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Flores que sonríe la noche (libro de poesía) - Poemas de Jorge Lemoine Y Bosshardt



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Categoría: Poemas de Amor
Flores que sonríe la noche (libro de poesía)
Poema publicado el 08 de Diciembre de 2010

POEMAS




1.

Amo tus dedos de mimbre que he visto
latir como palomas
y tu silencio sin principio
al que no pude asestar una palabra.
Amaré tus cosas (ya lo sé)
una por una mientras sean,
y amaré tal vez, el quizás odio
con que te nombre a lo mejor mi abandono de mañana.
Te amaré como cumpliendo una lejana
profecía,
te amaré y sabré ese desde siempre
con que se esperan sin saber las
cosas que serían
Amo tus mil quizás con que supongo
tus cosas,
y tu tiempo a la espalda que me duele
porque ahora sé que era una espera
que ignoraba.
Amo tu vida azul que no me has
dicho
la piel de tu voz nunca tocada
y esta duda de todo que te vuelve incierta
Amo tus ojos de luna quemada
y de ombligo y remanso o caracol ausente
Amo el lanzazo o la ternura de tu
dedo que apacigua
tu pelo de tormentas y de olas amansadas.
Y esa dócil entrega en que mis mejores
palabras se hacen tuyas y esta
primera manera de hachar como
un náufrago un muro de silencio.
Amo este rito de mirarte a la distancia
y tu tal vez lateral sospecha de miradas.
Amo el estruendo de silencio
en que te callas
y esta aún lejanía que te acerca y te
hace sueño.




2.

A veces te pienso
dormida
(porque siempre te pienso cosas fáciles)
en una playa cualquiera
lacia como un pájaro
tu boca de gaviota como un puerto vacío
y yo llego
(en los sueños hago lo que quiero)
pienso que tus ojos cerrados se parecen
a redondas flores de silencio
y te los beso
o busco no sé qué polen
en mi ciega sed de zángano
y no te despiertas
y juego entonces
como enjuagándome las manos del mundo
en tu pelo ronco de arena
y te miro la boca
como una gaviota frutal
tu boca lacia en la mansedumbre del
silencio.
Cuando hayas leído esto
sabrás que ni siquiera en sueños
bajo a beberte la sonrisa.




3.

Para tus uñas como olas detenidas
para tus párpados de sepulcro y uva rota
para tus rincones que no descifra el sueño
para tus encías de sandía y tu seno
de miga
para tus dedos de caña y de guitarra
para tu silencio después de tu palabra,
para todas tus maneras que yo ignoro
para las cosas más simples con que eres
para tu olor madurado y tu ensimis-
mamiento
para ellos tengo un sueño, una
palabra y una costumbre que no
empieza




4.

Arrasaré tus territorios de silencio
con teas de alaridos
y amansaré tu hermetismo huraño y temeroso
como inventando contigo algún lenguaje
primero
y esperaré sentado ante tu tierra
como un labriego
Lavaré de sombras tus recodos
y responderé con tu verdad mi incertidumbre,
y ahuyentaré el pájaro de miedo que te
habita para que, niña, llores o
retoces instintiva
Acurrucaré una palabra tierna en tus
zaguanes
enjuagaré una mano en tu pelo
silente
Amamantaré tu silencio que yo mismo
clausuré, y callaré con él,
porque habré arrostrado tu manera y arredrado
tu hermetismo,
y todo será mi país,
como una isla conquistada.
Al pie de tu sangre vertida,
erigiré los momentos de principios,
y ante mi sudor llorado,
blandiré mi tesón que será fervor y devoción
mañana.
Aprenderé a Dios en ti que lo descubres en mis
cosas,
y seremos mutuamente tú,
en un nosotros completado.
Luego diremos el amor y el tiempo,
clavaremos estacas
y las proas desenterrarán las oquedades del
hambre,
gritaremos en las bocas de las catacumbas
y anticiparemos historias.
Tildaremos planisferios,
el beso sedentario aprenderá la ruta
del salvaje y místico calvario
El viento o río blanco se enredará
en las cúpulas de ventisqueros.
Se enrollará como una bandera de la
espera o un primer heraldo del otoño claudicado
correrá un barco de víspera
por la sonora vena,
y la vigilia tendrá un rostro imaginario contra un
puerto.




5.

A veces un viento de soledad me pasa
entre las manos.
y recoge de mis oquedades
esa larga espera y sueño
de aunque sea hacer buches
con las hebras de la brisa.
Es una manera de vejez.
Todo ha quedado
y el polvo
tiene en las cosas olvidadas
la extensión del más acá
después de una última vez.
¡Si las últimas veces se supieran
de verdad
dimitiendo sueños
y cerrando eternamente ventanas
de vigilia!...
Pero es una como todas,
con una espera infinita
que no espera.
Ya nada llegará.
El viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
, árboles mutilados
con rictus dolorosos y de asombro
en las ramas detenidas.
El mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen
fantasía
los barcos secos
—que nunca echaron anclas
de renuncia y paz
pero que no auscultarán ya el
pulso de las olas—
los barcos muertos,
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y
delirio
que ya no podrán acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben
amar todavía.




6.

El acoso de mi imagen
te propaga en los
lugares infinitos que te ahuecan
hacia el sueño
un murciélago de sombra
te descifra los suburbios del
miedo.
Donde el paso fatigado claudica
la persecución del infinito
comienza la duda de tus márgenes
y más allá el eco te responde
como un pájaro de diluvios
que averigua tus orillas.

