Roca querida
Poema publicado el 05 de Diciembre de 2010
Oh materia inerte.
Cuanto me duele verte así
Tirada junto al camino.
Sin fe, sin amor, sin guarida.
Pero cuanto te envidio roca querida.
Más tú no sabe quizás cuanto sufro
Aun cuando mis pies sin querer pisan tu rostro
Sin haber cometido delito alguno.
Más aun te envidio roca querida.
Cuando te veo tirada junto al camino
Viendo caer sobre ti, la lluvia fría
Y no hay ley alguna que defienda tus derechos.
Es mas, quizás no tengas derechos siquiera.
Pero parece que fue muy grande tu pecado,
Y aun más dura la mano,
Del juez que te ha sentenciado,
A pagar tan dura condena.
Se que si tuvieras la oportunidad
De formar parte de la vida,
Sin temor a equivocarme
Apuesto a que quisieras,
Excepto,
Si te contara algo sobre ella.
Imagínate que un hombre
Sin pensarlo dos veces,
Acecinara a tus padres y hermanos
Frente a tus propios ojos,
Y tú sin poder hacer nada al respecto;
Y que luego te preguntara
¿Tú me amas?
De seguro dirías que no.
Pero peor aún,
Si luego de acecinarlos
Te introdujera a ti, atado, en un foso de leones,
Teniendo prisionero a los mismos,
Y que tu única salvación fuese decir que si,
Cuando el te pregunte
¿Tú me amas?
O que de lo contrario liberara a los felinos
Dando lugar a que estos sin piedad alguna,
Devoren tu cuerpo hasta no dejar tan solo una célula.
De seguro dirías que si,
Aunque en tu corazón dijeras todo lo contrario.
Eso es lo que vivo yo,
Y no solo yo,
Sino todos los que por desgracia
Vivimos concientemente.
Aunque me imagino que desearías entonces,
Seguir viviendo en tu estado de insensibilidad,
Y es por eso que ahora digo y pienso,
Que el juez que te sentencio
A vivir esa condena,
No pudo darte
Una recompensa más buena,
Que la de vivir la vida
Inconcientemente.
Porque aunque no amas,
No ríes,
No sientes.
Hay algo que supera todo esto,
Y que solamente tú lo tienes,
“tu no sufres”
Todo lo contrario
A los que si reímos,
Porque sea quien sea
El responsable de dicha sonrisa y alegría,
Ignora por completo
Que una simple sonrisa
No es suficiente,
Para calmar la sed
De fe, esperanza y justicia
Que de una u otra forma
Abaten hoy nuestras vidas.
Y es por eso
Que te recomiendo,
Como tu mejor amigo
Y fiel admirador,
Que jamás desees dejar tu estado de inercia,
Para formar parte
De la condena de vivir.
Por lo tanto
Jamás desees dejar tu guarida,
Pues aunque pases todos los inviernos
Bajo el frío de las colinas,
Cuanto, pero cuanto te envidio
¡Roca querida!
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 05 de Diciembre de 2010
Oh materia inerte.
Cuanto me duele verte así
Tirada junto al camino.
Sin fe, sin amor, sin guarida.
Pero cuanto te envidio roca querida.
Más tú no sabe quizás cuanto sufro
Aun cuando mis pies sin querer pisan tu rostro
Sin haber cometido delito alguno.
Más aun te envidio roca querida.
Cuando te veo tirada junto al camino
Viendo caer sobre ti, la lluvia fría
Y no hay ley alguna que defienda tus derechos.
Es mas, quizás no tengas derechos siquiera.
Pero parece que fue muy grande tu pecado,
Y aun más dura la mano,
Del juez que te ha sentenciado,
A pagar tan dura condena.
Se que si tuvieras la oportunidad
De formar parte de la vida,
Sin temor a equivocarme
Apuesto a que quisieras,
Excepto,
Si te contara algo sobre ella.
Imagínate que un hombre
Sin pensarlo dos veces,
Acecinara a tus padres y hermanos
Frente a tus propios ojos,
Y tú sin poder hacer nada al respecto;
Y que luego te preguntara
¿Tú me amas?
De seguro dirías que no.
Pero peor aún,
Si luego de acecinarlos
Te introdujera a ti, atado, en un foso de leones,
Teniendo prisionero a los mismos,
Y que tu única salvación fuese decir que si,
Cuando el te pregunte
¿Tú me amas?
O que de lo contrario liberara a los felinos
Dando lugar a que estos sin piedad alguna,
Devoren tu cuerpo hasta no dejar tan solo una célula.
De seguro dirías que si,
Aunque en tu corazón dijeras todo lo contrario.
Eso es lo que vivo yo,
Y no solo yo,
Sino todos los que por desgracia
Vivimos concientemente.
Aunque me imagino que desearías entonces,
Seguir viviendo en tu estado de insensibilidad,
Y es por eso que ahora digo y pienso,
Que el juez que te sentencio
A vivir esa condena,
No pudo darte
Una recompensa más buena,
Que la de vivir la vida
Inconcientemente.
Porque aunque no amas,
No ríes,
No sientes.
Hay algo que supera todo esto,
Y que solamente tú lo tienes,
“tu no sufres”
Todo lo contrario
A los que si reímos,
Porque sea quien sea
El responsable de dicha sonrisa y alegría,
Ignora por completo
Que una simple sonrisa
No es suficiente,
Para calmar la sed
De fe, esperanza y justicia
Que de una u otra forma
Abaten hoy nuestras vidas.
Y es por eso
Que te recomiendo,
Como tu mejor amigo
Y fiel admirador,
Que jamás desees dejar tu estado de inercia,
Para formar parte
De la condena de vivir.
Por lo tanto
Jamás desees dejar tu guarida,
Pues aunque pases todos los inviernos
Bajo el frío de las colinas,
Cuanto, pero cuanto te envidio
¡Roca querida!
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
