Tiene mi pueblo...
Poema publicado el 01 de Agosto de 2024
Tiene mi pueblo…
elegancia y poderío
montaña, rio,
valle y llanura,
esencia de alma pura.
Y por quedarle
aún le queda
a mi pueblo,
entre los olivos,
el gemido lastimero
de moros cautivos.
Remembranzas
de bravos cristianos
labrando un destino,
uniendo sus manos,
creando una esencia,
forjando un linaje.
Tiene mi pueblo nombre
nombre de mujer bonita,
aquí descubrió el hombre,
manantiales de agua bendita
Tiene mi pueblo…
la fragancia de azahar,
el color del naranjo;
el trabajo a jornal…
Y por tener, hasta tiene,
callejuelas estrechas
de casas apiñadas,
y un erguido campanario
con un incansable reloj
de sutil cadencia
que, cada hora,
en punto y a diario,
deja notar su presencia.
Tiene mi pueblo…
un monumental lavadero,
un palacio que embelesa,
y un tiempo que corre despacio
para dos niños de piedra
que coronan la fuente
de la Alameda.
Escucha el rumor de sus aguas,
en su abundancia creando,
cascadas de blanca espuma,
que, con digno orgullo,
van, sigilosas, preñando,
de belleza a su paisaje.
Tiene mi pueblo…
un hermoso lago
tranquilo, a veces,
bullicioso a ratos,
con peces; con patos.
Y esos ariscos gatos
de mi vecina,
que se tumban
en la esquina,
pacientes…
tomando el sol.
Ven, observa, indaga
y descubre sus rincones,
porque solo así se sienten
lo que son las emociones.
Tiene mi pueblo…
el delicioso olor
a pebrella y romero
a paella y puchero;
a soleados patios
de geranio y jazmín,
a pan recién cocido;
serenidad de niño
recién dormido.
Tiene mi pueblo nombre,
nombre de mujer bonita,
aquí descubrió el hombre
manantiales de agua bendita.
© Rafa Rodrigo 2006/2019
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Poema publicado el 01 de Agosto de 2024
Tiene mi pueblo…
elegancia y poderío
montaña, rio,
valle y llanura,
esencia de alma pura.
Y por quedarle
aún le queda
a mi pueblo,
entre los olivos,
el gemido lastimero
de moros cautivos.
Remembranzas
de bravos cristianos
labrando un destino,
uniendo sus manos,
creando una esencia,
forjando un linaje.
Tiene mi pueblo nombre
nombre de mujer bonita,
aquí descubrió el hombre,
manantiales de agua bendita
Tiene mi pueblo…
la fragancia de azahar,
el color del naranjo;
el trabajo a jornal…
Y por tener, hasta tiene,
callejuelas estrechas
de casas apiñadas,
y un erguido campanario
con un incansable reloj
de sutil cadencia
que, cada hora,
en punto y a diario,
deja notar su presencia.
Tiene mi pueblo…
un monumental lavadero,
un palacio que embelesa,
y un tiempo que corre despacio
para dos niños de piedra
que coronan la fuente
de la Alameda.
Escucha el rumor de sus aguas,
en su abundancia creando,
cascadas de blanca espuma,
que, con digno orgullo,
van, sigilosas, preñando,
de belleza a su paisaje.
Tiene mi pueblo…
un hermoso lago
tranquilo, a veces,
bullicioso a ratos,
con peces; con patos.
Y esos ariscos gatos
de mi vecina,
que se tumban
en la esquina,
pacientes…
tomando el sol.
Ven, observa, indaga
y descubre sus rincones,
porque solo así se sienten
lo que son las emociones.
Tiene mi pueblo…
el delicioso olor
a pebrella y romero
a paella y puchero;
a soleados patios
de geranio y jazmín,
a pan recién cocido;
serenidad de niño
recién dormido.
Tiene mi pueblo nombre,
nombre de mujer bonita,
aquí descubrió el hombre
manantiales de agua bendita.
© Rafa Rodrigo 2006/2019
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