En tus recintos con palomas resumidas
el grito va a buscar sus alas en el
eco
recoge las viejas alas y canta.
Eres sonora de silencio como un templo
y en ti hace casa y puerto mi
palabra.
Un día apoyaré el fuego en la leña
de tus manos.
y la sangre que se alarga y medra
en tus laberintos
tiritará con palomas de campana

De tus dedos de caña humeará
el olor del pasto
como un incienso bueno
y el pelo silvestre
tendrá nudos de agua

Los caracoles de tu oreja
tragarán tormentas
porque desde ellos
tocarás mi alma.
Seremos poco a poco
entre los dos nosotros

y dejaremos el rastro de las veces
que nos morderá la espalda.
Hasta que un día un hijo
de miedo te ensanche el
pensamiento,
y yo apague

(para culminar un
rito)
un dogma de fogata,
y me arranque
el pasado de la
espalda,
y te deje con cenizas en
las manos.
y campanas sin domingos
en las venas.




7.

Desmantelo tus altares
estatua por estatua.
vez por vez

vuelvo un solo antes arbitrario
la historia renegada
Y dejo tu imagen
como sólo un hueco
donde pensar un rostro
nuevo
Pero la noche
recupera
tu rostro de exilio
que merodea
en mi recuerdo sin destierro




8.

Antes de morderte el pelo con las
manos,
lavaré un pájaro de miedo
entre tus dedos.
y acostumbraré
mi silencio a tu silencio
para que baste tu paz
para mi enmimismamiento




9.

Cuando seas apóstata del mundo y yo sea la verdad
cuando desde el pie del alma yo te crezca como un himno
y te desnudes del pagano rito de fingir ante los otros
cuando me hablas con la voz descalza y con los ojos limpios
Cuando tras la espera sin barcos seas capaz de buscarme
abolida la mentira de callar con mil palabras
cuando un imperativo presentido te pregone en la sangre
un índice divino: es la persona esperada.

Entonces amada mía arrasaré tu coraza
mutilaré tus candados y venceré cerrojos
y amansaré con ternura tu marea desbocada
para clavarte mi rostro al otro lado de los ojos.

Y arrodillaré mi voz a tu silencio azul como una estaca
para que amarres tus primeras palabras como barcos
y amordazaremos el mundo que nos gritará por las ventanas
para aprender a callarnos con las manos

Y tus manos de pan y tus manos de gaviota
y las mías roncas de remar en tu mutismo
mitigarán tanta espera clausurada y rota
con esa mansa ternura que nos hará uno mismo

Ámame entonces con devoción de abeja
encenderé mil velas en tu sótano que es templo
y enjuagaré en tu pelo mis manos, para amarte
como quiero que me ames; en silencio.




10.

Cuando el mundo evacúa los tímpanos de mis dedos,
y la piel de mis ojos queda tendida
sin búsqueda ni encuentro
ni tampoco soledad o exilio de silencio
se abren las glándulas secretas
del místico y profundo pensamiento
y con callada devoción de abeja
apoyo mi fervor en la imagen que te pienso.

Basta en ese instante tu nombre para el rezo
y mi apretada paz para el oficio nuevo.
Sobra para el infinito mi recuerdo incierto
La duda que te agrega algún rictus o algún gesto.
Y falta tu verdad y tu lugar que es templo
para llenar el vacío a mi costado hueco.
y falta tu certeza para comprobar la imagen
y una sola cercanía para clausurarnos dos silencios

Por eso cuando bajo al sótano del sueño
y acomodo tus cosas sobre lo que quiero
y aún falta un principio para enumerar el tiempo
y eres sólo una vez y muchas de recuerdo
tal vez entonces sube al púlpito secreto
la bandera de tu rostro que es la cruz de mi templo
y se expande por la sangre (como la primavera a un huerto)
todo esto tuyo que me levanta y crezco

Y ése es todo mi encontrado misterio
creer haber hallado el rostro de un presentimiento
morder con las manos las ramas del silencio
y alzarme con un grito callado que es un credo
y nombrarte llorarte o cantarte con la luz al cuello
y tal vez haberte perdido desde siempre sin saberlo
porque ésa es parte de tu quizás presentimiento.




11.

Para que me nombren tus palabras
ordenaré mis cosas sobre tus idiomas
y cuando quieras pensar tendrás mis cosas
como el único lenguaje que te canta




12.

Este odio insensato que te arrasa
este necio derrocar que te apostata
la imagen con un sordo silencio que te
reemplaza.




13.

Para la calma celeste que te aquieta
tengo el rezo ensimismado que es recuerdo
y a la luna desbocada en tu marea
la caricia que te amansa desde el pelo.

Para el ojo que amamantan lejanías
llevo el rostro que penetra hasta la imagen
y a la melancolía que el tiempo resucita
la palabra nueva que te ahonde y te
socave.




14.

Quiero amarte con piedad infinita de vigilia
masticando el fervor a las imágenes
para desnudar ovarios en el néctar
y erigir telares de tu nombre.




15.

A la última garza de tus manos,
la guardaré a pesar del tiempo que te atrapa
para que en las tardes melancólicas como ésta
te alcance mi recuerdo con devoción lejana.

Al místico sosiego que te esparce
la íntima miel que te apacigua
lo podré como intentando un rito
cuando tu honda perduración me sea guarida.

Y a la silvestre inquietud que te desboca
cuando la savia de la vida te recorre,
la perderé porque serán tus días nuevos
mientras mi mente te detiene contra un cofre

Y quedarás como las cosas viejas
un poco porque fuiste un día
y más porque todo te es un canto
cuando te rescata de las tardes mi
melancolía.




