Sabiduría y el pozo
Poema publicado el 04 de Enero de 2020
SABIDURÍA Y EL POZO.
Sucedió que en cierto día,
paseaba Sabiduría,
y con sed acudió al Pozo,
quien de saber ambicioso,
hacer trueque le propuso:
"Agua limpia te he de dar,
si me dejas reflejar
tu bondad y tu belleza;
tu verdad y tu nobleza"
"Acepto lo que has pedido
- contestó Sabiduría -
Pero hay una condición:
calma ya tu corazón;
con tus aguas agitadas,
por heridas no sanadas,
es imposible el reflejo,
tú no puedes ser mi espejo"
"Tú serás mi sanación,
tu verso es suave canción,
- suplicó lloroso el Pozo -
contigo tendré el reposo"
Silencio y canción de amor,
pusieron fin al dolor.
La Paz llegó en aquel día
en que al fin Sabiduría,
reflejose en el buen Pozo,
que ahora lleno está de gozo.
Las almas en pena.
Si no has experimentado,
seguro te habrán contado;
que penando vaga el alma,
asustando va el fantasma.
Misterio grande este asunto.
¿Qué pasa al pobre difunto,
que sufre la cruel condena
de vagar como alma en pena?
¿No quiere aceptar su muerte?
¿Tuvo una existencia inerte?
Tal vez quedó a lamentar
que en vida no supo amar.
¿Justicia o deuda pendiente
tendrá en vilo al penitente?
O todo no está cumplido,
o le espanta el cruel olvido.
Dejemos estos misterios
de muertos y cementerios.
Más terrible es ser suicida,
ser alma penando en vida.
©TeodoroDelgadoPalacios.
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Poema publicado el 04 de Enero de 2020
SABIDURÍA Y EL POZO.
Sucedió que en cierto día,
paseaba Sabiduría,
y con sed acudió al Pozo,
quien de saber ambicioso,
hacer trueque le propuso:
"Agua limpia te he de dar,
si me dejas reflejar
tu bondad y tu belleza;
tu verdad y tu nobleza"
"Acepto lo que has pedido
- contestó Sabiduría -
Pero hay una condición:
calma ya tu corazón;
con tus aguas agitadas,
por heridas no sanadas,
es imposible el reflejo,
tú no puedes ser mi espejo"
"Tú serás mi sanación,
tu verso es suave canción,
- suplicó lloroso el Pozo -
contigo tendré el reposo"
Silencio y canción de amor,
pusieron fin al dolor.
La Paz llegó en aquel día
en que al fin Sabiduría,
reflejose en el buen Pozo,
que ahora lleno está de gozo.
Las almas en pena.
Si no has experimentado,
seguro te habrán contado;
que penando vaga el alma,
asustando va el fantasma.
Misterio grande este asunto.
¿Qué pasa al pobre difunto,
que sufre la cruel condena
de vagar como alma en pena?
¿No quiere aceptar su muerte?
¿Tuvo una existencia inerte?
Tal vez quedó a lamentar
que en vida no supo amar.
¿Justicia o deuda pendiente
tendrá en vilo al penitente?
O todo no está cumplido,
o le espanta el cruel olvido.
Dejemos estos misterios
de muertos y cementerios.
Más terrible es ser suicida,
ser alma penando en vida.
©TeodoroDelgadoPalacios.
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