de laurel, retama,
le das por premio un castigo.

Siempre  llevé a flor de labios
tu nombre noble y señero
y me pagas con agravios
mi labor de pregonero
y ya siento hasta resabios
de ser en ti un forastero…

Nunca te pasé factura
por tanto esfuerzo y largueza
en cultivar tu cultura
y tú, a cambio, en tu innobleza,
desprecias con tu postura
los frutos de mi cabeza.


Tu trato injusto, indolente
hacia un hijo en ti nacido
no es digno, noble, decente…;
no hay amor correspondido:
yo te tengo siempre en mente
y tú  a mí, siempre en olvido.

Con talante de padrastro,
tratas al hijo emigrante
con deshonores de hijastro
y tu continuo desplante
le deja en su rostro un rastro
de una tristeza inquietante.

Ni el más humilde homenaje
a tantos que alzaron vuelo
y pagan doble peaje:
por sus suelas en un suelo
que les cobra el hospedaje
y a ti por cuna y consuelo.

Tengo fundada sospecha
de una campaña sañuda
de cuadrilla mentiestrecha
y, en ti , cosecho cizaña,
pero copiosa cosecha
en otras tierras de España.

Porque esa gente se empeña,
por alma turbia y mezquina
y cabeza berroqueña,
en tumbar hermosa encina
y hacer ascuas de su leña
para arrimar su sardina.

¡No importa! Yo a tu  servicio
pondré pensamiento y pluma
en mi lírico ejercicio
hasta que, al fin, se consuma
de vida el postrer resquicio
y , en sombre eterna, me suma.

Jaraicejo, qué importuna
conducta con tu poeta
por tu táctica zorruna
y tu hipócrita careta…
¡Si fuiste mi grata cuna,
no quieras ser mi cuneta!


¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.




 Compartir
Redes sociales
Facebook Twitter Google Bookmark MySpace Fresqui Meneame