16.

Si tú no sabes por qué para tus noches sin luna
dejo mi lámpara en tu ventana
Por qué quiero que tengas mi canto que
tal vez no sirve
si quieres saber por qué te acerco mi
mano de barro
por qué tras el rastro del silencio mi
fervor te sigue.
Si quieres saber por qué no ha sido tanta
la agonía de la tierra
que después de morir de sed tres veces
en algún lugar se sacude el invierno
y en una flor despierta,
si quieres saber por qué lloran los
soldados cuando la muerte los acosa
por delante
y aunque tengan un fusil una sangre y un camino
se olvidan de las balas parados al lado de
un cadáver,
aprenderás a acompañar a esperar y a llorar
por un amigo.




17.

El buzo que puede el coral de tu rostro
cuando ya todo es noche
y el rastro hace un recodo espalda atrás
se ha vuelto ciego sueño a sueño
y tu imagen destituida
ya no tiene carne para tu nombre
Todo lo inunda la soledad
Tú, un viejo faro
un mástil con un ancla perpetua
para un puerto sin velas
ni esperanza terminada con sirenas
Tú,
también tienes una lápida de espuma
y un poco mi rezo cotidiano
por lo que no alcanzo
que tiene algo de mi mano.
El galeote derrotado dimite y cuando la luna
echa amarras y leva anclas el sueño
piedra por piedra
recobro ojos adentro tu ciudad en ruinas
Sólo tu voz,
alguna sirena aprendida y conservada
alucina tu verdad desmantelada
cuando el insomnio acosa
y el espejismo te intenta y no te logra.
Yo quise, talón atrás,
desclavarte la luna de una ventana
bebiendo tu sonrisa sin vez y sin campana
pero mis manos de palabras
se desnucaron al viento
tal vez porque una ciega paloma
no pudo hallar el rumbo.
Ahora,
ya sin tu espina tal vez,
sin tu jardín,
te acerco mi labriego extraviado
para recuperar los pájaros que le crecen a tu sueño
cuando el cielo florece
y la luna te lava la tristeza

con palabras sin garganta.




18.

la noche, esgrimo mi grito vacío
un candado sin adentro
un sitio sin espacio.
tu actitud de intiempo me
desmiente
y detrás de la clausura de los templos
renegados,
¡qué importa si la verdad es un
pasillo que pierde el número
y ya el ciego irremediable que
seguirá buscando...
buscará...




19.

Ellos llegan y permanecen
en el sabor de la tierra
en los silencios mezclados en el aire.




20.

Qué pesadísimo tedio el tiempo sin acontecimientos, que se arrastra como una víbora en agonía.




21.

Confío en mí, en que si el mundo
volviera a ser mundo,
los diamantes volverían a ser
diamantes y el oro oro

Al nacer no pregunté

tanto como ahora para

ir a Europa




22.

todo lo prostitutas madre, que es la vida
los pájaros hacen pie en el viento.




23.

Amiga yo no tengo recuerdo
mi tiempo acaba en tu distancia
allí donde se nos instala el silencio
para después cambiarlo por palabras.

Amiga yo no tengo distancia
vivir es siempre aquí en un tiempo
y el tiempo es todo lo que pasa




24.

Ahora se abre mi garganta
por ella vengo quedando todo el tiempo
aunque el tiempo es lo que pasa
y nosotros nada más que eso.

Quiero que sepas que mañana
recogerás tus manos de otros dedos
se irá poblando con campanas
de renegado altar de tu silencio

Y más allá mucho más de eso
porque vinieron también de la distancia
quedarán temblando en mi silencio
sin testigo. dormidas mis palabras.

Más allá de nunca más allá de siempre
todo el tiempo que nos asistimos
la historia vacía que nos quede
nos vendrá en los ojos del olvido.




25.

Hasta aquí hemos sido todo el tiempo
Más allá de nosotros. mañana
trae rostros nuevos




26.

Ahora descalzo como un grito
se levanta mi olvido sin cerrojos
para que no llegue en los ojos del olvido
lo que aún no nos llega por los ojos.

Quererte es fácil como el hambre
es una nueva manera de las cosas
es el hábito de sernos desde antes
que se abre en un instante sin ahora.

Yo soy menos que todas las palabras
Por eso amiga yo no tengo
mi recuerdo en la inhóspita distancia
tengo distancia en el recuerdo

Y a pesar de quererte como quiero
y a pesar de quererte con palabras
existo mucho más de lo que quedo
que es siempre mucho más lo que se calla




27.

Yo no digo adiós, espero
Nosotros queda aquí conmigo
éste es el sitio de encontrarnos
Me quedo a alumbrarte tu regreso
Pero eso sí amor, hay dos caminos
hay uno de volver y otro que vamos
y los dos son uno solo, hacia el olvido
y hacia el día de recuperarnos.




28.

En la soledad, racimos de palomas
templaban contra la mañana.
Yo soy donde te duele haber
partido,
pero tengo tu imagen, el refugio
más hermoso donde guardar
los ojos de adentro. Los de la
cara, ya puedo rasparlos
sobre los días; los del alma,
crecen contigo. Como el silencio
con las palabras. ¿Lo que hicimos
ahora? Cada gesto que hacemos
nos vive por dentro. Pero en los
ojos estamos solos, distintos,
incomprensibles como la relatividad
de las palabras.
Cada cosa que digo me deja un
vacío, como si no lo volcara todo.
(Sí, está bien, qué pobre sería si sólo
palabras.) En cada cosa que digo se me sube
el alma a la boca del silencio.




