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Poema publicado el 10 de Abril de 2014
Me he perdido en los años y en el
cansancio de una rutina. Me he escondido
en un quebranto y en obstáculos de la sociedad;
en circunstancias que parecieran ser castigo y
en un miedo al que dirán.
Me he perdido de buscar lo que yo quiero,
de dejar al mundo hacer de mi un ser más;
sin metas, sin anhelos, me he ido lejos,
donde ya no alcanzo a verme, y apenas
me recuerdo de quien fui.
Cómo he llegado a ser insípida e incolora!
Cómo se me fue el sabor de la vida tras
Un conformismo de mediocridad!.. cómo quien
Ya no valora encontrar su norte, y prefiere
Esconderse lejos, para estar a solas con su soledad.
Me ata una crítica y el miedo de no saberla manejar.
Me detiene un pensamiento, que aunque es ilógico,
tal vez ni cierto, me deja muchas veces sin aliento,
Y el desánimo y el tiempo se esfuerzan en decirme,
que ya nunca volveré a volar.
Lo tengo todo! Y no tengo nada…
La vida, el amor, y lo más grande de todo,
un Dios que sé que me ama, que no quiere
verme así, triste y derrotada; quien no
escatima nada para hacerme feliz, y darle
Todo lo que le pida su niña mimada.
Por qué estoy perdida si yo soy tu hija?
Por qué perdí mi norte si Tú eres mi Dios?
Me parece oírte hacerme la entrevista,
Y no tengo más respuesta que reconocer,
Que en algún momento de mi vida,
Te perdí de vista a Ti, mi Dios.
Quiero ser de nuevo tu hija amada!..
Llena de motivos e inspiración. Quiero
volver a ser aquella mujer arriesgada, sin
miedo a la vida o al dolor; a quien Tú
llevas de la mano a un norte seguro,
Donde pueda volverse a saciar mi corazón.
Te quiero encontrar de vuelta, y no sé cómo.
Por favor silva de nuevo en mi alma una canción.
Hazme seguir tus pasos día a día, hasta llegar
de nuevo a tu regazo, para volver a ser lo que
Tú quieres, y nunca más perderme de tu abrazo.
Déjame encontrarte!... Mi brújula rota pongo
en tus manos. Se Tu mi norte. Se Tu mi amigo;
No me dejes ser otro cualquier ser humano
que lleva a la deriva el destino.
Déjame abrazarte. Hazme fuerte, noble, recta.
Déjame servir y así llegar a ser feliz al encontrarte,
para vivir eternamente y para siempre contigo,
cumpliendo Tu propósito divino.
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Poema publicado el 10 de Abril de 2014
Me he perdido en los años y en el
cansancio de una rutina. Me he escondido
en un quebranto y en obstáculos de la sociedad;
en circunstancias que parecieran ser castigo y
en un miedo al que dirán.
Me he perdido de buscar lo que yo quiero,
de dejar al mundo hacer de mi un ser más;
sin metas, sin anhelos, me he ido lejos,
donde ya no alcanzo a verme, y apenas
me recuerdo de quien fui.
Cómo he llegado a ser insípida e incolora!
Cómo se me fue el sabor de la vida tras
Un conformismo de mediocridad!.. cómo quien
Ya no valora encontrar su norte, y prefiere
Esconderse lejos, para estar a solas con su soledad.
Me ata una crítica y el miedo de no saberla manejar.
Me detiene un pensamiento, que aunque es ilógico,
tal vez ni cierto, me deja muchas veces sin aliento,
Y el desánimo y el tiempo se esfuerzan en decirme,
que ya nunca volveré a volar.
Lo tengo todo! Y no tengo nada…
La vida, el amor, y lo más grande de todo,
un Dios que sé que me ama, que no quiere
verme así, triste y derrotada; quien no
escatima nada para hacerme feliz, y darle
Todo lo que le pida su niña mimada.
Por qué estoy perdida si yo soy tu hija?
Por qué perdí mi norte si Tú eres mi Dios?
Me parece oírte hacerme la entrevista,
Y no tengo más respuesta que reconocer,
Que en algún momento de mi vida,
Te perdí de vista a Ti, mi Dios.
Quiero ser de nuevo tu hija amada!..
Llena de motivos e inspiración. Quiero
volver a ser aquella mujer arriesgada, sin
miedo a la vida o al dolor; a quien Tú
llevas de la mano a un norte seguro,
Donde pueda volverse a saciar mi corazón.
Te quiero encontrar de vuelta, y no sé cómo.
Por favor silva de nuevo en mi alma una canción.
Hazme seguir tus pasos día a día, hasta llegar
de nuevo a tu regazo, para volver a ser lo que
Tú quieres, y nunca más perderme de tu abrazo.
Déjame encontrarte!... Mi brújula rota pongo
en tus manos. Se Tu mi norte. Se Tu mi amigo;
No me dejes ser otro cualquier ser humano
que lleva a la deriva el destino.
Déjame abrazarte. Hazme fuerte, noble, recta.
Déjame servir y así llegar a ser feliz al encontrarte,
para vivir eternamente y para siempre contigo,
cumpliendo Tu propósito divino.
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