Ivo
Poema publicado el 23 de Enero de 2012
Él descubre la belleza entre las hojas
cuando el viento las mece a desparpajo
y enciende mi día en arco iris
cuando dice papá y alza sus brazos.
Él paga con sonrisas las miradas
de ojos tristes y de almas sin regazo
cuando su boca de cereza brota en mieles
y de su aliento la inocencia sin cedazo.
Él mueve las arenas de mi alma
Y desdibuja las sombras de mi ocaso
Cuando el sol de sus pestañas apolíneas
Restallan en sus ojos a Pegaso.
Él atesora un vuelo de palomas
Y desata el amor de las galaxias
Cuando regala claridad casta e ingenua
A todo aquel que añora algún abrazo.
Él me puede con su aroma y su tibieza
Cuando su piel junto a mi piel forman un lazo
Y nuestras almas juguetean infantiles
Y mil caricias serpentean entre abrazos.
Él observa la vastedad del mundo
Y engarza como un genio los retazos
Y atesora en sus pupilas tiempo y formas
Y discierne lo que es nimio de lo craso.
Lo amo porque es sombra en el estío
Y porque soy vida acunándolo en mis brazos
Y porque floreció mi alma en el otoño
Cuando hundía mi vida en el fracaso.
Lo amo y lo amaré profundamente
Aunque el tiempo de mí haga mil pedazos
Y aún cuando las sombras de la muerte
regurgiten pudorosas mis pecados
seguiré amándolo fervientemente
con este amor gigante de padrazo.
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Poema publicado el 23 de Enero de 2012
Él descubre la belleza entre las hojas
cuando el viento las mece a desparpajo
y enciende mi día en arco iris
cuando dice papá y alza sus brazos.
Él paga con sonrisas las miradas
de ojos tristes y de almas sin regazo
cuando su boca de cereza brota en mieles
y de su aliento la inocencia sin cedazo.
Él mueve las arenas de mi alma
Y desdibuja las sombras de mi ocaso
Cuando el sol de sus pestañas apolíneas
Restallan en sus ojos a Pegaso.
Él atesora un vuelo de palomas
Y desata el amor de las galaxias
Cuando regala claridad casta e ingenua
A todo aquel que añora algún abrazo.
Él me puede con su aroma y su tibieza
Cuando su piel junto a mi piel forman un lazo
Y nuestras almas juguetean infantiles
Y mil caricias serpentean entre abrazos.
Él observa la vastedad del mundo
Y engarza como un genio los retazos
Y atesora en sus pupilas tiempo y formas
Y discierne lo que es nimio de lo craso.
Lo amo porque es sombra en el estío
Y porque soy vida acunándolo en mis brazos
Y porque floreció mi alma en el otoño
Cuando hundía mi vida en el fracaso.
Lo amo y lo amaré profundamente
Aunque el tiempo de mí haga mil pedazos
Y aún cuando las sombras de la muerte
regurgiten pudorosas mis pecados
seguiré amándolo fervientemente
con este amor gigante de padrazo.
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