29.

Todo te quiero

En ti todo lo quiero

He llegado hasta ti
para descubrirme el amor
para saber que es una
mano de silencio
que sólo responde a la verdad
como una raíz que sólo
crece en cierta tierra

Es tan hermoso quererte.
Quiero quererte.
Quisiera poner un sobre alrededor de los
días y mandarte mi vida en un canto
"Dejemos la poesía para"... ahora sólo
hacemos eso.




30.
Al señor don Carlos Valverde, con permiso de Verónica, que me nombró "Poeta excepcional" de Poesía Pura en dos meses. En agradecimiento.

TORRE HONDA


Creo en la vida.

*

Cada vez falta menos, y no sé
para qué.

*

existir.
sólo en el presente

*

Como la piel de una palabra
guardo en el remanso del silencio
sobre tu lengua
garganta
abismo

*

Hacemos gestos de estatuas y por
dentro nos comen las hormigas.

*

Este ruido a gente me despierta los
tímpanos hasta el fastidio.
Esta gente que este ruido, como
cantos rodados que no oí nunca.

*

¿Cómo criticar en presente a la gente,
sin comprenderla en pasado.

*

No nos preocupe recordar el pasado que tenemos
un presente que recordar en el futuro.

*

El espacio es una condición
de las cosas, si las quito todas
¿qué me queda?
Todo es la suma de los detalles.

*

Creo que no puede ser denigrante
nada que se haga por razones
nobles.

*

Los suburbios del silencio tu sombra
madura de las flores que sonríe la noche.

*

Mujer, nada guardé bajo el silencio de la tierra
no hice cruces en tus cementerios.
Volveré a buscarme
Me encontrarás una mañana
oyendo tus hormigueros

*

Del barro de tus manos y mis palabras
creció este alarido de silencio que se nos clava
ahora.

*

la luna pone arriba la altura
la luna como un reloj vacío
un reloj ciego.

*

entrar por un reloj al infinito

*

el silencio vocifera como el hueco
clamor de una iglesia vacía

*

Flotamos, y hablamos de salir a flote.

*

Encontré un lugar donde mirar el tiempo y me
quedé ciego.

*

Hoy te salió la luna en tu vientre
y los grillos de tu sangre
silbaron luces de sombra caliente.

*

Ponte estas palabras como te las vivo
Eres un templo
Después de buscártelo en.

*

Una gaviota que planea. un instante
una gaviota que planea muere. Una
gaviota muerta que parece que
planea pero que está muerta.
Así es la sonrisa ahora que te has
ido. Con las puntas de las alas vencidas

*

formalizar informalmente

*

Ahora una luz, fija hace ruido a
temblar, como el infernal ruido de
las estrellas.

*

No dudamos de lo que nos pasa, pero dudamos
de nosotros. Porque es tan tal
vez lo que nos espera mañana, que
nos sentimos como un alga flotando
en las olas.

*

Cuánto te has ido.

*

El número de enemigos es la medida del heroísmo.

*

Verónica existe mucho más que todas mis convicciones. Por eso no merece errores.

*

No encontraba nada
que escribirte
y se me ocurrió esto.

*

El silencio es más extenso que
todas las palabras
por eso callarme
aunque mi silencio sea
igual al de cualquiera
no todos son de las mismas
palabras.
Y hasta aquí no he hecho
más que decir palabras

*

la sonrisa mineral de las
estrellas.

*

Érase una vez en el oeste
Al este del paraíso
paraíso perdido

*

"fama y guita = valores: gente".

*

NO TE MATERIALICES.

*

¿Cuántos prudentes que yo diría
asustados envidiosos?
Cuántos envidiosos que nunca confundiría
con prudentes...

*

Seré más rico
porque habrá menos guita que me
ocupe la tacañería.

*

Siempre somos la misma cantidad.

*

De la gente lo único seguro es que siempre hay más.

*

Inflar el físico, se desinfla el bocho.
Inflamos la guita y la avaricia se
desinflan los otros dos.

*

Como verá, ésta pretende ser una
carta sencillamente informativa.

*

Tengo la suerte de ser irresponsable
tal vez. Pero la rutina todavía no
me ha logrado la cobardía.
Ya el solo hecho de no tener ni una palabra de aliento
(al par de hacerme sentir incorruptiblemente
superhombre) me demuestra la envidia

*

Esta carta está pasada en limpio ¿se da cuenta
del destiempo? Porque esto también, estaba escrito
en sucio.

*

Entre los últimos gritos en el puerto, como
un niño perdido empezará a sonar
el silencio

*

Tú entiendes
esto; el tiempo y la
vida son un río y la orilla.

*

No tengo derecho de luchar por mañana
si mañana es un tiempo que te incumbe.
Es decir no tengo derecho de forzarte.
Pero también es cierto que de las cosas
sólo se tiene la certeza de que han sido.
Entonces es cierto también que si lo
bueno y lo malo de los hechos está
en ellos mismos, tenemos
que llegar a su tiempo para saberlo.

*

Nos movemos
en el tiempo y creo que muchas veces es la
medida misma de las cosas.
Pero para la evolución de algunas,
si bien cuenta, no es el tiempo
el que tiene la última palabra.
Depende de la energía y la capacidad
que tengan las cosas para realizarse.
En este caso, la medida
de las cosas es mi propia vida.

