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Cerca del ocaso - Poemas de Georges René Weinstein Velásquez



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Categoría: Poemas de Amor
Cerca del ocaso
Poema publicado el 25 de Febrero de 2011

CERCA DEL OCASO

El mamut, guardián
de sus sueños imposibles,
vaga en la fronda de la tarde,
deshaciendo nostálgico el sendero
y atrasando la hora de partida.

No le tienta un futuro promisorio,
su suerte ha decidido el Holoceno,
y debe comenzar el viaje decisivo
apagando su sed de caminante.

Ya la memoria no le asiste,
sus pisadas ya se aquietan,
y no son sustancia renovable
los recuerdos que le animan.

No es tiempo de pensar nuevas hazañas,
a los campos los abrazan nuevos pastos,
y no es posible transmutar como desea
la caduca sustancia de los genes.

Momentos no le quedan,
su ruta esta trazada,
y el pálido naranja de la tarde
vierte gris en las penumbras.

Es el sendero de una vía,
es inútil retornar con la mirada,
y la clepsidra le señala
total vacuidad en sus arenas.

El paquidermo esta indeciso
y no busca deslizarse por atajos,
escala el penoso acantilado
dándose valor al final de la jornada.

Viaja solo en la hondonada,
el cuerpo cargado de días y de noches,
la mente de dudas y más dudas,
y no hay sosiego en su lento trashumar.

No lo guía un sol entre los riscos,
no hay ayuda esperando en lontananza,
y su lanuda presencia ya ha tomado
el color y el aspecto del amianto.

Es apenas fantasioso transeúnte
sospechando senderos que se cruzan
y viandantes extraviados en la ruta,
que habrán de mitigarle su destino.

En el panteón lleno de huesos,
¡legado de marfil para el humano!,
le rinde homenaje a sus ancestros
y sueña acariciándoles sus formas.

Quedó recogida su historia evolutiva
entre praderas liberadas de pelajes,
y el verde abandonado de existencias
estará invadiéndolo otra especie.


Cerca del ocaso amar la vida
con más intensidad que en otras épocas,
y luchar porque exultante todavía
quede sangre agitándose en el pecho.


Es de sabios presentir el plazo
como elefante que adivina su hora,
¡y si dudamos comenzando el viaje!,
¿estará Ariadna a mitad del laberinto?

Ya no puede retenernos la mañana
llena de sol y de esperanzas plena,
ha llegado la brisa y sus vaivenes,
¡ya no es tiempo de nostalgias ni retorno!

Somos viajeros que se alejan
apenas se nos borra la sonrisa de los labios,
y la de aquellos que sintieron su tibieza,
leves como el viento apacible que susurra.

Pausadas han de ser las huellas,
serena la eterna despedida,
¡y en el rostro lejano de los días
vagarán vaporosos los recuerdos!

De:  CRISTALES DE EXISTENCIA


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