*

Creo en la gente. Con fe y honestidad
la verdad madura las esencias.
Pero según sean las personas, que
generalmente son las circunstancias
más cabales que nos pasan,
obviando la infalible ley de que todo
nos ocurra humanamente, las
ocasiones se dan más o menos
espontáneas y caudalosamente.
Aunque ya no puedo evitarlo,
quisiera haber sido más
sencilla y directamente claro,
por lo menos para una verdad
tan simple e infinita como
Verónica misma.

*

Ya es hora de pasar a cosas más
fáciles y directas, a la vez que impregnadas
de plenitud, así que vaya este anchísimo
abrazo.

*

Más allá de las palabras, también las
palabras pero en medio un silencio
lleno de cosas que sólo es nuestro.

*

Vivir es la verdad.




31.

Esta carta me acerco.
Busca entre las cosas más simples
en cualquier momento y elige una.
Entonces tómala como si fuera mi boca
enjuágala en tus manos como si
fueran mis manos roncas y torpes
Yo estoy contigo
en este silencio que ya me llega al cuello
mi costado busca tu soledad para encontrarte.




32.

Y mi beso aprenderá a amanecer y a ponerse
en el labio horizontal de tu cuerpo como el sol.
tu latido marino
mi boca te atrapará como el grito seco y vacío
te atrapará en la ferocidad de la luna
en la taquicardia del mar
el mar
y tu corazón campanario
aleteando en la agonía de la locura
y tu íntimo bocado de mis lanzas.




33.

Está bien, soy un animal
un animal como el mar o como un sueño
o como el silencio que siempre queda
girándote detrás de los ojos.
Soy animal como tus manos
y pretendo clavarte las mías de raíz
como una lámpara.
Sí, soy el animal
hermoso e implacable en la ferocidad
de las estrellas
y ya me ha sangrado la boca
de raspar en el silencio
como en un huevo infinitamente duro
mucho más que mi instinto de
nacer
o peor mucho peor
como un muerto equivocado
que despierta.
Como un animal que soy tengo
algo de pájaro
la lejanía.
que siempre es lo que está más
allá de nuestro tiempo.
tendrá mis horas.
Por eso digo que mis ojos se pondrán
en tu cabeza
como la luna
inimposible y brutal
hasta tu mansedumbre de acatarme
con la ferocidad del mar.




34.

Un día me iré
y quedarás lamiendo mi sombra
como una gata ciega
Nada habrás olvidado
pero tampoco responderás
de nosotros
Te parecerá atroz haber subido a mi costado
atrozmente dulce como el suicidio que
obtenemos.
Recordarás que te decía reina
cuando me enjuagaba los pies en tu
pelo
mientras me pedías perdón por ti
como una esclava
todo lo recordarás.
cuando te lamía los vértices como un
—gato ciego lamiendo tu sombra—
como el mar que respira contra el
muelle.
Un día me iré
y el genital imperio de los astros
que te hice sombra
te quedará en tu orgullo
como de hembra
orgullosa por el soldado muerto




35.

Cuando se logra la medida de las
imposibilidades es la magnitud del milagro.
No mediando nada, por lo menos, visible
mente, divino, el milagro sería mi fuerza.
No quiero nada más allá de mí. Soy
suficiente para mí y la gente que me pasa
y a la gente que yo le paso tenemos la humana modestia
o inmodestia de medir con nosotros nuestros
méritos, por otra parte iguales a los de cualquiera.
Sé lo que quiero, sé cómo lo quiero. Por eso
rechacé tantas veces lo que quiero. Porque venía
de otra forma que la que yo puedo por mí mismo.
No necesito escribir las cosas para cerciorarme
de mí mismo. Ni siquiera escribir que no
necesito escribir. Ni siquiera que ni siquiera.




36.

Dame la mano
Dame los ojos
voy a ponerte la vida
Dame un lugar para clavarte el coraje
si no tienes nada de eso.
Dame la sonrisa vacía
para calentarte los dientes con palabras vivas
Déjame lavarme los ciegos con la savia de tu
luna




37.
CARTA A MÍ

Jorge, pocas veces nos hablamos.
Nos pasamos de largo murmurando de todo, como si nosotros no existiéramos en nuestra medida la infinitud del todo.
Jorge, algún segundo fuimos amigos. ¿Te acordás? Tantas veces mataste con tus manos los mosquitos para que no me picaran. Tantas veces escondiste la última medialuna para que yo no me quedara con hambre. Tanto me querías...
Pero... ¿¡te acordás o no, carajo!?
¡¡¡Jorge!!! Jorge, por favor, no dejes que la gente se vierta los ojos para afuera.
Tantas veces fuiste altruista conmigo a riesgo de parecer injusto.
¡Acordate! Está bien que te pongas de novio, pero los amigos no se olvidan.




38.

El que al par de los hechos se justifica
con palabras, sabe que los hechos no
tienen la razón




39.

Como una manada de olas
un toro de mar




40.

tachar una ley, un mandamiento, para no
ser infractor-pecador




41.

Adentrados lobos laterales
el miedo se me hace en los zaguanes.




42.

He venido hasta mi voz para
buscarte




43.

Hay derrotados antes de la
guerra. Allí no ha sido Dios.




44.

Si un día tu sueño conjetural se parece
al otro lado de mis manos




45.

bajo pájaro de luna
tu pie de pan y de raíz
como un navío ciego




46.

y tu vientre cíclope
y un caracol o cerrojo en la miga frutal
un hornero
una garganta un hormiguero




47.

tallo de sangre
tu pelo de musgo y sangre
barro de sangre
pájaro de trigo quemado y sandía.




48.

Siempre el odio de antemano me
anticipa los odiados




49.

En el pelo de musgo
te ataré mi canto de lluvia
como un río
En el pelo de musgo y vino
como un río enjugado por los hombres
de la guerra
mi canto será viento de sangre
Y cantará por siglos el caracol de vientre
mi garganta es una rama
que no tiene invierno
y tus ojos viajarán el silencio
y las manos panecidas




50.

Ojos atrás de los hombres
el mundo existe.
(ojos afuera existe
sin medida.
Allí tú eres verdad a veces
como Dios cuando me alcanza el miedo
Por eso somos enormes
en la garganta súbita del sueño
Y ahora te regalo el tiempo,
alguna hora vacía
O como una colmena de piedra
donde las trincheras hacen miel
de sangre




51.

Es hora de voz, de savia
de tierra abierta en el grito de fuego
de las alas y el infinito de los ciegos
y la sangre irrumpiendo en los candados
como en rabia
es hora de lanza de sol grito de acero y rayo
de trincheras maduradas en colmenas
de barro de sangre en la garganta de las venas
de flor y pájaro emergido en canto
Aquí soy
las flores son palabras del canto de la tierra
un oficio me descubre la colmena
y mi campana se vuelca
de sol.
Designado un pan se ha abierto un templo
qué más da si tus manos de palomas de luna
qué más da los ojos la garganta, alguna cosa tuya
Ya está erigida la verdad del ciego.




52.

Los hombres flotan en los ojos de los hombres
como peceras respectivamente
como peceras como espejos
conjugando el los otros
desde una ventana entre yo y el
mundo
y soy el mundo tantas veces
en las ventanas de cada hombre en
vive
y todos somos yo y todos, los otros.




53.

Serás detenida
como la savia
en el invierno último
Y yo que me voy hacia el nunca
seré detenido también
como una flor a media rama
largo último invierno
la primavera desde ayer siempre tendrá
nunca
Y qué habrá detenido la flor de
rama adentro?
como un naufragio previo
como un mañana ciego




54.

Dado algo que en su constitución se compren
da a sí mismo reducido a un término
menor lograremos una sucesión infini-
ta. ya que en la expresión reducida estará
inducida una segunda reducción a
un tercer término del mismo objeto
que a su vez comprenderá un cuarto que
a su vez. etc




55.

estaba encerrado en las paredes de mí mismo
ya en la lengua hecho saliva el sabor de la ceguera
sin saber desde dónde se fue la última luz ya olvidada
y soñé que alguien entraba y me despertaste con la puerta

se aturdieron mis manos al tocarte
y tu voz me encandiló y me asusté de creer en tu existencia
y tuve miedo de ser muda baldosa en el oído de tus pasos
o que estuviera en mí la impotencia de una campana sin mano en su cadena.

Por eso me gusta desnudarte poco a poco de las sombras
y comprobar mi despertar no soñado
y el cadáver de tu ausencia.




56.

Un día echaré mis ciegos salvajes
a hacer tribus
de hormigas
de gigantes o de horneros
a viajarte los siglos del vientre
cíclope
a saberte la música por los ojos rotos
en el sabor de espadas que te invada
mientras la tierra se puebla con la
lluvia
por la garganta que alargan las hormigas.
Ah
tus montañas vegetadas
qué infinito albedrío beberte en las
venas de la tierra
Sólo el agua te puede
como tú me puedes garganta
un día lloveré sobre ti
como irrumpen los diluvios que te invaden
a romper la miel sobre las piedras
de luna
bebiéndote ya toda la tierra
toda la soledad
toda la sombra
todo el silencio
guardado tantos siglos guardado
tantos viajeros y tantas dulzuras
tantos muriendo
y tantos ciegos sin candados al fin




57.

Aquí estoy (es decir aquí soy)
ciego una vez más
el naufragio es por detrás
por eso no podría saber nadar nunca.
La gente me trepa
(como una isla vertical cuando el mar
ha sido completo).
La gente me trepa
como hormigas ciegas
y desde mí saltan al vacío
(allí tal vez hacen tribus de
tumbas, y los niños juegan
debajo de la tierra).
Siempre es ahora.
siempre es aquí
Pero ahora, aquí no soy el de siempre
como muriendo.
Cómo puedo parecerme a mí,
si muero por primera vez.
Alta marea de sombras,
la tierra convocada en las raíces
Relámpago de acceso al viento.
Y mi tierra? y mis raíces.
El viento me pasa por nunca
como moviendo unas hojas que no soy.
Igual un día me hundiré,
pez de la tierra
como un topo de sangre buscando
la colmena de la tierra.
Quién podrá vivir en mi destiempo
ni los locos,
ni los desterrados de la hora.
sé que las manos se juntan algunas
veces, o en la larga vez de sepultura
¡Qué soledad morir a una muerte
diferente
el único muerto de mi muerte despoblada!
Ése es el temor que he tenido de hombre
presentía que la muerte era un poco soledad.
y ahora este destiempo,
este intiempo
en que la gente me trepa
y ni siquiera me intenta algún lenguaje.
Yo soy inesperado
(siempre existe alguna voz)
mi voz es inesperada
Pero se me trepa,
sólo soy un aquí, ni siquiera un
ahora, un dolor una culpa,
¡qué va una razón!




58.

A todos los hombres del mundo
a los sordos
y también a los sordos del espíritu,
a los mudos
y a los mudos del alma
a los ciegos
(a los muertos) a los ciegos del alma
(no olvido que los muertos sólo son
ciegos del cuerpo totalmente).
A todos los hombres que me vengan,
que me sean,
Que seamos
que nos vivamos y nos muramos
mutuamente
a todos los hombres del mundo
a los poetas y a los borrachos
a los novelistas
y a los locos
a los científicos
y a los mecánicos
y a los desahuciados
a los hambrientos
y a los que no tienen el placer de tener
hambre
a los que mueren de hambre
a los que odian
a los que no les alcanza el dolor
hasta el odio
y a los que les sobró el valor para
salvar a Dios
a los que les faltó la serenidad e inventaron el cielo en las trincheras
A los que llevaron el pan en el bolsillo
y a los que dieron frutas de pan donde
el alma
a los hombres que ángeles
a los hombres que hombres
y a los hombres que... hombres,
a todos los hombres del mundo
a los que celebraban en alcohol el niño
buscando la ceguera suficiente
a los que dijeron lo mismo que yo
a los que tuvieron mejores palabras
A todos los hombres... "¡qué manera absurda
de decir a cada uno!"
quiero ponerles mi garganta de una
vez por todos,
que hasta aquí han hablado
por mi voz hacia afuera o hacia
adentro.
Y lo quiero hacer
para que seamos lo mismo en ese
instante, de recorrernos el tiempo
sin haber rendido a la vigencia de los
rostros la verdad
que es mucho más cuando no tiene palabras
Si en vez de enviar palabras vacías
pudiera echar a vuelo
campanadas sin campana
como darnos las manos desde
siempre
desde hombres...
que hombres...




59.

Porque cuando miro el mundo como si fuese
un párpado
nada veo si no te he visto
quiero verte pues estoy ciego de ti,
quiero mis cerrados ojos abrirlos.




60.

Mi convicción de tu presencia tiene
el seudónimo de: tus manos.




61.

todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego en que me dieras a leer una
carta de amor




62.

mis horizontes comprimidos
los renglones de una prisión




63.

Entraré en ti hasta el exterminio
las hordas de mi sangre
te confinarán en tus propios rincones
mataré tus rebaños para dar
de comer a mis soldados
De todos los palacios que me sobren
haré lugares para mis caballos
violaré tus cementerios
y te obligaré nuevos Dioses
te comeré las manos y lo que
sobre engordará mis perros
y no me traicionarás ni con veneno en
mi vino
ni cuando duerma la embriaguez
de las orgías.
Afilarás mis espadas y mis lanzas
y curarás con tu polen las heridas
que los tuyos hayan clavado en mis
soldados.
Y luego, manso como un rey
te diré que te he amado mucho.




64.

entiendo tu miedo y tu
Algo nos asusta al empezar
a ser trascendentes para alguien

No todas las cosas vuelven a su
origen, tal vez sí en lo absoluto,
pero no siempre en el tiempo.
me basta pensar en mi madre
por eso es aquí, esto no es para
sino por vos,. qué tiene que ver eso
del origen, tiene, porque si bien
digo que antes y eso implica bastante
"antes para llegar a hoy" y eso
implica antes pero fundamen-
talmente hoy, y hoy que es un
ahora, un desde y un hasta digo
ahora tú, hasta que tú y desde
nosotros, y éste es el origen de
vos en mí y de que todas las cosas
sean por vos y para siempre

entiendo tu miedo y tu
orgullo. Ni siquiera te lo pregun-
to. Cuento con ellos como
conmigo. Y sobre eso de preguntar
te diré algo que siento sobre las
cosas y sus palabras. Hay algunas
que son retóricas, otras viven más
en el silencio y en el vivir las palabras
más abajo de la piel de las palabras
mismas. Otras son dulces.
Brutal y ferozmente dulces como
te putita o te quiero
o mujer mientras morderte
la boca y muelle muelle
muelle y agua muelle agua
y el mar como un gato cabecean-
do y te quiero y entiendo
tu miedo y envainarme en
vos como un topo ciego redondos
de tan enteros iluminados
con la dulzura de los locos y la
ferocidad de la dulzura. niños
viejos y leones tocándose con
los ojos los astros que nos entran
por el tiempo y como ves todas
las palabras perdidas porque
vale más vivirnos que pensarnos
y hasta equivocarnos que saber.




65.

Dime, a ver
acaso nuestras distancias no son todas mentales?
—en la misma agua quedaron flotando
mezclándose infinitamente como la sombra en los
ciegos
los pequeños náufragos de nuestra transpiración.
Hemos estornudado en la misma calle
y en infinitesimales hojas
quedamos anudándonos en la tierra
como todas las hojas del otoño.
Y ahora aquí
hablamos del amor y de la
inimposible lejanía
sólo porque soy cobarde
y no te violo
y no aprendemos entonces
el amor por el principio.




66.

(Perdóname,
yo sé que tengo derecho de gritarte
sé que soy superior a ti porque soy hombre
y si te retobás te cago a palos
pero ponete mis besos como una bufanda
y pisame la lengua
y si querés meteme las te--s
en los ojos que yo te voy a seguir diciendo que
te quiero.)




67.

Amor coma la soledad es fuerte como un dios punto Pero
si tengo que morir coma que sea de ti punto final

ZOÉ VALDÉS




68.

Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos




69.

Voy a buscarte
donde puedo mirarte varias
veces en el mismo instante
Donde puedo contemplarte horas
sin que tu momento se inquiete
en la corriente de esas horas
y me estucho en mis recuerdos
e ignoro qué luz visita mis
ojos abiertos
en qué frío me desvisto de mi
desnudez sin fuegos y sin hielo
mientras soy un trago de
mi propia hambre
y en el estómago de la
mente me disuelvo
y reconstruyo mi antes gastado o
cambiado
o me agrego a mí en un día ese día
imposible de ser
y visito mis ojos visitados por ti
Allí te eres como fuiste.
tu imagen se enganchó
como el musgo en las piedras
y te caíste de las horas,
o yo fui goteando migas
de donde puedes estar en mí
para tenerte en uno solo, en
todos tus minutos.
Tus imágenes son quietas y
duras.
Las horas pasaron como las olas
y tu presente y mi conciencia
de ti viajaron en pos de la siempre hora
nueva, como el agua recorrida
por la onda,
Y voy eligiendo entre las
gotas de tu rastro revisando
pie por pie hasta llegar
al beso que aún no se secó
a la puerta que se impone
como yéndome a buscar al
fondo de mi enmimismamiento
o que a mi súbita estación en
mí durante el momento
que será pasado está sin principio,
por la que te has ido
como todos los días y desde
la que empiezo solo y me alegro
de nuestra realidad
Y me vuelvo a hundir a bucear
las imágenes que viven en los
juntos.
y empiezo a extrañarte,
e intento traerte y meto
las manos en el agua
y el agua me da la respuesta
de su carne vacía de ti
que te desordenas en ella como
las cosas a través de las llamas
y no puedo atraparte
y mis manos son jaulas de leones
y puedes irte como un gorrión
cansada de tu curiosidad
y dejarme con mi impotencia
de caja para encerrar la luz
fantástica entre mis dedos de piedra
con mi impotencia de caja
para vaciarme del vacío de ti
que me llena como la oscuri-
dad de una caja cerrada.




70.

Tengo en la ternura la ferocidad de la lluvia
voy a navegarte
soy tu capitán
y me tengo en las manos
para untarte mi sombra caliente
mar mío
capitán en tu estrella de sangre
apenas te he visto mirarme
y ya te digo mujer porque hasta conmigo.




71.

Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad




72.

Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos




73.

Una palabra es como un animal azul
que se mueve dentro de tu vientre
como una isla o una estrella en la noche oceánica
un sitio
donde hay silencio de silencio
o el silencio tiene luna
o la puerta del silencio una ventana
Tal vez un día se mueva este animal azul
que echo a vivir debajo de tus ojos,
tal vez se mueva como pareciéndose
a algo,
como encontrando los rostros de los nombres
este animal azul, que tiene un nombre,
tal vez algún día se te vuelque por los
ojos
buscando una mano original
para llenarse al final
como una campana completada
que llama a oficio
aquí te dejo este animal
esta infinita palabra
que sólo existe a soledad
pero que la gente se busca hasta la
mentira.
...amor...
qué animal absurdo
cuando no se delira
Detrás de tus ojos
hay un hornero de manos azules
para los pájaros huérfanos.
amor, este animal es un pájaro sin
raza
que va a buscarse las alas en los hombres
cada uno tiene un ala
para darle el nombre
cuando se mueva azul en las entrañas.
A veces vuela con un ala sola,
pero se vuelve ciego y torpe
o con dos alas diferentes que lo rompen
hasta que al fin nos viene por la boca
y se te mueve en el vientre del hornero
haciendo nido en las manos azules.
Éste es mi animal, amor, te lo dejo
para que eche raíces, hasta que me
busques.




74.

Tú eres una niña pequeña
una niña pequeña redonda y luminosa
tus dientes tienen el olor de las manzanas
murmuradas con la lluvia
y tus manos el olor de la tierra
iluminado con la lluvia
Ahora bien, como si tú fueras
en verdad una niña,
como si yo fuese tu tío severo y silencioso
como una vela
te sientas asustada ante mis bigotes
(imagíname unos bigotes de tío)
mis bigotes serían como un lacio cóndor
desplegado y sonreído.
Entonces yo te preguntaría por ejemplo
cuáles son los dientes del tiempo.
Luego te contestaría que yo tampoco lo

y como tú no podrías jugar a ser abogada
como tu tío
ni yo enseñarle a mis bigotes a jugar
con tus muñecas
olvidaríamos este verso de hadas
y te besaría el pecho caliente
como el de una niña luminosa y trémula
pero con las frutas crudas
de la mujer que se te vino
Y mordería el vino duro de tu boca
y de repente te regalaría un
chocolatín
porque tal vez pensáramos que tu
madre tiene razón
que no debemos acostarnos juntos.




75.

Juguemos en la cama
mientras tu vieja no está
vieja estás?
vieja estás?
me estoy sacando los pantalones
¡pero vieja! si no podemos jugar los tres
¡soy yo, tarada! que te contesto como el
lobo
Ah!...
Metele que se nos acaba el verso
Y si sigue
puede llegar tu vieja.




76.

Ya lo ves
cualquier mundo que invente
para que vivamos,
sigue siendo mi fantasía
y entre los dos
no somos capaces de una realidad.




77.

En un silencio de azul
como grillos de nieve tiritan las estrellas




78.

Un día mi grito te irá al soy




79.

El viento pasa su humo de cristal
como un gato de música vacía




80.

Tus ojos de hornero y atrás
Tu ojo empececido
me viaja las horas por las horas




81.

El buzo va buscándote la sombra para
beberte el canto sumergido




82.

Ah la gaviota de sangre
los dientes de luna




83.

cada hombre tiene una soledad para cada uno de los hombres.




84.

Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.

Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT


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